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Esta es la cuarta parte de la serie de artículos sobre el libro de José Vasconcelos, Breve Historia de México, que se pueden sequir aquí.
La Independencia.
Aquí empieza, para mí, lo más interesante del libro, y lo más triste. Se trató de una conspiración de Inglaterra, que tenía el punto de mira en la América española desde hacía un siglo. Es muy triste comprobar que se trató de la traición de españoles y criollos puestos al servicio del principal enemigo de España. A notar que en muchos casos se trató de religiosos renegados.
No se va a seguir una linea argumental de los sucesos de la independencia en los extractos, sino a exponer los aspectos más llamativos de esa traición.
La independencia de los pueblos americanos es el resultado de la desintegración del Imperio español. Ninguna de las naciones de América había llegado a las condiciones de madurez que determinan la emancipación como proceso de crecimiento natural. Nuestra emancipación fue forzada por los enemigos del exterior. Ni estábamos preparados para ella ni la deseábamos. En México los diversos intentos de rebelión contra España instigados todos por los agentes de Inglaterra y Estados fracasaron de la manera más rotunda. (p. 235)
No se necesitaba mucha penetración para comprender que la Independencia, en las condiciones en que se produjo, cuando aun no concluía el largo duelo de ingleses y españoles, de latinos y anglosajones, tenia que dejar a México a merced de los Estados Unidos. A la América del Sur a merced de Inglaterra.
…
Los dos pueblos más penetrados de la influencia española, México y el Perú, se resistieron a la independencia y la debieron a esfuerzos del exterior. Al Perú lo libertaron colombianos y argentinos. México se liberto cuando ya no podía menos que hacerlo. (p. 236)
Sin saberlo, todos los promotores de la independencia hispanoamericana trabajaron para Inglaterra o trabajaron para los Estados Unidos (p. 237)
Todo el desastre mexicano posterior se explica por la ciega, la criminal decisión que surge del seno
de las chusmas de Hidalgo y se expresa en el grito suicida: mueran los gachupines. . . (p. 238)
…
La idea de que la independencia tendiera a restablecer los poderes del indígena, no fue idea de indígenas. La emancipacion, ya se ha dicho hasta el cansancio, no la idearon ni la consuma-
ron los indios* La idea de soliviantar a los indios aparece en los caudillos de la emancipación que no encontrando ambiente para sus planes entre las clases cultas, recurrieron al arbitrio peligroso de iniciar una guerra de castas, ya que no les era posible llevar adelante una guerra de emancipación. Y a este cargo no escapa ni Bolívar, que en Colombia lanzo a los negros contra los blancos a fin de reclutar ejércitos. A los del Norte, semejantes procedimientos les hubieran parecido desquiciadores y lo son.
Fue, pues, un crimen, el hecho de lanzar a los de abajo contra los de arriba, sin plan alguno de mejoramiento social, y tan solo para tener soldados. En realidad, la idea de poner al indio al frente del movimiento insurreccional fue una idea inglesa. Uno de los que primero hablaron de confederar al continente hispanico bajo el cetro de ua descendiente de los Incas, fue Miranda* Las ideas se las dieron a Miranda ya hechas sus amigos, los dos mayores enemigos de la obra española en América, o sea los Franceses y los ingleses.
Por ejemplo, el Padre Mier, que nos es presentado como el inspirador de los movimientos de la Independencia, desarrolló su propaganda en Londres y a sueldo siempre del Almirantazgo
britanico… ¿ Por que México, el país típicamente indio, era precisamente el que menos entusiasmo mostraba por la Independencia, según lo prueba el techo de que nunca hubo en México campanas militares comparables a las de Bolívar, a las de San Martin? (p. 242)
A México no vinieron, como fueron a Colombia, con Bolívar, batallones ingleses y Estados Mayores extranjeros, sin duda por- que el sentimiento español era mas fuerte entre nosotros y el
espíritu publico se hubiera rebelado contra la intromisión osten sible de aquellos extranjeros. No vinieron batallones, pero si llegaban los emisarios, los agitadores, los conspiradores. En este
carácter estuvo el Padre Talamantes, peruano al servicio de los ingleses. (p. 244)
En México la Independencia no libró batallas. … es un hecho auspicioso que no se librasen grandes batallas, que no hubiese grandes ejércitos y que Calleja, como constantemente lo repetía con toda lealtad, estuviese haciendo la guerra contra los caudillos de la independencia exclusivamente
con tropas mexicanas. … Debe haber parecido a todo el mundo sospechoso ese afán de matar gachupines y esa insisten- cia de reclutar indios puros y negros de la costa de Guerrero,
para echarlos sobre las poblaciones al saqueo, para destruir, que es lo único que logra el líder improvisado que no tiene plan ni Vision. (p. 245)
Los verdaderos precursores de la Independencia hispano- americana fueron los bucaneros de quienes hemos hablado en capitulo especial. Desde el principio, Inglaterra procuraba dominar el mar porque codiciaba los territorios de España en America* Pero, en realidad, la actividad de los corsarios había ter- minado en fracaso.
…
Inglaterra recurrió entonces a la perfidia. Lo que no pudieron hacer sus marinos, sus soldados, lo lograrían sus agentes secretos sembrando la semilla de la discordia entre las poblaciones americanas. (p. 249)
Es curioso que el autor del documento que según Pereyra puede llamarse el acta de la Independencia americana, sea un jesuita, D. Pablo Vizcardo y Guzmán, y que ese jesuita haya redactado su discurso en Londres al terminar el siglo dieciocho. (p. 252)
Este es el curriculum de ese jesuita renegado (de la wikipedia, no del libro)
Nacido en 1749 en Pampacolca, departamento de Arequipa. Residió en su ciudad natal, Arequipa, hasta que su orden religiosa fue expulsada del país. Viajó entonces a Italia y se estableció en un pequeño pueblo cerca de Génova. Después de pedir su secularización, esperó largos años la autorización para regresar a su patria y recuperar los bienes confiscados durante su exilio, lo que finalmente le fue denegado.
En 1780, la noticia de la sublevación del líder indígena Túpac Amaru II en el Cuzco provocó su inmediata reacción y decidió apoyarla. Sin saber que había sido sangrientamente reprimida, le escribió a John Udny, cónsul inglés en Livorno y se ofreció a participar personalmente en una vasta acción revolucionaria. Con este fin se trasladó a Londres en 1782, y allí permaneció un par de años antes de regresar a Italia, donde prosiguió su campaña. En Francia, entre 1782 y 1791, terminó de redactar su famosa Carta a los Españoles Americanos, un documento fundamental del pensamiento libertario americano. Esta carta, escrita en francés, aparece primero, gracias al prócer venezolano Francisco de Miranda, en 1791, y circuló clandestinamente. En 1801 se publicó en español. Ambas ediciones son londinenses, aunque la primera tienepie de imprenta en Filadelfia. Vizcardo murió en Londres, donde se encontraba becado desde 1806.
La Carta aprovecha la inminencia del tercer centenario del descubrimiento para hacer una encendida defensa del principio de la autodeterminación y resume los tres siglos de coloniaje con cuatro palabras: “ingratitud, injusticia, servidumbre y desolación”. Es el primer documento político que plantea sin ambages la independencia total y la justifica con argumentos convincentes. Su influencia sobre los hombres de la época fue decisiva.
Es decir, el exjesuita agita el indigenismo en las américas españolas, todo ello al servicio de Inglaterra. Muy ilustrativo. Sobre el Miranda citado:
Su contribución más grande está probablemente en la lucha para la liberación de las colonias en la América española. Miranda tuvo la visión de un gran imperio independiente que consistía en todos los territorios que estaban en poder de los españoles y portugueses comenzando con los territorios al margen del Río Misisipi hasta la Tierra del Fuego, en el punto más al sur del continente. El imperio estaría bajo dirección de un emperador hereditario llamado Inca para apaciguar a las etnias indígenas y tendrían una legislatura bicameral. Él concibió el nombre Colombia para este imperio, inspirado en Cristóbal Colón.
Con ayuda británica, Miranda realizó una invasión a Venezuela en 1806. Llegó al puerto de La Vela de Coro el 3 de agosto, donde la bandera venezolana tricolor fue izada por primera vez, pero al no encontrar apoyo popular se reembarcó diez días después.
…
Como nota adicional, es importante decir que Miranda también es considerado uno de los padres fundadores de la Masonería en América Latina.
Cómo no.
Desde el principle, la accion revolucionaria se vio manchada con la traicion. Antes de la expulsion de los jesuitas y cuandolas nuevas disposiciones tributarias de Galvez, dice Pereyra, crearon una peligrosa tension de animo, salieron dos comisionados de Puebla para proponer un plan revolucionario a los ingleses, ofreciendoles San Juan de Ulua y Veracruz, juntamente como el monopolio mercantil. La peticion fue rechazada por Inglaterra. (p. 253)
Vasconcelos pasa a tratar de la situación en España. Con la ventaja que da la perspectiva histórica, hay que decir que era “inevitable”. Desde el punto de vista material, al marina española había sido puesta fuera de combate en Trafalgar. La gesta de Lezo en Cartagena de Indias (gloriosísima) o las de Tenerife (tres, en la última Nelson perdió el brazo y casi la vida) no podían repetirse hasta el infinito. Inglaterra había cooptado y financiaba a una parte decisiva de las élites intelectuales y políticas de España y las américas hispanas a través de la masonería, el brazo ideológico del imperio.
Tras el golpe de estado liberal de Riego, Méjico inicia un proceso de independencia que podríamos considerar “conservador”. En todo caso, abierta la puerta a la revolución es difícil pararla, como se sabe.
El texto de Vasconcelos puede ser difícil de leer sin conocer previamente los principales sucesos de la independencia mejicana. Los he leído en la Wikipedia, pero no en la entrada principal, sino en la de la biografía de Iturbide, que empezó siendo un militar realista, y luchó contra Morelos, uno de los precursores de la independencia mejicana. Morelos por cierto era un canalla muy dado a fusilar prisioneros españoles después de las batallas. V. critica que se le tome como ejemplo militar en Méjico.
De la entrada de Iturbide. Da vergüenza leerlo:
Tras la vuelta de Fernando VII, la Nueva España vuelve a la rutina, hasta el pronunciamiento de Riego. Iturbide, participó en la Conspiración de la Profesa de los conservadores que quisieron independizarse de la España del Trienio Liberal. Marcha con sus tropas contra Guerrero, un militar independentista que se hizo fuerte en el Sur. Tras algunas escaramuzas le propone unir fuerzas por la independencia de México. Llegan aun acurdo: Abrazo de Acatempan y presentan el Plan de Iguala
El 24 de febrero de 1821 se proclamó el Plan de Iguala, un programa político de veinticuatro puntos, cercano tanto a los tradicionalistas católicos como a los liberales. Entre los puntos más importantes se declaraba la independencia de Nueva España, se proponía un régimen monárquico moderado constitucional adecuado a la entidad cuyo trono era ofrecido a Fernando VII de España o a alguno de sus hermanos, así como la exclusividad de la religión católica «sin tolerancia de otra alguna».
Para sostener el plan, se conformó el llamado Ejército Trigarante (religión, independencia y unión) que reunía a las tropas de Iturbide y de los insurgentes, y al que se irían uniendo poco a poco la mayoría de las demás guarniciones realistas del país. Acabaron entrando en la capital sin apenas oposición.
Una curiosidad:
Guadalupe Victoria se entrevistó con Iturbide en San Juan del Río. De acuerdo a Lucas Alamán, el antiguo insurgente propuso al jefe máximo adoptar un gobierno republicano sin llamar a Fernando VII o cualquier otro Borbón. A cambio, recomendó llamar a algún antiguo insurgente que fuese soltero y que no hubiese sido indultado, el cual se casaría con alguna india guatemalteca para formar con ambos países una sola nación. Guadalupe Victoria era el único que reunía dichas características.
Los liberales españoles habían enviado a Juan de O’Donojú, un liberal masón para arreglar el asunto. Iturbide y él pactan la independencia en los Tratados de Córdoba. Se crea la Junta Provisional Gubernativa:
Mientras tanto, Iturbide, como presidente de la Regencia, tomó una actitud paternalista reduciendo algunos impuestos y eliminando otros. Rechazó el «diezmo real» sobre la minería, liquidó los estancos de pólvora y azogue, redujo los derechos de importación y de exportación, redujo la tasa de la alcabala del 10 al 6%, y suprimió el impuesto de cuatro pesos por barril al aguardiente de caña.105 Como resultado, la captación de ingresos disminuyó un 57%, lo cual representó dejar de percibir más de cinco millones de pesos.106
…
Debido al déficit presupuestario del erario, la Junta se vio obligada a imponer préstamos forzosos a la población, pero la recaudación fue insuficiente. …
Como medida popular la Junta propuso suprimir a los indígenas el pago de las contribuciones llamadas de «medio real de ministros», «medio de hospital» y el «uno y medio de cajas de comunidad». Estas contribuciones formaban un fondo para solventar los frecuentes pleitos en cuestiones de tierras y agua, para financiar el funcionamiento del Hospital Real y para contar con un fondo el cual podía ser destinado para gastos de culto, mantenimiento de escuelas y apoyo para calamidades como epidemias o pérdidas de cosecha. A pesar de que Fagoaga se opuso a la eliminación de esta contribución sistematizada, la medida se llevó a cabo. Como resultado los indígenas quedaron sin recursos para estos gastos, pues no se proveyeron fondos de sustitución de los mismos…
El liberalismo en acción.
En España se rechazan los Tratados de Córdoba. Fernando VII y familia rechaza el ofrecimiento de la corona mejicana. En el Congreso mejicano se agría la oposición entre republicanos y monarquistas, las cuentas no cuadran:
El Congreso prohibió los gastos no autorizados por él y eliminó los empréstitos forzosos. El presupuesto anual era de once millones de pesos, de los cuales casi diez millones estaban destinados a los gastos del ejército y marina. La tropa estaba conformada por 68 000 efectivos, es decir, casi el doble de los que se tenían en 1810.122 La reducción de estos gastos ocasionó una disputa abierta entre los diputados e Iturbide, pues el ejército era el baluarte de la Regencia.127 Iturbide retrasó la expedición de los decretos en materia fiscal.128
Un ejército abultado dedicado a las golpes de estado interiores y que no les sirve para impedir perder territorios sin parar.
Un grupo de masones pertenecientes al rito escocés llegó a México durante el viaje de O’Donojú, el cual contactó a la logia existente en México. Entre sus adeptos se encontraban miembros del ejército y del Congreso. Los masones conspiraban en contra de la posible coronación de Iturbide.
Esta se hizo mediante una aclamación popular similar a la de la II Republica española. El reinado sería corto y agitado:
Después de la coronación, el comercio y la minería bajaron su actividad hasta que se estableció nuevamente la confianza, aunque algunos españoles peninsulares acaudalados, temiendo por su seguridad, prefirieron abandonar el imperio. Los partidarios del Plan de Iguala, al sentirse defraudados, engrosaron las filas de la logia masónica escocesa, la cual hizo sentir su influencia en la política.
…
Para solventar la falta de recursos y salvaguardándose en la fe pública, Iturbide tomó fondos de una conducta de plata de propiedad privada por un cantidad de 1.297.200 pesos, que se encontraba depositada en Perote y Jalapa; esta acción provocó el descontento de los comerciantes. Fue emitido papel moneda sin respaldo, y la Gaceta Imperial de México publicó el 31 de diciembre de 1822 el permiso de impresión hasta por un monto de 4.000.000 de pesos.
La antigua Nueva España iba a ser zarandeada por anglosajones y masones hasta dejarla hecha un juguete roto.
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