22/11/2024 00:25
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Luz, gas y, puede, agua. El gobierno de Sanchinflas, preparando «comités de crisis» ante tal eventualidad creada por los globalistas a los que servilmente abrillanta el glande. La atroz ley de Seguridad nacional, a pleno funcionamiento. Y las fases del horror liberticida, cumpliéndose.

el nuevo pacto social: limosna básica, ocio gratuito y marihuana

Aparte de las obsesiones genéticas y transhumanista de los globalistas, la comunistoide centralización total, clave. Un aspecto clave de la agenda de la «economía compartida» presentada por el FEM es el concepto de la Renta Básica Universal (RBU).  Totalitario Estado Global, cual nodriza. Granja tecnotrónica, pues.

Además de la cita paguita planetaria, ocio (casi) gratuito (metaverso, top) y marihuana a cascoporro. Completa subnormalización, absolutamente apollardados, además de absoluto control (digital) de las masas de aquí a unos años. Nuevo pacto social. “Digital” (transhumanista). Y “verde” (las nucleares y el gas, energías verdes: juas). Fuck New Green Deal.

Hacia el Estado limosnero: inflación, perfecta excusa

Inflación, vocablo fetiche. Hiperinflación, mejor expresado. Programación predictiva, como todo. Los acontecimientos de la crisis inflacionaria y estanflacionaria abren muchas puertas. Cuando el Estado se transforma en nuestra papá y mamá, ¿cuántas personas estarán dispuestas a morder la mano que les da de comer?

La RBU otorga a las élites políticas un poder increíble a cambio de nada más que dinero, papel o digital, creado de la nada.  Poder, he ahí todo el meollo: subvencionar los costes de los alimentos y la energía a sus súbditos (tras la amenaza de su difuminación) a raíz de la “crisis inflacionista”. Toda subvención sería, por supuesto, el primer paso del inevitable impulso hacia la siniestra renta básica. Y memento: los denominados estímulos y el gasto gubernamental sólo conducen a precios más altos.

Pero recordemos algo, gentuza mundialista eludiendo responsabilidades: son precisamente las políticas que el FMI ha promovido durante años las que han conducido directamente a la crisis de inflación a la que nos enfrentamos hoy. La farsa bélica ucraniana NADA tiene que ver. Un ejemplo: la inflación estaba en el nivel más alto de los últimos cuatro decenios en Gringolandia mucho antes de que comenzase la astracanada bélica…

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Y las cadenas de suministros, bloqueados (ains, el cyber polygon). Y algún pedo «climático» provocado por ellos, geoingeniería mediante, en lontananza. ¿A qué sí, OTAN? En fin.

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Autor

Luys Coleto
Luys Coleto
Nacido en Bilbao, vive en Madrid, tierra de todos los transterrados de España. Escaqueado de la existencia, el periodismo, amor de juventud, representa para él lo contrario a las hodiernas hordas de amanuenses poseídos por el miedo y la ideología. Amante, también, de disquisiciones teológicas y filosóficas diversas, pluma y la espada le sirven para mitigar, entre otros menesteres, dentro de lo que cabe, la gramsciana y apabullante hegemonía cultural de los socialismos liberticidas, de derechas y de izquierdas.