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Considerando, que es del todo necesario informar a la opinión publica desconocedora por ignorancia unas veces, por desinterés otras y las más por “abducción” a través del mantra establecido y repetido hasta la extenuación “Golpe de Estado de 1936”; se hace necesario mostrar a luz pública, informaciones, datos, documentos etc., con la finalidad de que se conozca la verdad, sobre las causas y el desencadenante de la contienda española de 1936.
La “Causa Genera 1943 Ministerio de Justicia”, está al alcance de quien quiera leerla, escaneada, con las correspondientes imágenes y reseñas tipográficas, de números de documentos, acreditados todos ellos, tanto testifical como documentalmente.
Asi pues, a lo largo de estas entregas, con la inestimable ayuda y apoyo de El Correo De España, pretendo dispensar, retazos, fracciones, escritos, lugares, fechas, direcciones etc.; del mayor fondo documental existente aun a día de hoy que es la “Causa General de 1943, Ministerio De Justicia”; con el fin de facilitar una lectura más breve, progresiva y accesible; del que paso a reproducir su séptima parte de manera textual en cursiva:
Una vez interrogados los detenidos fueron llevados a la checa de San Elías, donde permanecieron hasta el día 6 de Diciembre, en que fueron sacados por la noche y fusilados el Obispo Dr. Irutita, D. Antonio Tort Rexach y un hermano del anterior, llamado D, Francisco Tort Reixach, asi como el familiar del Obispo, Reverendo Dr. Marcos Goñi. La casa que había dado cobijo al Obispo de Barcelona, fue totalmente saqueada por la patrulla de control que la invadió.
El Excmo. Sr. D. Manuel Irurita Almandoz, era natural de Larrainza (Navarra), y tenía sesenta años de edad en la fecha, del asesinato; había sido consagrado Obispo de Lérida, en 25 de marzo de 1927, y se posesiono de la Sede de Barcelona, el 8 de mayo de 1930; sus restos descansan en la actualidad en el cementerio del pueblo de Montcada (Barcelona).
El Excmo. Sr. Obispo de Cuenca D. Cruz Laplana Laguna, de sesenta años, fue asesinado el 8 de agosto, de 1936 en el km 5 de la carretera de Cuenca a Alcázar de San Juan, por unos pistoleros al servicio del Frente Popular, siendo inhumado su cadáver en el cementerio municipal y trasladado después de la liberación a la Santa Iglesia Catedral de Cuenca. El Obispo se encontraba preso en el Seminario Conciliar y en su unión fue sacado para ser asesinado, también, su Capellán D. Fernando Español Berdie, que se ofreció voluntariamente a la muerte para no abandonar a su Prelado, habiéndose confesado mutuamente ambos sacerdotes a presencia de sus asesinos, a los que otorgaron su perdón.
En la ciudad de Siguenza, (Guadalajara) fue igualmente asesinado el Excmo. E Ilustrísimo Sr. Obispo de la Diócesis, D. Eustaquio Nieto Martin, a los sesenta y dos años de edad. El 25 de julio de 1936, se le formo una especie de juicio ante las turbas, en el sitio conocido por el nombre de “Puerta de Guadalajara”, siendo llevado seguidamente a su palacio, donde al día siguiente y sobre las cuatro y media de la madrugada, fue sorprendido por los marxistas, que asaltaron el Seminario e irrumpieron, en la alcoba del Dr. Nieto que fue vejado e insultado. Los criminales incendiaron una de las habitaciones culpando al Sr. Obispo como autor del incendio, llegándose a obtener fotografías del siniestro que fueron publicadas en la prensa comunista. El día 27 del mismo mes de julio, las milicias rojas sacaron al Sr. Obispo al que condujeron en un automóvil a un lugar situado entre los pueblos de Estriegana, y Alcolea del Pinar, de la provincia de Guadalajara, donde fue asesinado por disparo de arma de fuego, y después rociado su cadáver con gasolina, a la que prendieron fuego.
Los Excelentísimos e Ilustrísimos Señores Obispos de Almería, y Guadix, D. Diego Ventaja Millán y D. Manuel Medina Olmos, el 25 de agosto de 1936, son levados procedentes de la cárcel de las Adoratrices, juntamente con cien presos más al buque prisión Astoy-Mendi, anclado en el puerto, siendo introducidos en la carbonera del barco, donde los dos días que permanecen en tal situación, son objeto especialísimo de escarnio y burla por arte de los milicianos rojos de guardia que les obligaban a realizar los actos más serviles, como barrer la bodega baldear la cubierta y acarrear cestas de comida, en medio de los mayores insultos. El día 28 se les comunica que van a ser trasladados al convento de las Adoratrices, nuevamente, en unión de los sacerdotes y religiosos que en el Astoy-Mendi, se encuentran cautivos, a cuyo fin se hace una lista donde se apuntan los nombres de los presos de condición religiosa, ordenándoles subir a cubierta, con el fin de trasladarlos a un camión que se halla en el puerto y en el que al no caber todos obligan a los Señores Obispos varios Sacerdotes y algún segar, siendo en total dieciocho el número de presos que quedan instalados en el camión; este emprende la marcha escoltado por milicias rojas, por la carretera de Málaga, y después de recorrer catorce kilómetros, al llegar a la “Cañada del Chisme”, se detiene la expedición siendo conducidos los presos a un barranco próximo donde son asesinados a tiros. Uno de los Señores Obispos, perdona personalmente a los criminales y les otorga su bendición. Los cuerpos permanecen insepultos, y los rojos de las cortijadas próximas van en grandes grupos al barranco a profanar los cadáveres que son rociados con gasolina a los que se prende fuego.
De estos; dos Prelados, el Dr. D, Diego Ventaja Milán, había nacido en el pueblo de Ohades, de la provincia de Almería, en 1882, habiendo hecho en Granada sus estudios eclesiásticos ampliados en el Colegio Español, y en la Universidad Gregoriana de Roma, desempeñando después el cargo de Prefecto de dicho Colegio Español de Roma. A su regreso a España desempeño el cargo de Rector del Seminario de Granada y como uno de los colaboradores más íntimos del insigne pedagogo, Padre Andrés Manjon, durante veinte años fue Vicedirector de las meritísimas Escuelas del Ave María de la ciudad de Granada; el 16 de julio de 1935, tomo posesión de la Diócesis de Almería y durante el poco tiempo que permaneció al frente de la misma, se distinguió por sus dotes de ecuanimidad y prudencia, explicando el Evangelio todos los domingos en loa Santa Iglesia Catedral, en la que también explicaba lecciones de catecismo, distinguiéndose tanto en una como en otra predicación, por su gran sencillez, solida doctrina y unción evangélica.
El Excelentísimo y Reverendísimo, Sr D Juan Medina Olmos; nació en Lanteira, Diócesis de Guadix, el 9 de agosto de 1869. Era Doctor en sagrada Teología y Licenciado en Derecho, y Filosofía y Letras, estudios estos últimos que había cursado en la universidad de Granada.
Siendo Canónigo del Sacromonte, y con ocasión del Congreso Internacional celebrado en Granada en torno a la figura del Padre Suarez, publico un trabajo titulado “La Obra Jurídica de Suarez”. Durante su pontificado, escribió diversas cartas pastorales, en momentos muy difíciles de la vida social española y en marzo de 1936, encabezo con una crecida cantidad una suscripción en favor de los obreros en ocasión que ni él ni su Clero recibían remuneración alguna suprimida por el Gobierno Republicano.
Tanto el Obispo de Almería como el de Guadix, se negaron no obstante las prudentes advertencias que loes fueron hechas durante el periodo prerrevolucionario, abandonar sus respectivas Diócesis, y después de su detención durante la cual fueron obligados a soportar los más soeces escarnios, insultos y blasfemias se negaron igualmente a abandonar sus vestiduras talares habiendo sido despojados los Prelados, del pectoral y de anillo pastoral, que se apropiaron los que les detuvieron. Por conducto del Gobierno Civil rojo, de Almería se había publicado una nota de prensa en la que se decía que los Obispos de Guadix y Almería se encontraban en el Convento de las Adoratrices no en calidad de presos sino de huéspedes.
El excelentísimo e ilustrísimo Sr. Obispo de Ciudad Real, Prior de las Ordenes Militares D. Narciso de Estenaga y Echevarría, había nacido en Logroño el 29 de Octubre de 1882 de familia de posición social modesta. Trabajador infatigable, había escrito una notabilísima monografía sobre el Cardenal Aragón y cuando le sorprendió la muerte estaba escribiendo la historia de la Catedral de Toledo con un material de más de 12.000 fichas, siendo un modelo de erudición y de humanismo su oración fúnebre con motivo del tricentenario de la muerte de Lope de Vega. Tanto por su sabiduría como por su cultura y su extraordinaria elocuencia, asi como por su bondad y su espíritu caritativo y cristiano, fue un verdadero apóstol; destacando notablemente su figura dentro del Episcopado español, habiéndose hecho querer por todos sus diocesanos. Puede afirmarse por tanto, que su asesinato solo se debió a su condición de Obispo, pues contra e no podía haber nadie que sintiese agravio alguno. Iniciado e Movimiento, el Dr. Estenaga, se trasladó al domicilio de uno de sus feligreses; en la mañana del 22 de agosto de 1936, pararon a la puerta de dicha casa dos automóviles, ocupados por milicianos, que reclamaron al Obispo en forma violenta y como tardara en ser abierta la puerta, arreciaron los golpes y amenazas diciendo que la volarían con dinamita ante cuya situación, el Sr. Obispo, decidió salir y entregarse diciendo: “Que sea lo que Dios quiera” y otorgando su bendición a cuantos ahí se encontraban. Acompañaba al prelado su Capellán D. Julio Melgar Salgado, quien a pesar de que los milicianos le dijeron que con él no iba nada, no quiso separarse del Obispo y subió también al coche habiendo sido asesinados uno y otro en el lugar denominado “Peralvillo Bajo”, a unos ocho Kilómetros de Ciudad Real; habiendo aparecido con dos tiros en la nuca el cadáver del Obispo, que después de la liberación de España, fue exhumado y trasladado a la Santa Iglesia Catedral de Ciudad Real
En la misma provincia de Ciudad Real, fueron asesinados además de Obispo, y su Capellán, ciento ochenta y ocho sacerdotes seculares y regulares, novicios y colegiales, cuyos nombres constan, incumbiendo la responsabilidad por estos desmanes al Gobernador civil, rojo de la provincia de Ciudad Real, y al Comité de Defensa Frente populista que se constituyó en la misma.
A los nombres de los doce Prelados relacionados anteriormente, hay que agregar el del Dr. D Juan de Dios Ponce, que ejercía funciones episcopales en la Diócesis, de Orihuela, como Administrador apostólico de la misma.
Otros asesinatos.
De la Comunidad de Padres Agustinos, han sido asesinados por las milicias rojas, solo en Madrid, noventa religiosos de los cuales doce pertenecían la Residencia de la calle de Valverde número 25, cincuenta y tres al histórico Real Monasterio del Escorial, once al Colegio Seminario de Leganés, cinco a la Residencia de la calle de la Princesa, número 23, tres a la de Columela número 12, y seis a la de la calle de Montalvo número 28.
En un registro practicado el día 22 de julio de 1936 por las milicias extremistas en el Colegio de Padres Agustinos de la calle de la Bola número 6, de esta capital, donde destrozaron varias imágenes, como no encontrasen armas, el que capitaneaba el grupo marxista, hablo por el teléfono del Colegio con Margarita Nelken, Diputado comunista, la que ordeno, que fueran conducidos los seis religiosos Agustinos, que a la sazón había; a la cárcel ya en la prisión de Ventas, el Padre Agustín Seco, fue extraído de la misma algún tiempo después y asesinado.
Entre las víctimas anteriormente citadas se encuentra el Padre Julián Zarco, Bibliotecario de El Escorial y
Académico de la historia; Padre Melchor M. Antúnez, Profesor de la Central de Árabe y miembro de la escuela de árabe de Madrid, Padre Pedro Martínez Vélez, que en unas declaraciones hechas por el Cardenal Lauri y publicadas en ABC, se decía que consideraba al Padre Martínez Vélez, como uno de los españoles más importantes que habían pasado por la América española; Padre Avelino Rodríguez, Provincial de la Orden, Abogado, Profesor de la Universidad Libre de El Escorial, que momentos antes de ser asesinado perdono a los criminales, absolviendo a cada uno de sus compañeros de martirio; Padre Sabino Rodríguez, Doctor en Ciencias Naturales , investigador muy docto en Biología; Padre Mariano Revilla Rico, Asistente general autor de valiosas obras, sobre las Sagradas Escrituras.
Los cincuenta y tres Padres Agustinos, pertenecientes a la Comunidad del Real Monasterio de El Escorial, fueron trasladados a la cárcel de San Antón, de Madrid y juzgados en dicha prisión por unos tribunales compuestos por chequistas, entre los que figuraban también mujeres; se preguntaba a los religiosos si estaban dispuestos a coger las armas para defender al Gobierno rojo, y si condenaban la actitud de los Obispos y del Clero en la zona nacional y al contestar negativamente a las dos preguntas, se les hacía retirar no sin antes pronunciar el que presidia el tribunal la palabra Libertad, que era en definitiva la contraseña para indicar la pena de muerte. A los últimos religiosos que fueron juzgados, tan solo se les pedía el nombre y apellido.
El Padre Dominico José Gafo Muñiz, ante el asalto del convento de la calle Claudio Coello, 112, -que fue convertido en “checa”-, hubo de refugiarse en una casa particular de la calle del Principe de Vergara donde fue detenido por los milicianos en la primera quincena del mes de agosto de 1936, siendo trasladado a la Cárcel Modelo en la que permaneció hasta el día 3, de octubre del mismo año, en que fue decretada su “libertad” cuando iba a salir de la celda, sus compañeros de cautiverio le recomendaron que no saliese, pues trataban de matarle, y efectivamente al salir en loa mañana del 4 de octubre, y encontrándose ya en la calle, fue muerto por una descarga cerrada que le hicieron los milicianos rojos, apostados en las proximidades, siendo su cadáver recogido e identificado, practicándose su inhumación en el cementerio del Este (documento número 6), . El Padre Gafo era conocidísimo por su relevante personalidad intelectual como escritor y gran predicador.
Asi mismo el Padre Luis Furones Arenas, durante el Asalto al Convento de Dominicos de Atocha, al que pertenecía, fue agredido a tiros por las turbas rojas, cayendo en plena calle herido donde permaneció unas seis horas, hasta que murió sin que le fueran prestados los auxilios que reclamo insistentemente.
El total de víctimas entre los Religiosos Dominicos de Madrid es de veinticinco figurando entre ellos, Profesores de Colegios y Universidades, y Misioneros como el Padre José María Carrillo, que hacía pocos meses había llegado de China.
Los hermanos de San Juan de Dios, son también víctimas de la persecución marxista, y asi, en el Hospital asilo de San José, de Carabanchel Alto, Madrid, regentado y servido por estos humildes Hermanos (dedicados a la meritoria obra de practicar la caridad, cuidando enfermos y desvalidos), sobre las doce de la mañana del día primero de septiembre de 1936, las fuerzas de asalto y milicias rojas, que interrumpiendo, a los Hermanos en su tarea de servir comida los enfermos, procedieron a detener a doce de aquellos que fueron, subidos en un camión, que rápidamente emprendió la marcha, seguido de tres coches ligeros, camino de Boadilla del Monte, partido judicial de Navalcarnero, llegando a la finca denominada “Monte de Boadilla”, donde en un declive del terreno y junto a un arroyo, en el lugar conocido con el nombre de “Puente de Piedra”, bajaron a los religiosos que fueron alineados, al borde de una gran fosa abierta al efecto y muertos a tiros de fusil. (Documento número 7), Los cadáveres que han sido exhumados y perfectamente identificados corresponden a los que en vida se llamaran; Cecilio López López, en el siglo Enrique, Eutimio Aramendia García, en el siglo Nicolás, Cesáreo Niño Pérez, en el siglo Mariano, Cristiniano Roca Huguet, en el siglo Miguel, Dositeo Rubio Alonso; en el siglo Guillermo, Rufino Laseras Aizborbe, en el siglo Crescencio, Benjamín Cobos Celada; en el siglo Alejandro, Carmelo Gil Arana; en el siglo Isidoro, Proceso Ruiz Cascales; en el siglo Joaquín, Canuto Franco Gómez; en el siglo José, Faustino Villanueva Igual; en el siglo Antonio, y Cosme Brun Arara; en el siglo Simón.
En el Asilo de San José mencionado, cuya incautación efectuaron los rojos, cometieron estos, un inaudito atropello contra los más elementales principios de la humanidad, en contraste con la caridad practicada por los Hermanos de San Juan de Dios. En los primeros días de noviembre de 1936, ante el avance de las fuerzas nacionales, próximas a entrar en Carabanchel, abandonaron las milicias rojas el edificio del Asilo, pero antes resolvieron asesinar a los enfermos epilépticos, asilados y cuando estos trataban de esconderse de ellos en el refugio, los milicianos disparaban sobre ellos resultando muertos trece de estos enfermos cuyos cadáveres quedaron tendidos en las aceras y paseos del establecimiento siendo los nombres de las victimas los siguientes: Adolfo Maties Valero, Gregorio López Hernández, Ángel Carretero Gutiérrez, Teófilo Torres de la Fuente, Luis Cabrero Fernandez, Bernardino Rodríguez Rodríguez, Vicente Galdón Jiménez, Félix Castro Mayoral, Alejandro Moreno Alcobendas, Gaspar Martin Riquelme, Florentino Prieto Anievas, Manuel Pedraza García, y Canuto Domínguez Alonso.
También en Valencia cayeron víctimas de la persecución frente populista, los religiosos que desempeñaban su caritativa misión en el Asilo Hospital de San Juan de Dios. Los nombres de los doce mártires, -cuyas fotografías obtenidas después de su muerte, obran en el correspondiente anexo, con los números 8 al 19, son los siguientes: Hermanos José Miguel Peñaroya Dolz, Leandro Aloy Domenech, Feliciano Martínez Granero, empleado D. Julio Fernandez Fuentes, Capellán D. Luis Vila Pla, Hermanos Publio Fernandez González, Avelino Martínez Aranzana, Cristóbal Barrios, Juan José Orayen Aizcorbe, Cruz Ibáñez López, Leopoldo de Francisco y empleado Cándido Garacochea.
Sor Gertrudis Lamazares, Religiosa de la Comunidad de Terciarias Franciscanas de la Divina Pastora, del Convento de la calle de Santa Engracia, número 132 de Madrid, fue apresada en la portería de la casa número 7, de la calle Diego de León, donde estaba escondida, siendo conducida por los milicianos, en unión de una señora y un sacerdote ambos desconocidos en un automóvil, hasta un pinar de la carretera de Hortaleza, en cuyo lugar después de ser bárbaramente maltratados, fueron atados los tres al vehículo que emprendiendo la marcha los arrastro hasta el pueblo de Hortaleza, al que llegaron ya muertos y completamente destrozados, siendo pisoteados y profanados los cadáveres por el vecindario rojo. El Coadjutor de la Parroquia de San Juan Bautista, de Canillas (Ciudad Lineal), D. Julio Calle Cuadrado, fue introducido, en un saco y una vez atado este le pincharon con horcas y cuchillos, hasta producir la muerte al referido sacerdote, siendo los criminales elementos pertenecientes a las “checas” del barrio de Ventas. La Religiosa Sor Carmen Valera Halcón, del Convento de Nuestra Señora del Amparo, de la calle de las Huertas número 16, de Madrid, fue asesinada al no acceder a las sacrílegas proposiciones de vida marital hechas por uno de los milicianos, que habían asaltado el Convento.
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