Según la ministra comunista de Asuntos Sociales llevar sujetador es “violencia contra la mujer y su uso comparable con irse a casa de un hombre a mantener relaciones sexuales”. Por Julio Merino

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Y yo he querido saber qué opinan los “españolitos” de Antonio Machado, de este insigne descubrimiento:

Ya hay un español que quiere
vivir y a vivir empieza,
entre una España que muere
y otra España que bosteza.

Españolito que vienes
al mundo te guarde Dios.
una de las dos Españas
ha de helarte el corazón.

Naturalmente, tan profundo ideario a no tardar mucho la Ministra de la Igualdad, doña Irene Montero, lo transformará, seguro, en Ley ( la “Ley del sostén”).

Pero antes, les reproduzco la noticia que recojo del digital “Ok Diario” de hoy:

Con casi 400 delincuentes sexuales condenados que han visto cómo gracias a la Ley Montero se les rebajaban sus penas y sin aceptar ninguna de las propuestas que les lanzan desde la parte socialista del Gobierno para tratar de parchear el desastre, la actual líder de Podemos, Ione Belarra, ha dado una nueva muestra del tipo de problemas que verdaderamente le importan. Ahora ha decidido rebelarse contra el sujetador, y dice que la «obligación de llevarlo» es violencia contra la mujer. Insólito pero cierto.

Ione Belarra, que es a la sazón ministra, en concreto del departamento llamado de Derechos Sociales y Agenda 2030, ha lanzado una invectiva contra el sostén femenino, calificando su uso de «avergonzar a las mujeres» y, ahí es nada, llegando a compararlo con irse a casa de un hombre a mantener relaciones sexuales.

La líder de Podemos se ha sacado de la manga esta teoría en respuesta a un mensaje colgado en las redes sociales por el usuario Bertrand Ndongo, un activista camerunés muy crítico con Podemos, y que había colgado en su cuenta una fotografía distribuida por la agencia Efe del acto celebrado por la formación morada este fin de semana para apoyar a la ministra de Igualdad, Irene Montero, y su particular ley, preguntándose: «¿En serio?».

De todos los mensajes que en las últimas horas han circulado señalando la fotografía que ilustra este artículo, Belarra decidió salir al paso del colgado por Ndongo para compartir esta insólita reflexión: «Porque la obligación de llevar sujetador está escrito en el mismo código de honor que mantener relaciones sexuales si te fuiste a casa con él. Basta de avergonzar a las mujeres, basta de violencia».

Este acto en cuestión se organizó por Podemos en el Círculo de Bellas Artes para arropar a Irene Montero y defender, dicen, que el consentimiento continúe como eje central en la ley del sólo sí es sí.

Está claro, estas dos chicas, la Ione y la Irene, quieren llegar a su casa esta noche solas y borrachas (bueno, y falta la otra, la señorita PAM, Ángela Rodríguez Martínez, la Secretaria de Estado de Igualdad que tiene el copyright de “puta coja”)

Bueno, pues aquí tienen el resultado de la encuesta realizada en las calles de Córdoba, Málaga y Madrid. Han sido 100 personas escogidas al azar: 60 mujeres y 40 hombres.

Y las preguntas han sido:

Señora, señorita, señor, joven, la Ministra Belarra ha dicho que el uso del sujetador es una “violación contra la mujer” ¿Qué opina usted?
¿Es usted partidaria, partidario, partidarie, partidarii o partidariu de que las mujeres utilicen sostén para resaltar sus pechos?

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A la primera han respondido 30 en Córdoba, 40 en Madrid y 30 en Málaga. Y las respuestas en un 98% son coincidentes: “Ja, ja, ja, ja, ja, estas tías están locas… y como las dejen nos vuelven locos a todos”. “Jo, jo, jo, se nota que doña Ione y doña Irene tienen un grave problema con sus pechos”.

A la segunda la respuesta ha sido masiva: “miren ustedes, ese es un tema muy particular y muy íntimo y yo haré lo que me dé la gana” claro está que en la respuesta a esta pregunta sí se ha comprobado que la respuesta dependía de la edad de la persona que respondía. Las mujeres mayores eran partidarias. A las jóvenes les daba igual… y las respuestas de los hombres han rallado en el “cachondeo”: “pues sí, ya sabe lo del refrán “dos tetas pueden más que dos carretas”.

Pero, como pueden imaginar hay respuestas variopintas, aunque la mayoría cuando se le hace la pregunta se ríen a carcajadas y otras se llevan la mano a la cabeza. Pero lo más curioso de todo fue que una de las personas que asaltaron los entrevistadores, un señor mayor de casi 80 años, llamado don Manuel Pérez Mesa, al escuchar las preguntas se echó a reír y dijo: “Hombre, qué curioso. Yo llevo un año trabajando sobre los refranes que existen en el castellano sobre los pechos de las mujeres y el uso del sujetador, desde el mundo clásico (Grecia y Roma) hasta nuestros días y mire, aquí llevo casualmente una lista de los refranes en los que estoy trabajando”.

Y el caballero nos entregó esta lista:

A la vejez, dinero y mujer.
A la mujer y al papel, por detrás has de ver.
Al lado siempre es menor de la mujer el dolor.
Al diablo y a la mujer, nunca les falta qué hacer.
A la luz de la tea no hay mujer fea.
A la mujer y a la cabra, soga larga.
A la mujer casta, Dios le basta.
Al dinero y a las mujeres, hay que dejarles que rueden, para agarrarlos cansados.
A buena mujer, poco freno basta.
A la mujer que fuma y bebe, el diablo que se la lleve.
Berzas vueltas a calentar y mujer vuelta a casar, al diablo se le puede dar.
Cada ratón tiene su nido y cada mujer su abrigo.
Con la mujer y el dinero, no te burles, compañero.
Cuando uno está de suerte, hasta la mujer le pare de otro.
Cabra, caballo y mujer, gordos los has de escoger.
Cuando el hombre está pretendiendo, la mujer es la que manda, pero al otro día de casados, los papeles ya se cambian.
Cuando vieres mujer medinesa, mete tu marido detrás de la artesa.
Dolor de mujer muerta solo dura hasta la puerta.
Donde reina la mujer el diablo es primer ministro.
De Dios viene el bien, de las abejas la miel, de la mar la sal y de la mala mujer mucho mal.
Desgranan más millo cuatro mujeres que cien gallinas.
El hombre propone y la mujer dispone.
El abrigo en invierno y la mujer en todo tiempo.
Enfermedad de estudiante, cojera de perro y lágrimas de mujer, déjalas correr.
El hombre es fuego, la mujer estopa; llega el diablo y sopla.
En cortijos y aldeas, no hay vino malo ni mujer fea.
En junio si pica el sol, ni mujer ni caracol.
En octubre no le toques a tu mujer la ubre.
En agosto ni mujeres ni coles ni mosto.
El que presta su caballo para garrochar, y a su mujer para bailar, nada tiene que reclamar.
El caldo de habas, hace a las mujeres bravas.
En el tiempo de la berenjena, la mujer se queda sin melena.
Entre una mujer hacendosa y hacendada, la primera más me agrada.
En chica aldea, no hay pan duro ni mujer fea.
En casa del mezquino manda más la mujer que el marido.
En la casa el hombre reina y la mujer gobierna.
El melón y la mujer, por el rabo se han de conocer.
Febrero y las mujeres, tienen en un día diez pareceres.
Fraile callejero, mujer que habla latín y golondrina en febrero, mal agüero.
Hijos y mujer, añaden menester.
Huevo de una hora, pan de un día, vino de un año, mujer de quince, amigo de treinta y echarás bien la cuenta.
Hierba cruda, mujer desnuda y dormir en el suelo, llevan al hombre a la sepultura.
Ira de mujer, ira de Lucifer.
Ira de mujer, trueno y rayo es.

Autor

Julio Merino: Periodista y Miembro de la REAL academia de Córdoba.

Nació en la localidad cordobesa de Nueva Carteya en 1940.

Fue redactor del diario Arriba, redactor-jefe del Diario SP, subdirector del diario Pueblo y director de la agencia de noticias Pyresa.

En 1978 adquirió una parte de las acciones del diario El Imparcial y pasó a ejercer como su director.

En julio de 1979 abandonó la redacción de El Imparcial junto a Fernando Latorre de Félez.

Unos meses después, en diciembre, fue nombrado director del Diario de Barcelona.

Fue fundador del semanario El Heraldo Español, cuyo primer número salió a la calle el 1 de abril de 1980 y del cual fue director.