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Y últimamente el país otomano, capitaneado por Erdogan (de forma casi despótica tras la falsa bandera «golpista» de 2016), tocando un poquito las pelotas al imperio. ¿Escenificación (Hermandad del Cuerno, ains)? Al menos, recapitulemos. Uno. Dificultando hasta la extenuación la entrada de Suecia en la terrorista y genocida OTAN. Dos. Turquía no para de denunciar las brutales injerencias yanquis, incluyendo la organización de una “revolución de colores” en suelo turco. Tres. Guinda del pastelón, paciencia yanqui desbordada ante alguien que le toca de «verdad» los cojones: ministro del Interior turco, Suleyman Soylu, al embajador estadounidense ante la paulatino difuminación de la soberanía nacional turca y después de que Washington y ocho países europeos ( incluida España: «se recomienda evitar las inmediaciones de los sitios de culto, así como aglomeraciones y lugares muy frecuentados por turistas») emitieran disparatadas advertencias a sus viajeros de posibles atentados terroristas en ese país: «Saca tus sucias manos de Turquía».
Saca tus sucias manos de Turquía (…y de España)
Terremotos inducidos como brutal arma de guerra. De momento, más de 11.000 muertos. Innumerables patentes registradas desde hace varios decenios sobre armas tectónicas y otras plurales y bélicas armas que provocan terremotos (y maremotos y huracanes y tornados y erupciones volcánicas y megaincendios…). Los edificios en Turquía y parte de Siria, derrumbados/colapsados desde sus mismos cimientos como en el colosal y criminal fraude del 11-S, ese auto-atentado.
Y las auroras boreales HAARP en la localidad de Gaziantep o Antep (en turco otomano, Ayıntab). Innúmeros testigos presenciales. Fascinante y fascinador espectáculo de luces masivo segundos antes del terremoto. Gringolandia, cada vez más perfeccionadísimas “armas de terremotos”. En la actualidad empleando dispositivos que usan una tecnología de Pulso, Plasma y Sónico Electromagnético Tesla junto con las denominadas “bombas de ondas de choque”…
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Autor
- Nacido en Bilbao, vive en Madrid, tierra de todos los transterrados de España. Escaqueado de la existencia, el periodismo, amor de juventud, representa para él lo contrario a las hodiernas hordas de amanuenses poseídos por el miedo y la ideología. Amante, también, de disquisiciones teológicas y filosóficas diversas, pluma y la espada le sirven para mitigar, entre otros menesteres, dentro de lo que cabe, la gramsciana y apabullante hegemonía cultural de los socialismos liberticidas, de derechas y de izquierdas.
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El epicentro del terremoto está situado en la zona sureste de Turquía cuya población es mayoritariamente kurda por lo cual no creo que Estados Unidos tenga ningún interés en masacrar a miles de kurdos que desean la independencia de la Turquía islamista liderada por Erdogan.