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El cerrilismo de la dictadura ecologista gana terreno y, cómo no, el perejil de todos los ascos –Bill Gates-, le hace el caldo gordo. Gates, ariete de los poderes fácticos mundialistas en su apuesta por implantar los diseños sociales más escandalosos, se convierte en bastión de la tiranía ecologista.
El archiafamado “filántropo” Gates es financiador de Planned Parenthood, gran multinacional de la eugenesia abortista (entidad de la cual fue director el padre de Bill Gates), y es defensor del proyecto de reversión demográfica mundial o “natalidad 0”. Como contraprestación por estos servicios a la causa liberticida de castigo a la humanidad acaba de ser santificado por todos los medios de comunicación, dado que ha lanzado nuevas soflamas circenses que vivifican el timo con el que la dictadura ecologista nos impondrá sus impuestos “ambientales”, nos arrebatará el diesel y arruinará nuestra agricultura.
Gates se ha referido, en su blog y en todos los medios de la comidilla progre, a que la pandemia “que él predijo en 2015” era mala, pero el “cambio climático será peor y más mortífero”.
¡Que “él predijo”! Y se queda tan fresco. La peste vírica china en forma de Sars Cov 2, salió de un laboratorio de Wuhan donde la oligarquía china, la industria de Gates y las acciones de George Soros ostentaban la participación. El magnate siniestro no predijo nada en 2015: comentó sus planes a futuro, consistentes en repartir muerte, crear psicosis social mundial y beneficiar su proyecto farmacológico cuyas trazas criminales consisten en imponer el control digital mundial a través del proyecto ID 2020 inspirado en 2017 junto a la Fundación Rockefeller.
Bill Gates es el principal colchón económico de la OMS desde que su director, el marxista corrupto Tedros Adhanom, sufrió la patada de Donald Trump que decidió cancelar la donación periódica de EEUU -400 millones de dólares- a una institución dominada por los intereses privados de las agencias farmacéuticas de Bill Gates y por el control internacional de la dictadura comunista china, que sentó a Tedros Adhanom en su puesto y le escribió el guión de la mentiras sanitarias lanzadas al mundo para proteger a China y blanquearla cuando desde octubre de 2019 el virus ya existía en el gigante asiático y se extendía al mundo.
Bill Gates no dudó en ponerle los deberes a los gobiernos occidentales, en tutelar a la OMS y en meternos con calzador su proyecto totalitario globalista: desde su Fundación – la “Bill y Melinda Gates”-, propuso el confinamiento masivo de la población mundial y lanzó una extorsión al mundo libre: había que impulsar SÍ o SÍ la búsqueda de una vacuna como agua de mayo, y una de las personalidades más ricas del mundo –él mismo, el “filántropo” – la pagaría porque es….ya saben, un “filántropo”. La opinión pública mundial es desconocedora de que el proyecto ID 2020 (Identidad Digital 2020) planeado en 2017 y 2018 por la Fundación Rockefeller, Microsoft y GAVI (la alianza por la vacunación capitaneada por Bill Gates), plantea el control digital mundial de la humanidad mediante un chip subcutáneo a través de vacuna obligatoria.
Las vacunas promovidas por “GAVI” desde el año 2000 en todo el mundo, están denunciadas en varios países por provocación de enfermedades y esterilización masivas. El proyecto de control digital de Bill Gates es frenado en EEUU por Donald Trump, que decidió suspender el programa de vacunación obligatoria dispuesto por la administración de Obama y poner las vacunas bajo supervisión del ejército.
El chip de control digital promovido por GAVI y la OMS-y tras el cual se hallan los últimos 5 millones de dólares recibidos de manos de la Fundación Rockefeller- va en consonancia con la agenda 2030 de la ONU, defensora de la idea de someter a todos los ciudadanos del mundo a un obligado “pasaporte” digitalizado donde el historial laboral, sanitario y económico de la persona sea conocido, inspeccionado y tutelado por los Estados y, cómo no, por una parte importante de sus jalones corruptos y sacamantecas: las industrias farmacéuticas afines a GAVI y a la “Fundación de Bill y Melinda Gates”, la cual ya se ha llevado del gobierno de Pedro Sánchez 125 millones de euros. Para motivos “filántropos”…por supuesto.
Hete aquí que además de erigirse como monaguillo del control globalista, Bill Gates revela ya su cara más siniestra, su pegamento humano más repugnante y, sin el menor embozo, se suma al carro de Greta Thunberg y la dictadura ecologeta para aplastar, tras su cortina sonriente de hiena, a la sociedad libre, y afirma: “ A pesar de que el mundo trabaja para detener el nuevo coronavirus y comenzar a recuperarse de él, también debemos actuar ahora para evitar un desastre climático construyendo y desplegando innovaciones que nos permitan eliminar nuestras emisiones de gases de efecto invernadero». “El cambio climático podría causar a final de siglo más muertes que el Covid-19. Mientras el coronavirus, está presentado una tasa de mortalidad de 14 por cada 100.000 personas, en los próximos 40 años, se prevé que los aumentos en las temperaturas globales provoquen tasas de mortalidad similares al Covid-19.
Además, el cofundador de Microsoft augura que si “el crecimiento de las emisiones se mantiene alto para finales de siglo, el cambio climático podría ser responsable de 73 muertes adicionales por cada 100.000 personas. En otras palabras, para 2060, el cambio climático podría ser tan mortal como Covid-19, y para 2100 podría ser cinco veces más mortal».
Gates se despacha con semejante cortina de bobadas destinadas al pánico global, sin fundamento científico real, pero apoyadas por el estupidismo maquiavélico de los observatorios y los estudios a sueldo de la progresía internacional. Aventurar las cifras de la futura mortalidad producida por el “cambio climático” es un absurdo y una falacia peligrosa, como compararlo con una enfermedad vírica mortífera que ha asolado a las Naciones. Sólo una mentalidad como la de Bill Gates, retorcida, psicópata y profundamente desalmada puede dar pábulo a una cretindad tan enciclopédica para, a la vez de fomentar una paranoia cósmica llamada “calentamiento global exterminador de la vida”, compararla con el Coronavirus que él contribuyó a crear.
Para más sorna, Gates remachó su argumentación de ficción, y macabra a más no poder, con un aserto espeluznante: “Si aprendemos las lecciones de COVID-19, podemos acercarnos al cambio climático más informados sobre las consecuencias de la inacción», asegura. «La actual crisis mundial puede informar nuestra respuesta a la próxima».
Produce repulsión y asco infinito la catadura humana de Bill Gates, y más todavía sus ínfulas de poder mundialista encarnadas en su megaproyecto de miedo global sostenido por gobiernos títere como el socialista español. De esta forma, el perturbado Gates, insta a la sociedad y a los gobiernos a “establecer medidas contra los efectos del cambio climático porque su solución no tiene vacuna y llevará más tiempo. «A diferencia del nuevo coronavirus, para el cual creo que tendremos una vacuna el próximo año, no hay una solución de dos años para el cambio climático. Llevará décadas desarrollar e implementar toda la limpieza».
Sin ningún empacho, el jefe de GAVI, el esterilizador y abortista Bill Gates, revela su apuesta por la supresión de la libertad de circulación y desplazamiento de las personas –basada en el motor de combustión- y por el fin de la soberanía energética de las Naciones. Aboga por la eliminación de los combustibles fósiles así como de la energía nuclear –base fundamental del sistema energético español y cuyo desmantelamiento progresivo nos ha subido más de un 70 por cien la factura de la luz en diez años-. El cofundador de Microsoft afirma que “aunque está centrado en la lucha contra el virus, está invirtiendo en nuevas tecnologías de energía limpia y creando programas que ayuden a que estas innovaciones lleguen a todo el mundo. «Algunos gobiernos e inversores privados están comprometiendo el financiamiento y las políticas que nos ayudarán a llegar a cero emisiones, pero necesitamos aún más para unirnos. Y debemos actuar con el mismo sentido de urgencia que tenemos para Covid- 19».
De este modo, querido lector, olvídese de creer que la “pandemia Covid 19” sea el único mecanismo pasajero fomentador de la psicosis social y el miedo global para confinarnos, esclavizarnos y hacernos sumisos a una pérdida de libertades personales; el pretexto más perjudicial, el que tenemos ahora sobre la mesa, el que infundirá el miedo internacional, el que justificará el definitivo secuestro de libertades, será el cuento climático.
Las “tecnologías de energía limpia” para la ciudadanía a que se refiere Bill Gates, serán esencialmente proporcionadas por su país aliado, por la potencia aspirante a domeñar la ONU a través del control de la OMS y todas las agencias de ese organismo inútil pero impositor: la China comunista, con todo su motor industrial puesto a punto para inundar el mundo de “coches eléctricos” y baterías para estos vehículos, que serán impuestos a golpe de decreto para 2040 (así lo ha consignado el gobierno social-comunista español y otros países europeos).
Y, mientras tanto, durante la égida del miedo y la auto-inculpación social fomentada por Gates y sus gobiernos títere (“estamos matando el planeta”), recibiremos el rodillo de los “eco-impuestos” o tributos ambientales abrasivos sobre nuestra vida cotidiana: consumo de carne, utilización de plásticos, adquisición de un vehículo diesel, carburantes, etc.
La caducidad de las centrales térmicas de producción eléctrica está también sobre la mesa de Gates, y el gobierno español, vasallo mamporrero del “pacto verde europeo” y de la dictadura ecologista auspiciada por la ONU en su agenda 2030, clausura siete de las quince centrales que quedaban en España, a la espera de que el total sean cerradas en un pocos años, con lo cual, decenas de miles de empleos serán destruidos y la factura eléctrica subirá más estratosféricamente al tener que pagar los ciudadanos las inseguras, caras e ineficientes “energías renovables”, que estamos sufragando en la factura eléctrica de los hogares con los peajes e impuestos, los cuales la encarecen un 70 por cien.
Bill Gates ya ha tomado un nuevo puesto en el pódium de la tiranía ecologista y de la apertura de la trinchera contra la sociedad libre. En comandita con la panda ladronista de Greta Thunberg y de la China comunista interesada en el negocio “eco-friendly”, está sentando el avance hacia la granja humana tutelada y soliviantada. Los gobiernos como el español, lo riegan con centenares de millones de euros, mientras el paro, el hambre y el exterminio de la clase media hasta ahora conocida se agigantan en una ola de inseguridad y decrepitud.
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