Un bar gay de Dallas ofrece un espectáculo drag para niños. Por Luys Coleto

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Y la despenalización de la pedofilia, uno de los húmedos sueños de los globalistas, viento en popa. «Naturalizando» la infame vaina. Normalizar lo profunda y patológicamente anormal.

Tugurios de mala muerte…

Un bar gay de la localidad tejana de Dallas, el tugurio Mr. Misster en la ¿indómita? Lone Star State. Texas, claro. Concretamente el pasado sábado 4 de junio donde multitud de niños (algunos, muy pequeños) estaban presentes en un infecto fiestorro drag desmesuradamente erotizado. Los padres de los niños, entusiasmados con el asunto. Palmeros de primera.

Las drag queens aceptando los dólares de los críos, tal un espectáculo, también sórdido, de showgirls. Poses asaz provocativas en el ínterin. El citado antro Mr. Misster, recordemos, se presenta como un «salón de cócteles artesanales «que organiza un «drag brunch» todos los sábados. Las grandes luminarias de neón del establecimiento mostraban frases como «No se va a lamer solo». Otrosí: «Lo he lamido, así que es mío». Sic.

Tiempos recios

Una de las drags se dirigió al público diciendo lo siguiente: «Necesito que todos mis… si lo sabéis, y si creéis que podéis hacerlo como nosotros, quiero que salgáis aquí rápidamente. Si crees que puedes hacerlo, si crees que puedes marchar con las chicas, ¿quién quiere ser una diva por un día? Sí, vengan todos aquí conmigo«. Resic. Cinco críos se aproximaron a las citadas drags. Se animó a los infantes a hacer una provocativa «poser» mientras caminaban junto a estos “groomers”. En fin.

VÍDEO DEL “EVENTO”

Autor

Luys Coleto: Nacido en Bilbao, vive en Madrid, tierra de todos los transterrados de España. Escaqueado de la existencia, el periodismo, amor de juventud, representa para él lo contrario a las hodiernas hordas de amanuenses poseídos por el miedo y la ideología. Amante, también, de disquisiciones teológicas y filosóficas diversas, pluma y la espada le sirven para mitigar, entre otros menesteres, dentro de lo que cabe, la gramsciana y apabullante hegemonía cultural de los socialismos liberticidas, de derechas y de izquierdas.

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