21/11/2024 11:40

Estamos viviendo una situación límite en la que se están haciendo añicos, uno a uno, los pocos resortes de los que dispone la legislación vigente para defender el Estado de derecho, una circunstancia que, sin duda, no se tuvo en cuenta cuando se redactó la Constitución de 1978 y que ahora se echa en falta.

Por un lado, la corrupción galopante lo inunda todo, eso que los sociatas llaman “fango” que es, precisamente, el que ellos han creado con sus corruptelas que, por cierto, vienen de muy viejo y por las que han sido muy pocos los que han pagado, pese a estar sobradamente probada su participación y enriquecimiento. No hay que ir muy lejos, nos llega con volver la vista atrás al caso de los eres andaluces y la reciente modificación del delito de malversación que beneficia, precisamente, a los chorizos.

Por otro, esa corrupta ley de amnistía hecha a la medida para que el tal “Antonio” y todos sus lameculos se perpetúen en el poder, aunque para ello tengan que vender España a sus enemigos más viscerales, los que ansían su destrucción. De ella nos habían dicho que serviría para mejorar la convivencia y sin embargo, ahí siguen los corruptos catalufos desobedeciendo, sistemáticamente, los mandatos de los más altos Tribunales, mandatos que se pasan alegremente por el arco del triunfo, como si tal cosa, sin que nadie los ponga en su sitio ya que, de hacerlo, peligraría ese pacto del deshonor al que han llegado.

El control a base de pingües subvenciones a los medios de comunicación, vendidos descaradamente al poder, convertidos en el mejor amplificador de la voz de su amo. No hay más que oírlos hablar de la inexistente ultraderecha, con la que asustan a los ignorantes, y, sin embargo, obvian hablar de esa ultraizquierda, formada por golpistas convictos y confesos, filoterroristas, comunistas, separatistas, todo el lumpen, que son los que sostienen sin recato a los sociatas en el machito.

No hablemos de la fiscalía cuyo deber es defender, precisamente, la causa pública y no la del gobierno de turno al que está dando muestras de una sumisión sin parangón a los dictados de quien manda, hasta el punto de llegar a la revelación de secretos que deja en entredicho los sagrados derechos de los españoles y el deber de las Instituciones para con ellos.

¿Cómo es posible que se pretenda exonerar de un presunto hecho delictivo a alguien por razón de parentesco o afinidad política?, ¿ cómo es posible que se pretenda dar carpetazo a una causa en función de la identidad del sujeto activo del delito?

De nuevo, el matonismo, tan propio de la izquierda y de la ultraizquierda, se está convirtiendo, a base de amenazas veladas, y algunas no tan veladas, en una forma de gobernar, haciendo acallar todas las voces críticas que puedan alzarse aquí y allá.

No tenemos más que ver esas amenazas de control absoluto del poder judicial con el fin de que los corruptos, vinculados a los sociatas, salgan indemnes o esa intervención chulesca de ese tipejo catalufo que hace honor a su apellido rufianesco, exigiendo que se sancione a los disidentes. Vergonzoso tener que aguantar a tipos siniestros como este o a la tal “uropa”, una maleducada que ni tan siquiera sabe hablar y que cree que el Congreso es el mercado de abastos en el que se puede irrumpir a base de gritos y constantes salidas de tono.

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Sin embargo, nada de esto parece importarle a nadie, más preocupados por las veleidades veraniegas que por la grave situación real que estamos viviendo y que, si no la frenamos, nos llevará directamente a una república bananera en la que la primera que caerá será, precisamente, la Corona.

No podemos olvidar quién está detrás de esas manifestaciones que pretenden realizarse contra el Rey, ni tampoco a los acuerdos alcanzados en Navarra y Palma de Mallorca que ponen en entredicho la Institución monárquica.

¿Dónde están los juramentos y promesas para defender la Constitución y la integridad de la Patria hechos por tantos? Nadie puede dar la espalda, por muy incómodo que le resulte, a sus obligaciones y deberes que son, precisamente, los que determinan su honor y dignidad; ¿ dónde está esa oposición teórica que debería velar, empleando para ello todos los resortes a su alcance, por la defensa de la Constitución y del Estado de derecho?

Aquí ya no sirven sonrisillas ni carantoñas ya que hablamos del futuro de España y si es necesario plantear una crisis institucional que se plantee. Las reglas del juego son para todos iguales y cuando uno las conculca, el otro está legitimado para hacerlo también, sobre todo si lo que se defiende es la sagrada Unidad de la Patria y los derechos de todos los españoles de bien ya que, en ese caso, no sirve ya ponerse de perfil.

Es muy posible que una buena parte de los españoles no sea consciente, realmente, de la gravedad de la situación por la que estamos atravesando a un paso de caer en una dictadura al más rancio estilo bolchevique-bolivariano en la que, no solo se perpetuará el sátrapa en el poder, sino que también nos veremos privados de una parte de nuestros derechos y, después no valdrá echarse las manos a la cabeza.

Aquí no sirve justificar aptitudes melifluas hablando de que la situación se debe a lo que votaron los españoles ya que tal aseveración no es real al no serlo su proporcionalidad lo que pone de manifiesto la desigualdad entre unos y otros. ¿Cómo es posible que, con 395.429 votos obtenidos por los catalufos de Puigdemont, hayan logrado siete actas de diputado, en tanto que el PP, con 8.160.837, tan solo 137? Sin duda, hay algo que no funciona, sobre todo si esos siete son los que deciden el futuro de todos los demás.

Toda la responsabilidad para superar este difícil trance la estamos cargando sobre las espaldas de Magistrados y Jueces cuando el Estado dispone de más resortes que la Justicia para defenderse de sátrapas y traidores. Los Magistrados y Jueces están cumpliendo con su deber, ¿ dónde están los demás?

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Eugenio Fernández Barallobre

Autor

Eugenio Fernández Barallobre
Eugenio Fernández Barallobre
José Eugenio Fernández Barallobre, español, nacido en La Coruña. Se formó en las filas de la Organización Juvenil Española, en la que se mantuvo hasta su pase a la Guardia de Franco. En 1973 fue elegido Consejero Local del Movimiento de La Coruña, por el tercio de cabezas de familia, y tras la legalización de los partidos políticos, militó en Falange Española y de las J.O.N.S.

Abandonó la actividad política para ingresar, en 1978, en el entonces Cuerpo General de Policía, recibiendo el despacho de Inspector del Cuerpo Superior de Policía en 1979, prestando servicios en la Policía Española hasta su pase a la situación de retirado.

Es Alférez R.H. del Cuerpo de Infantería de Marina y Diplomado en Criminología por la Universidad de Santiago de Compostela.Está en posesión de varias condecoraciones policiales, militares y civiles y de la "F" roja al mérito en el servicio de la Organización Juvenil Española.

Fundador de la Comisión Promotora de las Hogueras de San Juan de La Coruña, del Museo Policial de la J.S. de Policía de Galicia y de la Orden de la Placa y el Mérito de Estudios Históricos de la Policía Española.

Premio de narrativa "Fernando Arenas Quintela" 2022

Publicaciones:
"El Cuerpo de Seguridad en el reinado de Alfonso XIII. 1908-1931" (Fundación Policía Española)

"La uniformidad del Cuerpo de Seguridad en el reinado de Alfonso XIII 1887-1931 (LC Ediciones 2019)

"Catálogo del Museo Policial de La Coruña". Tres ediciones (2008, 2014 y 2022)

"Historia de la Policía Nacional" (La Esfera de los Libros 2021).

"El Cuerpo de la Policía Armada y de Tráfico 1941-1959" (SND Editores. Madrid 2022).

"Policía y ciudad. La Policía Gubernativa en La Coruña (1908-1931)" (en preparación).


Otras publicaciones:

"Tiempos de amor y muerte. El Infierno de Igueriben". LC Ediciones (2018)

"Historias de Marineda. Aquella Coruña que yo conocí". Publicaciones Librería Arenas (2019).

"El sueño de nuestra noche de San Juan. Historia de la Comisión Promotora de las Hogueras de San Juan de La Coruña". Asociación de Meigas (2019).

"Las Meigas. Leyendas y tradiciones de la noche de San Juan". Comisión Promotora de las Hogueras de San Juan de La Coruña (2011).

"Nuevas historias de Marineda. Mi Coruña en el recuerdo". Publicaciones Arenas (2022). Ganadora del premio de ensayo y narrativa "Fernando Arenas Quintela 2022".
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A prevaricar a China

Un Estado de Derecho tiene Derecho a imponer su Derecho y ese es el que impone.
Estado de Derecho significa eso el Derecho del Estado a imponerte sus leyes no que el Estado proteja los Derechos. El concepto de Estado de Derecho viene de la URSS, lo llamaban Estado de Derecho Sovietico. La trampa esta en que dicho Estado no respeta la Constitución ergo es ilegal e ilegitimo. Claro que la Carta Magna tiene mecanismos para parar a estos satrapas pero si tu incumples un contrato por muy bien redactado que este el problema no es el contrato es tu incumplimiento, ellos juran cumplir y hacer cumplir la Carta Magna que esta pensada para que a modo de recordatorio se respeten los Derechos sino se respeta la Carta Magna se esta prevaricando, ergo delinquiendo.
Ese es el verdadero problema que no se respeta ni la Carta Magna ni la DUH ergo el Estado no es Legitimo, ergo no tienen potestad para imponer nada porque estan fuera de la Ley.. Deben ser detenidos, destituidos y procesados. España es un Estado de Derecho como todos porque imponen Su Derecho, pero no Democratico porque la Democracia es eso el poder del Pueblo y el respeto a los Derechos más basicos.

A prevaricar a China

El Rey es el primero que esta prevaricando porque incumple su juramento no cumple ni hace cumplir la Constitución Española y eso es traición.

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