Queremos que el silencio hable y nos diga cosas que no se han dicho, pero sabemos que ocurrieron. Preguntas a un espía. Por Pablo Gasco de la Rocha

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Que el silencio hablara y nos dijera, ¿cuándo se planifica el asesinato del presidente Carrero Blanco por parte del Estado?

Que el silencio hablara y nos dijera, ¿cuánto cobraron los miembros de las Cortes franquistas que votaron afirmativamente la Ley de Reforma Política?

Que el silencio hablara y nos dijera, ¿si no hubo otra forma de rebajar la tensión en la calle, que llevarse a una generación de jóvenes por delante con la droga?

Que el silencio hablara y nos dijera, ¿si para legalizar al PCE no hubo más remedio que asesinar a cinco personas sin mayor significación política, pero sí simbólica?

Que el silencio hablara y nos dijera, ¿quién asesino a Juan Ignacio González, líder del Frente de la Juventud (FJ), por no avenirse a lo que se le propuso, y podía contar?

Que el silencio hablara y nos dijera, ¿quiénes determinaron el modo de ejecución del 23-F hacia una solución de conveniencia, que terminó cargándose el Ejército último obstáculo a vencer?

Que el silencio hablara y nos dijera, ¿por qué se perdonó al cabo de ocho años de prisión, de los 1.500 años que la Audiencia Nacional le impuso, a uno de los terroristas más sanguinarios de ETA, miembro del terrible “comando Madrid”, Juan Manuel Soares Gamboa?… ¿Sabía demasiado, y estaba dispuesto a contarlo por entregas?

Que el silencio hablara y nos dijera, ¿cómo no se previno el atentado del “11 de Marzo” de 2004, cuyo balance fue de 193 muertos?

Que el silencio hablara y nos dijera, ¿a qué personalidad de Estados Unidos se llamó antes de intervenir en el islote Perejil, a donde cualquier Ejército hubiese enviado a un cabo y tres soldados? El cabo para dar orden al pastor de cabras de que se retirase, y a los soldados para hacer una limpieza de la zona.

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Que el silencio hablara y nos dijera, ¿si hubo algún tipo de vigilancia en cuarteles y dependencias militares el día que se profanaron los restos mortales del Caudillo de la Basílica del Valle de los Caídos, trasportados en helicóptero por el socialista uniformado y posible futuro fichaje Podemos, Alfonso Reyes Leis?

Que el silencio hablara y nos dijera, si es verdad que el entonces príncipe de Asturias, tan preparado, responsable y solemne, amenazó a su padre, el Rey, con renunciar a la Corona, ¿si no se casaba con la chica que por fin había encontrado Leticia Ortiz Rocasolano?

Que el silencio hablara y nos dijera… ¡Tantas cosas! Si todo ha sido una gran mentira, que no venga ahora nadie a enmendar la plana. Y mientras esperamos a los historiadores del futuro que pongan patas arriba toda esta deconstrucción de España, concitemos todos juntos una reacción…