20/05/2024 20:48
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El gallego ni se moja ni se mojará.  Cierto que ha incluido en su lenguaje la palabra España, su afirmación de que somos españoles y críticas al independentismo, pero no ha ido mucho más allá.  Reemplazó a a Casado, pero aparte de cambiar al secretario general ¿qué otros cambios reales ha introducido Feijoo? Mantiene su rechazo irracional a Vox. Recordemos que fue incapaz de ir a la toma de posición el presidente de Castilla y León porque este, dados los resultados electorales, se había visto obligado a hacer un gobierno de coalición con Vox y no querría hacerse la foto. Por cierto, en el famoso congreso del PP en el que salió elegido presidente fue muy poco efusivo y hasta desagradable con la presidenta de la Comunidad de Madrid, lo cual sí que ha quedado grabado. Y eso fue en marzo de este año.

La triste realidad, desde 2017 hasta hoy, por limitarnos al pasado reciente, es que el PP, salvo honrosas excepciones, ha demostrado una preocupante falta de visión de Estado, tanto en el fondo como en las formas y está contribuyendo a llevar a España a una situación explosiva. Baste con dos ejemplos.

Ningún líder del PP, presente o futuro, será de fiar si cuando se le pregunte, no reconoce explícitamente, o al menos mediante silencios elocuentes, que actuación de Rajoy en el 155 fue absolutamente errónea y que la actitud del PP incumpliendo el pacto firmado con Vox fue inaceptable.

Una cosa es que Mariano deba ser una persona muy agradable e ingeniosa para invitarlo a cenar y otra muy distinta es que su forma de utilizar el 155 fue un error gravísimo. Tras diseñarlo y aprobarlo lo desactivó al convocar inmediatamente elecciones autonómicas en diciembre de 2017. Además, ni siquiera lo aplicó durante casi el medio año que transcurrió hasta que el parlamento catalán optó por nombrar presidente a Joaquin Torra.

Por otra parte la informalidad del PP se puso de manifiesto sin duda alguna cuando, tras las elecciones locales, el sábado 15 de junio de 2019 a las 4 de la madrugada, Teodoro García Egea firmó “en nombre y representación del Partido Popular, en su calidad de Secretario General del mismo, manifestando tener poderes suficientes” un acuerdo político, con Javier Ortega-Smith, que intervenía “en nombre y representación del Partido VOX, como Secretario General del mismo, manifestando tener poderes suficientes”. En el punto 1 de ese acuerdo se estipulaba “que VOX apoyará la investidura de gobiernos de coalición en los ayuntamientos donde la alianza de PP-Cs-Vox puedan impedir un gobierno de izquierdas”. Y el punto 2 “Que una vez elegidos los gobiernos de coalición PP-Cs-VOX y en el plazo máximo de 20 días naturales contados desde la fecha de investidura, se nombrará a las personas indicadas por Vox en cada ayuntamiento en distintas concejalías de gobierno y responsabilidades directivas en entes municipales, que en número y presupuesto guardarán proporción a los resultados electorales obtenidos por Vox en cada población

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Pues bien, ese acuerdo fue incumplido en menos de 24 horas pues tras dar Vox sus votos a Almeida, necesarios para poder ser elegido Alcalde de Madrid, el flamante alcalde y Abogado del Estado se olvidó del punto 2 y si te he visto no me acuerdo. ¡¡¡Y ahora le extraña que Vox no le apoye, gratis total, los presupuestos de 2022 del Municipio!!!

Mientras que el PP no lave estas historias recientes de falta de visión de Estado y de incumplimientos, sus palabras serán vanas. ¿Cómo valorar la actitud de Feijoo ante un Pedro Sanchez al que no le tiembla el pulso eliminando, para mantenerse en el poder, los delitos de sedición y la malversación, aplastando los resquicios de independencia judicial, desprofesionalizando la Función Pública (Iceta), rompiendo con la Transición (Memoria Democrática), traicionando a las víctimas, incluidas las de su partido (acuerdos con los filoetarras), etc. Cabe imaginar a Feijoo como un cantante de ópera al que se le escapa un gallo, pero lo suyo es mucho más grave que un mal día en un profesional. Feijoo ha cantado la gallina: Contentarse con pedir elecciones generales demuestra que no sabe lo que hacer.

Es obvio que el último reducto en una democracia son las elecciones. Eso lo sabe todo el mundo. Pero ante una situación tan grave como la española, pedir elecciones es pedir peras al aire. Las teclas publicitarias están, por alta mayoría, en manos de Sánchez y de sus coaligados. Hay que dar la cara dentro del marco constitucional y una de las pocas cosas que está en manos de la oposición es la moción de censura.

Es una oportunidad para echarle en cara a Sánchez sus traiciones ante la Constitución, el estado de Derecho y los españoles. Una moción de censura por mucho que la quieran ocultar los medios se va a escuchar y eso es muy conveniente para aclarar al pueblo soberano porqué deber dar el voto a unos partidos u otros. Es una oportunidad para echarle en cara a Sánchez sus traiciones ante la Constitución, el estado de Derecho y los españoles. Por supuesto que, salvo un milagro, se va a perder esa moción de censura. Perder una votación ante la actual composición del Congreso es lógico. Si Feijoo quiere ganar seguro una votación le sugiero un ejemplo claro: derogue la Memoria Histórica y Democrática de Andalucía. Tiene mayoría absoluta. Caben muchos otros ejemplos en las Comunidades y grandes ciudades en las que el PP, solo o coaligado tiene el poder ejecutivo. Si no se le ocurren busque buenos asesores ¿O acaso sólo puede plantear opciones políticas la Generalitat de Cataluña?

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El gran problema de la derecha es el buenismo y el querer que la lleven en andas al poder sin haberse mojado. La España seca es un problema, pero muy pequeño al lado de la Política seca que elude hacer propuestas no sea que a algunos no les gusten.

En todo ese contexto de silencios, generalidades vacías y actitudes buenistas, el PP sale mal parado. Siempre nos queda Ayuso. Sus palabras y sus acciones firmes y contundentes han resonado en los ciudadanos de Madrid. Se la ve y se la espera como un adecuado recambio para Feijoo. Sin embargo, en este tema se ha equivocado. Me parece un error que haya descalificado el posible uso de la moción de censura contra Sánchez. La verdad es el medio poner al descubierto las “comisiones de expertos” y los “doctorados”.

Los políticos no pueden esperar que sean los electores los que le digan la verdad. La función de los electores es votar. Son los políticos los que deben dejar claro cuáles son las políticas que propugnan para hacer una España mejor.  Ya sabemos que “el que se mueve no sale en la foto” y que “somos dueños de lo que nos callamos y esclavos de lo que hemos dicho”. Pero bendita esclavitud la de la responsabilidad porque es la que nos lleva a la verdadera libertad. No Ayuso, no. Esta vez te has equivocado. Habla con la rubia Cayetana y, sobre todo, no defraudes las esperanzas que has despertado.

La conclusión es clara: Votar a este PP en las próximas elecciones, en todos los niveles, seguirá siendo un voto a la debilidad y al juego político. Si de verdad queremos que las cosas cambien hay que votar a VOX. Abascal nunca se va a negar a posibles gobiernos de coalición con el PP. No cabe duda de su actitud responsable ante la situación de ruptura, insolidaridad y demolición del estado de Derecho en que nos España se encuentra.

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