Hoy 12 de noviembre de 2021, Austria prepara el Gran Apagón: simulacro Energie 21. Por Luys Coleto

Getting your Trinity Audio player ready...

Hoy, sin más, viernes 12 de noviembre de 2021. El gobierno austriaco y las autoridades regionales, junto a plurales servicios de emergencia, preparándose para una simulación de corte militar. Bautizada como Energie 21. Todos a una, pues: regiones, cruciales ministerios (Interior, Defensa, Economía y Protección del Clima) y proveedores de electricidad (Austrian Power Grid y E-Control) ensayando al alimón cómo trabajarían juntos si se produce un apagón.

Lo peor siempre está por llegar

Las Fuerzas Armadas Federales y el Ministerio del Interior austriaco consideran que un apagón eléctrico generalizado es un peligro real. El escenario del ejercicio: una escasez de energía debido a una prolongada ola de frío en Europa. Y su apretada síntesis: una ola de frío extrema en Europa provoca un aumento del consumo de electricidad, restricciones en la producción de ésta y la consiguiente escasez de su suministro.

Y según el plan de ejercicios, el objetivo es evitar el derrumbe y el colapso de la red eléctrica austriaca, tal como lo hizo Suiza, llevándose a cabo diversos ejercicios, por ejemplo, en el teleférico de Patscherkofel, como el descenso en rápel de pasajeros desde las cabinas o el rescate en helicóptero. También se utilizará para la pintiparada ocasión un helicóptero Blackhawk.

…Si desea continuar leyendo el artículo pinche aquí.

Autor

Luys Coleto: Nacido en Bilbao, vive en Madrid, tierra de todos los transterrados de España. Escaqueado de la existencia, el periodismo, amor de juventud, representa para él lo contrario a las hodiernas hordas de amanuenses poseídos por el miedo y la ideología. Amante, también, de disquisiciones teológicas y filosóficas diversas, pluma y la espada le sirven para mitigar, entre otros menesteres, dentro de lo que cabe, la gramsciana y apabullante hegemonía cultural de los socialismos liberticidas, de derechas y de izquierdas.

LEER MÁS: ¡Pedro Sánchez, me gusta la fruta! Por Rafael García Alonso