22/11/2024 00:50
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De entre las acepciones que hace la RAE del término «miserable»que gusta emplear Iglesias con VOX, aparecen «ruin y canalla» y a fe mía que se quedan cortos.

Ríos de tinta han corrido desde que Pablo Iglesias denunciará a Hermann Tertsch por contar las miserias de esa familia, buscando amordazar, desinformar y re escribir la historia que con tanto empeño construye esa post verdad comunista impuesta por los sucesores de aquellos que pedían la dictadura del proletariado y la guerra civil, o iban pistola en mano en el congreso, mientras se asesinaba a Falangistas a destajo hasta que decidieron defenderse y vender cara sus vidas. 

Travestidos de demócratas como Pablo Iglesias, protagonizaron varios pucherazos y un sangriento golpe de estado en 1934, llamado «revolución» para disfrazar su ruindad, violando aquella incierta democracia traída por las derechas que la izquierda nunca aceptó; ya saben: » la clase obrera debe adueñarse del poder político, convencida de que la democracia es incompatible con el socialismo, y como el que tiene el poder no ha de entregarlo voluntariamente, por eso hay que ir a la Revolución». PSOE 1936.

Empecemos por el abuelo Manuel, de cuyo nombre su nieto reniega y cuya historia que venden los «Frente Populistas» difiere de una verdad muy diferente. Según el relato de izquierdas fue sentenciado a muerte por dictar sentencias desde un tribunal militar republicano, una pena conmutada curiosamente por un informe favorable de esos falangistas que asesinaban a destajo.

Este relato oculta otra verdad:

Fue acusado por participar en «sacas», es decir, caza de civiles inocentes desarmados en retaguardia. Miembro de los brigadistas de la asesina Margarita Nelken (opuesta al voto femenino), según relata el sumario identificó y participó en la «saca» del marqués de San Fernando, Joaquín Dorado y Rodríguez de Campomanes, extremeño como el, y a su cuñado, Pedro Ceballos un 7 de noviembre de 1936 en la calle del Prado, número 20. 

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El sumario cuenta que Manuel Iglesias iba acompañado por los milicianos Manuel Carreiro «el Chaparro», Antonio Delgado «el Hornachego» y otros asesinos armados, conocidos como «el Vinagre», «el Ojo de Perdiz» y «el Cojo de los Molletes». El abuelo, hombre de confianza de Margarita Nelken dirigía esa ilustre compañía por ser quien conocía a su vecino de Villafranca de los Barros. Tras la «saca», el marqués y su cuñado fueron llevados a la checa de la calle Serrano, 43. Sus cuerpos aparecieron asesinados al día siguiente en la Pradera de San Isidro. Tras la guerra, Iglesias fue condenado a muerte. 

Sorprende que conmutada la pena por 30 años de prisión gracias a falangistas, Iglesias saliera en libertad tras cumplir solo cinco años, obteniendo además de inmediato un privilegiado empleo reservado a falangistas y gente afecta al movimiento, nada menos que en el Ministerio de Trabajo de José Antonio Girón de Velasco, un absoluto privilegio de posguerra, aunque Manuel Iglesias mantuvo vivo el rencor guerra civilista en su familia, pues uno de sus 6 hijos se integró en la banda terrorista FRAP;Javier Iglesias.  

¿Quien es el padre de Pablo Iglesias: Javier Iglesias?:

Agradecidos a la falange. Javier Iglesias y su mujer María Luisa Turrión, se unieron al Frente Revolucionario Antifascista y Patriota (FRAP), banda terrorista formada al amparo del Partido Comunista y la Unión Socialista Española dirigida por el ministro de la II República Julio Álvarez del Vayo. Expulsado del PSOE en el exilio radicalizaría sus posturas para formar la Unión Socialista Española (USE) e integrar el FRAP que dirigiría desde su fundación en 1971 hasta su muerte, meses antes que Francisco Franco.

Javier Iglesias, padre de Pablo Iglesias fue también juzgado por participar en actos subversivos, aunque otro socialista, José Bono (abogado) lo salvó de la pena capital durante la amnistía de 1978 por la concordia. Cuánta represión dirán uds.

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Hay que recordar que FRAP se dedicaba a asesinar a esos policías y guardias civiles de los que se felicita su hijo Pablo cuando los patean, y aunque hay quienes están convencidos de que Javier Iglesias cometió delitos de sangre, su hijo Pablo afirma que sólo repartía «octavillas antifranquista».

Criado en los algodones del régimen. fue un alto funcionario del Estado: Inspector de Trabajo y Seguridad Social o Delegado del Ministerio de Trabajo en varias provincias, además de profesor de Historia Contemporánea, esa que inculcó a su único hijo llena de rencor y odio comunista; «tu odio mi sonrisa». Hoy es, como no, candidato en las listas de Podemos.

De Pablo «Manuel» no me molestare en escribir, salvo un apunte:
Siendo el contacto de ETA en Madrid, su primer acto político conocido fue una movilización universitaria en defensa del carnicero de ETA, De Juana Chaos  cuyo currículum «democrático» suma varios descuartizamientos de seres humanos, algunos quemados vivos.  Ya saben, la palabra «revolución»  admite todo hacia la «democracia popular», miserable eufemismo para disfrazar la «dictadura del proletariado» y «la justicia proletaria» que sugiere Iglesias en sus mítines: dar paseos a derechistas de intereconomía, emulando el relato sumarial de su abuelo, lo que demuestra que «la concordia» de 1978 fue otra miserable hipocresía de quienes pidieron y provocaron la guerra civil.

«Lo que una generación tolera, la siguiente lo abraza». John Wesley. 

Autor

REDACCIÓN