22/11/2024 06:10
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Es dantesco, es apocalíptico lo que está ocurriendo en la India como consecuencia de este virus que el partido comunista chino ha desperdigado todo a lo largo y ancho del planeta. No hay más que ver las imágenes que nos llegan, que sólo nos muestran una minúscula parte de los horrores que deben estar ocurriendo a diario.

China e India lideran el ranking poblacional de los países del planeta, seguidos a mucha distancia de otros como USA, Indonesia, Brasil, Paquistán, etc. La India es el segundo coloso asiático que le hace sombra a China no solamente en población -1.420 millones China y 1.3670 la India- sino también en desarrollo tecnológico, aunque a años luz de China en crecimiento económico.

El virus deja en todo el mundo un reguero de contagios y de muertes, que según cifras oficiales son de más de 3,2 millones de fallecidos y más de 158,3 millones personas infectadas, que la realidad serán bastantes más. El país más afectado en términos absolutos es Estados Unidos, con más de 32,7 millones de contagios y por encima de los 581.000 fallecimientos, seguido de la India, que se ha convertido en el segundo país con más casos con más de 22,6 millones de diagnósticos y más de 246.000 muertos, el 90 % de los casos y las muertes del sudeste asiático. Brasil, rebasa los 15 millones de infecciones y alcanza los 422.000 decesos.

En el caso de India, «contabilizar contagios y muertos es muy complicado en un país en el que hay nacimientos que no se registran, porque hay gente tan pobre que no puede pagarse el certificado de nacimiento», recuerda en declaraciones a RTVE.es la especialista en Asia Meridional del CIDOB, Ana Ballesteros. «Es complicado saber cuántos casos reales hay, es muy difícil de controlar»

Las casualidades existen sin duda alguna, pero muchas casualidades juntas hacen que debamos sospechar de que determinadas cosas no ocurren porque sí y que no son cosas del azar. Algo huele a podrido en Dinamarca dijo el príncipe de las letras inglesas, pues algo huele a podrido en este virus chino. Como en cualquier investigación, nos fijamos en dos aspectos: los hechos, es decir, lo que ha ocurrido, que en este caso todavía es lo que está ocurriendo y, en segundo lugar, a quién beneficia lo ocurrido.

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Los hechos son que un virus, de origen no estrictamente natural sino que según fuentes solventes como el premio Nóbel en 2008 Luc Montaigner, ha sido modificado en laboratorio, se ha desperdigado por todo el planeta causando muertes sin cuento y provocando confinamientos y restricciones a la movilidad en la mayoría de los países, que llegaron a paralizar muchas economías, con los consiguientes efectos de desempleo, miseria, hambre y daños físicos y psicológicos muy importantes.

Las economías europeas sino todas en bancarrota, muchas de ellas y sobre todo la española sí lo están. Muy tocada la economía USA, la británica, incluida también la rusa. Por otro lado, la economía china es la única que crece, casi desde el primer momento de la pandemia y según las últimas estadísticas conocidas a tasas de dos dígitos.

Pero es que en China no es obligatorio, ni se impone ya la mascarilla facial y se producen concentraciones masivas todo a lo largo y ancho de este superpoblado y extenso país, sin distancia social alguna. Mientras, en el resto del mundo olas de infecciones vienen y olas de infecciones van, cerrando provincias a la movilidad, confinamientos, toques de queda y fuertes restricciones turísticas y hoteleras y hosteleras, etc, etc, fiándolo todo a unas vacunas de las que no se sabe ni cuanto dura su período de protección, ni si los vacunados contagian o no y todo ello porque no se trata de vacunas sino de ensayos a escala global, según reconocen los propios laboratorios fabricantes.

En España, el gobierno se vuelve a lavar las manos y deja que los gobiernos regionales se esnafren, se peguen con los jueces y éstos entre sí. Lo hace a conciencia para que de nuevo en este caos se produzcan nuevos contagios, nuevas restricciones y nuevos desastres económicos. Su afán es empobrecernos, adoctrinarnos y atemorizar a la ciudadanía. Está en el manual del globalismo, al cual sirve este gobierno.

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Toda esta desgracia sanitaria, económica y social, ¿a quién beneficia? pues a China que ya viven en una normalidad sanitaria y económicamente creciente, mientras el resto nos hundimos. Beneficia también a los grandes trust y lobiees farmacéuticos que se forran a vendernos PCRs, y las llamadas vacunas que no son sino ensayos goebelianos y mengelianos en sus manos, que se perpetuaran año tras año. De igual manera, beneficia a los financiero-globalistas que detentan la totalidad de las tecnologías de comunicación y las grandes plataformas de internet.

Más temprano que tarde, lo que esta ocurriendo en la India era de esperar, al igual que lo ocurrido en occidente y casi todas las partes del planeta pero, dadas las condiciones sociales indias, la letalidad es mucho mayor. Las últimas cifras disponibles nos hablan de una velocidad de propagación de la infección a razón de casi 400.000 personas/día y 4.000 fallecimientos.

Un horror y un enorme daño a una de las mayores naciones competidoras del gigante chino, a occidente y otros muchos países. ¿Casualidad?, ¿Fuga de una potencial arma biológica?, ¿Intencionalidad de destruir masivamente vidas y economías como preconizan algunos magnates globalistas?

Cada lector es muy libre de elegir entre éstas u otras posibles.

Autor

REDACCIÓN