Tan solo el Rey, de acuerdo con el artículo 56 de la Constitución, es inviolable, es decir que no está sujeto a responsabilidad; sin embargo, afortunadamente, del Rey abajo, todos tenemos que rendir cuentas de nuestros actos nos llamemos como nos llamemos, ocupemos el puesto que ocupemos, estemos casados con quien estemos o seamos del partido que seamos. En eso radica, precisamente, la democracia.
El espectáculo de estos días pasados resultó penoso y deplorable escuchando aquel coro de plañideras gritar, al más rancio estilo guerracivilista aquello de “no pasarán”. Qué absurdo cuando hace años que pasaron y sin problema alguno, si no que se lo pregunten a la Sra. Díaz Ayuso que ha ganado las elecciones con mayoría absoluta y lo seguirá haciendo mientras su principal prioridad, más allá de bandas políticas, sea el pueblo de Madrid y los madrileños.
Pero, en fin, a esto nos tienen acostumbrados los sociatas. Ellos pueden insultar, mentir, agraviar y señalar con el dedo acusador y el resto, so pena de ser acusados de fachas o de extrema derecha, deben callar y aguantar, con estoicismo, insultos y agravios sin tan siquiera levantar la voz.
Lo fundamental en la democracia -si es que existe que cada día lo dudo más- consiste en la independencia de los poderes, especialmente el judicial que debe de estar por encima de ideologías y de partidos políticos. Nunca entendí que, mientras en determinados estamentos del Estado no se permite afiliación política alguna, se tolere que haya jueces conservadores y jueces progresistas ya que, de alguna manera, tal adscripción supone, en algunos casos, ver las causas judiciales con un solo ojo y eso no solo es malo para la justicia, sino también lo es para la democracia.
La Justicia es la encargada, al tener esa sagrada misión, de velar por el cumplimiento estricto de la Ley y aquel que la conculque, sea quien sea y piense como piense, merece el reproche legal contemplado en la normativa vigente. Nadie está por encima de la Ley, al menos no debería estarlo.
Un buen ejemplo de lo intolerable es la degradación de la fiscalía a la que estamos asistiendo, debido a su dependencia del poder y eso pone en entredicho no solo el estado de derecho, sino también las garantías de los ciudadanos, algo que debería ser sagrado en democracia ya que, al parecer, el poder emana del pueblo.
Vivimos tiempos convulsos en los que el populismo marxistoide, contando con el apoyo indispensable de los socialistas, está tratando de convertir a España en una república bananera, al más rancio estilo bolchevique-bolivariano. Una república bananera donde la justicia, al igual que el resto de las Instituciones del Estado, estarán controladas por un poder omnímodo ejercido por un partido, contando con el concurso de todos los enemigos de España -la maldita podemía, los golpistas catalonios, los filoetarras, las pijoprogres marxistoides de sumar con ropa de marca y demás tropilla- cuyo único objetivo es destruirla.
Es intolerable que se permita que algunas salgan a la palestra exigiendo que se asalte el poder judicial y que se controle, sin recato, la opinión pública si esta es contraria al poder, sin que tal cosa tenga la mínima consecuencia, pese al sesgo de golpe de Estado que tales peticiones conlleva.
Realmente da asco y produce repulsa escuchar esas voces que parece pretenden hacernos retrotraer a los oscuros tiempos de la II República, esa tan loada en la que, esos mismos que tanto la anhelan, fueron precisamente los que, con sus acciones, la llevaron a la tumba a base de golpes de Estado, elecciones amañadas, desprecio a la democracia, etc.
En igual medida produce vergüenza ajena escuchar a las vocingleras sociatas, algunas con cargos relevantes en el aparato del Estado, conducirse como auténticas verduleras desaforadas, carentes de criterio y de personalidad más allá que lamerle el traserillo a su jefe y qué decir de aquel otro que, en un alarde de maleducada simpleza y matonismo, aludió a su líder como “el puto amo”. Vergonzoso.
En resumen, que vamos por muy mal camino si realmente queremos salvar lo que queda de democracia y conservar la España que heredamos de nuestros mayores.
Y un último apunte para comprobar el cinismo de estos que nos gobiernan. Todavía recuerdo las loas a “Manos limpias” cuando sentaron en el banquillo a una parte de la Familia Real por las gatadas cometidas; pues bien, ya se ve que aquellos que fueron tan aplaudidos, ahora son objeto de descalificaciones e insultos por parte de los mismos que los aplaudían. ¿Qué cambió?, ¿el sujeto de la denuncia?, y por eso ya son unos fachas.
Para concluir, ¿alguien se imagina al que fuera Ministro de Hacienda socialista, Boyer, ponerse a vociferar en la calle como un poseso y terminar cantando la Internacional puño en alto?, ¿a que no? Yo tampoco…
José Eugenio Fernández Barallobre
Autor
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José Eugenio Fernández Barallobre, español, nacido en La Coruña. Se formó en las filas de la Organización Juvenil Española, en la que se mantuvo hasta su pase a la Guardia de Franco. En 1973 fue elegido Consejero Local del Movimiento de La Coruña, por el tercio de cabezas de familia, y tras la legalización de los partidos políticos, militó en Falange Española y de las J.O.N.S.
Abandonó la actividad política para ingresar, en 1978, en el entonces Cuerpo General de Policía, recibiendo el despacho de Inspector del Cuerpo Superior de Policía en 1979, prestando servicios en la Policía Española hasta su pase a la situación de retirado.
Es Alférez R.H. del Cuerpo de Infantería de Marina y Diplomado en Criminología por la Universidad de Santiago de Compostela.Está en posesión de varias condecoraciones policiales, militares y civiles y de la "F" roja al mérito en el servicio de la Organización Juvenil Española.
Fundador de la Comisión Promotora de las Hogueras de San Juan de La Coruña, del Museo Policial de la J.S. de Policía de Galicia y de la Orden de la Placa y el Mérito de Estudios Históricos de la Policía Española.
Premio de narrativa "Fernando Arenas Quintela" 2022
Publicaciones:
"El Cuerpo de Seguridad en el reinado de Alfonso XIII. 1908-1931" (Fundación Policía Española)
"La uniformidad del Cuerpo de Seguridad en el reinado de Alfonso XIII 1887-1931 (LC Ediciones 2019)
"Catálogo del Museo Policial de La Coruña". Tres ediciones (2008, 2014 y 2022)
"Historia de la Policía Nacional" (La Esfera de los Libros 2021).
"El Cuerpo de la Policía Armada y de Tráfico 1941-1959" (SND Editores. Madrid 2022).
"Policía y ciudad. La Policía Gubernativa en La Coruña (1908-1931)" (en preparación).
Otras publicaciones:
"Tiempos de amor y muerte. El Infierno de Igueriben". LC Ediciones (2018)
"Historias de Marineda. Aquella Coruña que yo conocí". Publicaciones Librería Arenas (2019).
"El sueño de nuestra noche de San Juan. Historia de la Comisión Promotora de las Hogueras de San Juan de La Coruña". Asociación de Meigas (2019).
"Las Meigas. Leyendas y tradiciones de la noche de San Juan". Comisión Promotora de las Hogueras de San Juan de La Coruña (2011).
"Nuevas historias de Marineda. Mi Coruña en el recuerdo". Publicaciones Arenas (2022). Ganadora del premio de ensayo y narrativa "Fernando Arenas Quintela 2022".
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