02/10/2024 13:38
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Nuestro continente, hasta ahora cristiano todavía, de golpe y porrazo siente que la fiesta se ha terminado y que se debe enfrentar a varios peligros y amenazas a corto plazo, sin tener una cabeza visible que nos diga cómo hemos de afrontarlas.
 
El engendro de Bruselas unos días dice A y otros B, sin que falten los días en que dice C. Por ello creo que ya es hora de elegir a un presidente carismático y fuerte tipo Trump mediante unas elecciones generales por todo el continente.  Mediante sufragio universal saldría ese alguien que se sentase a la mesa en igualdad de condiciones con el senil Biden, con el astuto Putin y con el pragmático chino. A mi me gustaría que fuese Viktor Orbán, pero también hay gente en la izquierda que podría valer como Tony Blair.
 
Los líderes más carismáticos de Europa se batirían en liza electoral y escucharíamos sus propuestas para solucionar las amenazas y peligros que se otean en el horizonte. Una vez que el continente tuviese su presidente este tendría que ir pensando en cómo hacer con el expansionismo ruso, el terrorismo yihadista, la inflación, la crisis económica y el invierno demográfico. 
 
Pues estos son los graves problemas que nos amenazan y ante los cuales ya no se puede seguir escondiendo la cabeza en un agujero como si fuésemos avestruces. 
 
En primer lugar conviene tener un presidente que le diga al ruso que hasta aquí hemos llegado.  Que cualquier intento de alterar el orden internacional establecido tendrá su justa respuesta. 
 
Y por supuesto que sea un presidente que eleve el espíritu guerrero del continente para poder afrontar con garantías la III guerra mundial que tarde o temprano se desarrollará entre los seguidores de Cristo y los de Mahoma.
 
Un presidente que tendrá que prohibir de una vez el aborto en nuestras tierras para poder combatir el invierno demográfico y que deberá fomentar la natalidad y la estabilidad familiar. 
 
En cuanto a la inflación y a la crisis económica los distintos candidatos podrán presentar sus programas pero solo quien tenga claro que debemos volver a la cultura del mérito y del esfuerzo será quien pueda llevarse el gato al agua. 
 
Porque señores, ¿a donde va Europa en la actual situación de decadencia y atonía?
 
A sufrir la invasión islamista y a que los otros grandes bloques se laven las manos ante esas circunstancias. 
 
Por eso hay que tratar que la tercera Roma vuelva con sus hermanos cristianos y occidentales y que el eje Whashington, Moscú, Bruselas sea quien se encarguen de establecer un estatus quo estable para el resto de la humanidad. 
 
Si el comunismo cayó y la religión ortodoxa vuelve a florecer, hay que aprovecharlo en aras de un fortalecimiento del cristianismo y procurar también la expulsión del comunismo de los países de América Latina. 
 
Pero esto es cuestión de la diplomacia.  Lo malo es que tarde o temprano las armas hablarán y habrá que parar las crueldades yihadistas. Por ello es necesario rearmar al continente tanto moralmente como materialmente.
 
A mi me gustaría personalmente ver a algún presidente europeo que se pareciese a Trump. Un hombre con las ideas claras y que disparó la economía de los Estados Unidos.  Con una visión de la política exterior sólida y firme.
 
Lo que no puede ser es seguir con los actuales vaivenes e indecisiones que solo favorecen a nuestros enemigos. Cuando todos los bloques tienen un presidente fuerte nosotros tenemos de mandatarios a una serie de burócratas que no les ha votado nadie.
 
Por ello hago esta propuesta en este artículo.  Para que el futuro no nos pille sin los deberes hechos.
 
Yo soy optimista respecto al futuro de Europa.  Pienso que todos unidos bajo un liderazgo sólido volveremos a ser esa luz del mundo que siempre hemos sido. Y que los otros bloques no disponen de nuestro genio e inventiva, y que estos no se han apagado todavía.
 
No nos resignamos a convertirnos en un parque temático y enfrentemos con confianza el futuro sólidamente apuntalado por el sostén de nuestros mutuos valores cristianos. 
 
Así, librandonos de la actual decadencia, seremos otra vez el faro que guíe a la humanidad por los caminos del desarrollo material y espiritual. 
 
En el actual momento, en el que uno de nuestros amigos ha sido atacado por un país dirigido por un hombre que ha errado su rumbo, recordemos como Alejandro unió a los griegos y conquistó las vastedades del Asia. Es el momento de que Europa se una y haga frente a sus retos. Basta ya de indolencias y de miedos. Cantar el Imagine no resolverá nuestros problemas. 

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REDACCIÓN