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Hemos sufrido acoso, derribo, detenciones todos aquellos que al margen de las siglas hemos militado en formaciones social patriotas como la de Tomás Bor, encerrado injustamente en Soto del Real mientras el Letizio indulta a los separatistas en Cataluña escudándose la casa real y la derecha sociológica en la repugnante constitución en su artículo 62.
Hace unos escasos días también detuvieron a nuestro camarada. Pedro Pablo Peña, líder de Alianza Nacional de hecho ayer en la zona de campo grande (Valladolid Pucela) se convocó una concentración en apoyo a Pedro Pablo Peña y Tomás Bor también por los 14 encausados de Blanquerna que desde este diario social patriota exigimos su liberación.
Los nacionalistas españoles estamos perseguidos coartados de libertad y cercados en esta pseúdo democracia que es benévola y prostática con los comunistas y separatistas excepto con los patriotas a los cuales pasa un rodillo ideológico.
El ingresar en cualquier organización del mundillo es complejo ya que nosotros por este sistema vil, torticero y vomitivo seremos vistos como los malos de la película ya que hasta nuestro último aliento seguiremos denunciando las injusticias de este régimen aunque nos cueste la cárcel o la muerte e incluso el ostracismo.
Las discusiones con la familia y con amigos aumentan ya que la propia cerrilidad que lejos de entendernos es egoísta y nos criminaliza ya que esto demuestra que los únicos que somos los verdaderos antisistema somos los fascistas que independientemente de la organización que militen o simpaticen el mero hecho de ingresar en estas filas es un acto de valentía y por consiguiente rebeldía.
Desde aquí todo mi incondicional apoyo a Tomás Bor, Pedro Pablo Peña y los 14 imputados de Blanquerna. Frente a la incomprensión de un sistema que se auto destruye como el acorazado Maine que se reinventa y que no es capaz de mantenerse en pie creando una disidencia controlada del 78 como vox demuestra de lo que es este sistema y de la catadura moral que tiene.
Nosotros somos quienes somos como dice la revista falangista ya que bajo ningún concepto queremos un cambio de régimen o gobierno sino de sistema partidocrático liberal en el que no quepan el egoísmo individual ni el marxismo y separatismo anti nacional.
Una España como la actual ya sea roja o Cayetano pero que sigue estando rota no la queremos sino que nuestra concepción de España es visceral, mística y poética con un estado nacional y un socialismo vertical que inspire y saque a relucir la verdadera espiritualidad que es la Fe en Jesucristo, Nuestro Señor.
Dios puede perder alguna batalla pero no la guerra ya que España como empresa común es plural en términos regionalistas pero España es una, grande y libre.
Me duele España cuando veo a un camarada valiente como Tomás Bor encarcelado mientras el separatismo es liberado pactando con los enemigos de España. Desde los gobiernos de la UCD, PP y PSOE hasta nuestros días pero la culpa no es de los separatistas totalmente sino parcialmente llevando su hoja de ruta sin desviarse ni un milímetro.
La culpa total es de los traidores que como termitas habitaban en el régimen nacido del 18 de julio cuya paz social se logró sin mediación ni pactos de partidos políticos.
Tampoco me olvido de mencionar a Pedro Pablo Peña del cual leo, comento e incluso intercambiando impresiones con él ya que cuando nos enteramos de su detención no nos sorprendió pero no por el mero hecho de sorprendernos nos pareció justa su detención propia de la bazofia de los actuales cuerpos y fuerzas de seguridad del estado.
Tal y como él relató después de pasar por sede judicial en su muro personal, es un secreto a voces de que van a por nosotros por eso es necesario unirnos en verticalidad.
Esto es solo el aperitivo de lo que nos espera por cantarle al sistema las verdades del Barquero y de las tropelías que hacen la casa real, la derecha borbónica liberal cuyo fanatismo es feudal pero no rebosan patriotismo sino sumisión al igual que esa izquierda gorrina, infantil y rosa más propia de un antro de maricas que de ser garante de abanderar la justicia social y que a la masa proletaria abandona a su suerte.
Es un buen síntoma que el sistema al gozar de una mala salud en el fondo nos teme y por eso nos señala, nos enfrenta entre amigos y familiares hasta como colofón encarcela a nacionalistas cuyo fin es creer en Dios, la Patria y la justicia social ya que Cataluña es España y la historia parte de un ucronismo manipulando a los jóvenes que desconocen quién fue; Blas de Lezo, Enrique de Ibarreta, Hernán Cortés, don Pelayo o los reyes católicos privando a las nuevas generaciones de conocer su Historia.
Quien no sabe de dónde viene, no sabe lo que es.
No se puede ignorar la Historia porque siempre se será un niño (Marco Tulio Cicerón)
Somos una minoría disciplinada que tenemos la fortuna de nacer en una época que no es la nuestra ya que somos inactuales e idealizar con afán superlativo romántico repercutido hacia su soberanía.
Por eso nos temen siendo pocos, imaginaos camaradas si fuésemos legiones de combate somos los últimos de Baler pero los primeros del mañana ya que este nos pertenece.
Por eso no debemos preocuparnos aunque nos persigan hasta la saciedad y extenuación hasta encerrarnos en cualquier agujero recóndito, nuestra gran fortaleza es que no somos bastos y no estamos al lado de la mayoría por eso no debemos preocuparnos.
Lo preocupante sería estar al lado de esta sociedad degenerada en donde el homosexualismo liberticida prima, la ausencia de valores y el modernismo en sustitución de la tradición. Cuando precisamente la tradición es aquello que hay que preservar para así perdurar.
Nosotros debemos de ser inasequibles, intransigentes e inflexibles a cualquier cambio corrosivo ya que el sistema cuando peligra y se palpa la destrucción se reforma por eso no nos quieren dentro del congreso o ayuntamientos sino recluidos en ciénagas o en el ostracismo de nuestra soledad.
El mejor ejemplo lo tenemos en los 14 procesados de Blanquerna, en Tomás Bor, preso del sistema del régimen del 78 y por supuesto de Pedro Pablo Peña, líder de Alianza Nacional que lleva desde muy joven volcado a la causa estando en primera línea y es el referente de muchos jóvenes cargados de idealismo y de ilusión cuyo sintomatología es el romanticismo incurable.
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