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Poco a poco, dos años después, con el asunto de las timovacunas, parte de la peña sale del estado hipnótico. Nunca es tarde, aunque tal vez sea tarde. El límite, en esta astracanada pangolínica, hubo que ponerlo desde el inicio. No me quedo en casa, no me pongo bozal, no me meto un puto palo por la napia, no cumplo el toque de queda, me reúno con quien me salga de la polla y con cuanta más gente, mejor. Me salto las fronteras regionales, no le doy ni de coña a un madero mis datos personales por desobedecer las psicóticas normas que ejecuta. No cumplo nada de nada. De esa manera, algo se podría haber conseguido. Decir NO, sin más. Desobedecer órdenes, medidas y leyes injustas, un deber. Una necesidad. Ética y vital.

El verdadero significado del puto bozal

Ineficaz y letal para la salud. Mascarillas asesinas. Intencionado ataque a nuestra salud, física y mental. Les he hablado de ello en infinidad de ocasiones del asunto. El bozal SIEMPRE – repito, SIEMPRE – fue otra cosa. Nada sanitario. Antisanitario, claro. Las mascarillas o barbijos o tapabocas o, mejor, bozales, en suma, no protegen de los fantasmales coronavirus (solo proporciona, ese el drama, una falsa y paranoica sensación de seguridad en el embozalado). Su pretensión, muy diferente. Control mental. Y control de todo tipo.

Aparte del formidable y colosal negociete (que incluyen fraudulentos test, termómetros, guantes, lgeles y otros muchos productos unidos a las timovacunas y deletéreos fármacos), gran objetivo del puto trapo en la boca: aislarte, incomunicarte, segregarte, discriminarte, alejarte, apartarte, discriminarte, deshumanizarte (medio rostro deviene fatalmente inhumano: somos rostro, memento Emmanuel Lévinas). El otro como enemigo, pues.

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Por supuesto, aterrorizarte. Con tu inducido, irracional y delirante pánico, tu dodotis más lleno de mierda (aunque crea estar «protegido «, devienes solo esquizo total). Con tus bragas sucias en la cara alguien te teme y se protege o alguien quiere “protegerte” porque tiene miedo de trasmitirte algo maligno con la eventualidad de que el mal se extienda. El pañal en la mui robustece, también, la falsa creencia de que existe un peligroso virus que es la causa de todo y que nadie asuma que puede haber otra causa o causas más genuinas y reales causante de la calandraca covidicia.

Bozal esclavo

El bozal demuestra que eres un esclavo. Deja suficientemente, claro quién manda y quién obedece. Hasta se materializa la domesticación de masas incluso para aquellos que han buscado un certificado médico que les exima porque también se han sometido a la tiránica autoridad que tiene la potestad de liberarte de la máscara del horror.  Pusieron la brida a la  caballería. El diabólico Nuevo Orden Mundial no permite caballos libres y salvajes y desbocados.

Pura simbología satánica, el bozal, ritual de iniciación. ¿Para la salud física, mental, espiritual? Un horror. Les dejo la sobreabundante multitud de estudios que lo confirman. ¿Seguirás, incluyendo a tus críos y nietos, tras año y medio, con las bragas llenas de mierda en la boca o te/se las vas a quitar? En fin.

47 ESTUDIOS SOBRE LA CONSTATADA INEFICACIA DE LOS BOZALES

BOZALES, INÚTILES Y MUY PELIGROSOS PARA LA SALUD FÍSICA Y PSICOLÓGICA

GRAVÍSIMOS EFECTOS ADVERSOS DEL USO DEL BOZAL

 

Autor

Luys Coleto
Luys Coleto
Nacido en Bilbao, vive en Madrid, tierra de todos los transterrados de España. Escaqueado de la existencia, el periodismo, amor de juventud, representa para él lo contrario a las hodiernas hordas de amanuenses poseídos por el miedo y la ideología. Amante, también, de disquisiciones teológicas y filosóficas diversas, pluma y la espada le sirven para mitigar, entre otros menesteres, dentro de lo que cabe, la gramsciana y apabullante hegemonía cultural de los socialismos liberticidas, de derechas y de izquierdas.
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