20/05/2024 04:27
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Estas son para mí el tesoro de mi existencia… No me importan mis errores técnicos que he tenido varios… o muchos… en mi larga carrera de explorador alpinista… o las imprevisiones… pero mis vivencias… mis sucesos… son mis grandes recuerdos… ese  resplandor mágico de mis regresos del “más allá”… los que hemos muerto alguna vez lo sabemos bien… y entonces soy mi mejor crítico… ¡¡ He nacido nuevamente !!

 

“Ella, la australiana María Strydom, estaba agotada por el gran esfuerzo de escalar el Everest… y se había detenido a 8.000 metros… incapaz de continuar…
Su esposo le dijo -“¿Te importa si continúo? “y ella contesto:
-“Sí… Te esperaré aquí”…
Cuando días después ambos comenzaron el descenso… se manifestó el verdadero mal de María… que no era solo cansancio… hablando incoherentemente… quizás víctima de un derrame cerebral producido por el edema… 
Él… recordó entonces… que disponía de “dexametasona”… la inyecto una dosis posiblemente ya tarde… tras haber sufrido frecuentes alucinaciones entre periodos de lucidez… 
Ella… una profesora universitaria… que junto a Gropel… su esposo… querían realizar el Trofeo de las “7 cumbres”… murió en brazos de su marido que no supo valorar la gravedad del cansancio (?) a semejante altura…

 

A mí me ha interesado especialmente este dramático suceso… Este cronista estuvo cinco días y seis noches –se dice pronto y -hasta a mí me parece increíble… bajando precipicios de hielo… cruzando torrentes… en el Aconcagua… siendo víctima de constantes alucinaciones -alternados con breves estados de lucidez-  lo que escapa y difiere de los síntomas propios y característicos del mal de altura y se refiere más a los derrames cerebrales…
Aquella terrible aventura pudo ser el fin… mi fin… por los derrames cerebrales y por estar perdido por aquella inédita (en aquellos años) zona andina… cinco noches y seis días… sin parar… sin comer ni dormir… viendo y viviendo lo que he detallado en varios de mis libros… en los que intenté rehacer la tremenda vivencia… Derrames cerebrales…

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Ahora 48 años después es cuando empiezo a valorar y descifrar mejor la gravedad de tantas experiencias… vivencias y situaciones que han enriquecido mi vida… muy cerca de ese fin… sucesos que si el “Correo de España” me lo permite iré rescatando de mi memoria.