15/05/2025 02:27
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Los políticos son el mayor mal que tiene España. Los de izquierda que son la personificación del mal, y los de derecha que dejan a los otros llevar la iniciativa y les consienten todos sus caprichos. Que se arrugan ante ellos. Hasta el extremo de hacer la guerra en la propia casa, en beneficio del adversario. La guerra sorda en el propio PP, es sintomática de lo que es España. Si media nación se quiere suicidar arrastrando a la otra media, los que más debieran distinguirse por todo lo contrario, al impedirlo, resulta que se embarcan en el mismo barco que va a la deriva y acabará en lo peor. A todos los políticos de la pomada parece que les gusta eso más que otra cosa, como el tener sentido común y mirar por el bien del prójimo más que por el propio, y dar buen ejemplo. Lo que más les divierte es hacer daño a alguien, embarrar el río, y a los de derechas, entrar en el juego sucio de la izquierda y tirar piedras al propio tejado. Hago la excepción de VOX que va contra todos ellos, igual que todos ellos van contra VOX, defendiendo sus corruptos privilegios. Vox es el único partido limpio y razonable. Fue el único que dijo no a la  profanación de la tumba de Franco, un delito cometido sólo y exclusivamente para hacer daño. Para ir contra la ley natural y divina, y herir a las personas decentes. Un delito más, porque no queda ámbito en el que los «progresistas»  no hayan delinquido y mostrado en qué consiste su progreso. Nadie les pide cuentas porque antes así lo preparan.

En síntesis, hay que ver cómo fue engañando la izquierda a todos, y a lo que ellos llaman derecha. Hay que estar al nombre que ellos quieran dar a las cosas, porque se sienten con ese derecho moral de hacerlo, de cambiar los nombres y de engañar a su antojo. De los demás derecho también se siente acreedores. Ordeno, mando, y hago saber, y criticar a los demás de lo que son ellos: auténticos dictadores malos. Y para seguir de agraviadas víctimas.

Si tuvieran el más mínimo decoro y honestidad en su falsa «superioridad moral», rectificarían y pedirían perdón, que les sobran motivos, empezando por las persecuciones religiosas y matanzas ejecutadas. 

Están tan lejos de eso como de su propia beatificación.  Aunque con este papa, todo es posible. Digamos que en la guerra civil, el sectarismo antirreligioso de socialistas, comunistas y anarquistas desató la mayor persecución religiosa de la historia contra la Iglesia católica, asesinando a 13 obispos, 4.184 sacerdotes seculares, 2.365 frailes. Multitud de monjas violadas y martirizadas, etc., y faltan muchos más.

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El porqué manifestaron su odio visceral a Dios y a todo lo que oliera a él hasta la total exterminación del clero como así se dispusieron, eso Dios lo sabrá, porque ni ellos mismos lo saben ya que nunca supieron dar una explicación racional al respecto. Solo saben decir a este respecto, cosas como que la iglesia que da más luz es la que arte, en recuerdo de Rita Maestre cuando dijo, arderéis como en el 36. Este es fascista, o este es un «misaire», etc., y de ahí no pasaron a la hora de encarcelar, torturar y asesinar.

La política española no tiene en cuenta todo esto, quizá lo desconoce, y está sólo a lo suyo, en conseguir el poder. La principal finalidad es la del enriquecimiento personal. Por eso está plagada de conspiraciones, comedias de enredo, y tragicomedias de mal gusto como las protagonizadas contra Isabel Natividad Díaz Ayuso, por ser la más votada, y sin respetar así a la voluntad popular que dicen defender. Los celos de Casado dan mucho de sí, y no se limitan a liquidar a Cayetana Álvarez de Toledo, persona de gran valía, o a pretender destrozar a Abascal como estuvieron a punto de hacerlo las bombas de ETA, que ahora la toma con Isabel Díaz Ayuso que hasta puede acabar como la izquierda hizo concluir a Rita Barberá, si se descuida.

Esto es España bajo un gobierno criminal, hecho con todo lo peor que había, sin que tenga una alternativa de gobierno sería, porque la oposición no le hace oposición al gobierno, si no que la busca entre sí, sin que nada le importe que el socio comunista siga gobernando y destruyendo lo que le quede por destruir, cual peor gobierno jamás conocido. Por otra parte cuando lo tenga que dejar, si no es en un régimen comunista, será en las peores condiciones, bajo el terreno quemado de un incendio de sexta generación.

A España la dejarán los socialistas como hacen siempre. Cuando ya no tengan nada que robar. Entran siempre a gobernar de mala manera, y tras esquilmar el país y dejarlo en la miseria, moral y materialmente, lo abandonan sembrado de bombas de odio, división y mierda, armas con que lo consiguieron.

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La única esperanza que nos queda es que VOX llegue a gobernar, cosa que todos los partidos intentan impedirlo. Que liquiden la casta política, y reduzcan las autonomías a su mínima expresión y los políticos a más de la mitad. Los partidos acabaron con la nación, principalmente los de izquierda que van a robar directamente sin escrúpulos ni vergüenza. Aquella frase de Franco de, «mientras yo viva no habrá partidos políticos en España,» no puede ser más real y premonitoria. Vox no podrá cambiar como hacen todos, por eso es diferente, y si Vox cambiara, dejaría de existir automáticamente.

La media España que es acusada de ser franquista -mucha tampoco conoció a Franco- recibe por la otra media el mayor ostracismo y desprecio. La división que arranca con ZetaP, no se corrigió y fue a más. La maldad de la izquierda creció y es un misterio imposible de entender. ¿Por qué ese odio a Franco cuando ni siquiera lo conocieron? ¿Por qué lo trajeron aquí cuando todos lo veíamos como la figura histórica que es? ¿Por qué llegaron hasta desenterrarlo? A Franco y a todo lo que suponga esa visión de la vida que desde luego ellos crearon y acusan, simplemente por no ser la de ellos. Inventar un enemigo para justificar sus aberraciones. Sólo Franco entendió a todos los españoles y supo curar a los enfermos de odio a España, como lo son todos estos. Desde su muerte la izquierda no hizo otra cosa más que sembrar odio entre la juventud. Y a pesar de todo no está conforme ni quiere reconocer el daño hecho y menos pedir perdón, que sería lo mínimo. La izquierda sólo avanza hacia el mal porque es el mal. Y sólo va de mal en peor.

 

Autor

REDACCIÓN