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Ante las elecciones catalanas, nada podría ser más negativo para VOX que mostrarse unitario con el PP, el partido auxiliar del separatismo, que ha reducido al propio PP a la  marginalidad en Cataluña. Si VOX cayera en la tentación “unitaria” de rescatar al PP de la marginalidad, caería él en lo mismo. La gran oportunidad de VOX consiste en distanciarse lo más claramente de los castrati cacofónicos.
**La oportunidad de VOX es mostrarse como alternativa al PP. Por eso el PP lo ve como su mayor enemigo. El PP nunca dejará de hacer lo mismo que ha hecho hasta ahora: es su escuela y su, llamémosle así, pensamientos político.
**Nunca se reparará lo bastante en este hecho: el antifranquismo fue esencialmente comunista y la democracia solo fue posible por las condiciones sociopolíticas creadas por el franquismo. Ningún demócrata había en las cárceles franquistas y ningún demócrata se puede llamar antifranquista sin equipararse a los comunistas y la ETA.
**En el franquismo, los partidos o “familias” estaban equilibrados por un aparato político bastante inteligente y eficaz, pero arbitrado por el prestigio de Franco. Sin Franco era preciso buscar otro equilibrio que impidiese una disgregación partidista, y difícilmente podía ser otro que las elecciones.
**Hay una falsa crítica a los partidos argumentando que no son asociaciones naturales como lo serían la familia, el municipio y el sindicato. En el municipio y el sindicato surgen de modo natural las tendencias diversas o contrarias, es decir, los partidos. Incluso suele ocurrir en las familias.
**Los partidos tienden a desgarrar el tejido social cuando no comparten unos valores o virtudes básicos. En España, lo que dio a los partidos su carácter destructivo fue la negación de la historia y cultura españolas. Sin esa base solo podía haber enfrentamiento radical. Por cierto que está ocurriendo ahora en Usa.
**Un ejemplo elemental de partido destructivo: “El PSOE –señalaba Julián Marías– tiene una idea negativa de la historia de España”. Por lo tanto la tenía muy positiva del propio PSOE, cuya historia fue desde muy pronto delictiva y corrupta.
**No existe “el pueblo” como una sociedad homogénea. En él encontramos grupos muy diversos, desde los delincuentes a los artistas, desde los científicos a los supersticiosos, desde la “franja chiflada”, que llega a ser muy amplia,  hasta las élites (en el sentido correcto del concepto como “minorías selectas, que decía Ortega). La España actual es, al menos en política, un país sin élites. Quizá VOX vaya creando una.
**”Vicios privados, virtudes públicas”, sostenía Mandeville. Podía haberlo ampliado así: “delincuencia privada, riqueza pública”. ¿Cuántos puestos de trabajo crea la delincuencia? Pero el problema es real.

Autor

Pio Moa
Pio Moa
Nació en 1948, en Vigo. Participó en la oposición antifranquista dentro del PCE y el PCE(r)-Grapo. En 1977 fue expulsado de este último partido e inició un proceso de reflexión y crítica del marxismo. Ha escrito De un tiempo y de un país, sobre su experiencia como "revolucionario profesional" comunista.

En 1999 publicó Los orígenes de la guerra civil, que junto con Los personajes de la República vistos por ellos mismos El derrumbe de la República y la guerra civil conforman una trilogía que ha cambiado radicalmente las perspectivas sobre el primer tercio del siglo XX español. Continuó su labor con Los mitos de la guerra civil, Una historia chocante (sobre los nacionalismos periféricos), Años de hierro (sobre la época de 1939 a 1945), Viaje por la Vía de la Plata, Franco para antifranquistasLa quiebra de la historia progresista y otros títulos. En la actualidad colabora en ÑTV, Libertad DigitalEl Economista y Época.