20/09/2024 08:43
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Para la Memoria Azul, hoy recordamos a otro Caído, un chaval de 18 años que perdió la vida, al igual que José Antonio, por su idea de España y la Falange, su sangre derramada tiene el mismo valor que la de José Antonio, en el negro «Telón de los Caídos» de la Falange todos los nombres valen lo mismo, no hay diferencias, todos son dignos de recuerdo y más los que fueron olvidados.
Por eso hoy recuperamos del olvido de la historia a un joven estudiante falangista, «Vicente Pascual Valls», con 16 años se afilió a la Falange, y su compromiso hizo que al poco tiempo fuera nombrado Secretario local de la Falange de Ibi (Alicante).
Al iniciarse el alzamiento armado contra el Gobierno del Frente Popular, los falangistas alicantinos recibieron órdenes de su Jefe Provincial, José María Maciá, para que los de la Vega Baja del Segura convergieran sobre Alicante para unirse al Ejército y liberar a José Antonio preso en la cárcel provincial.
Los de otros pueblos debían acercarse a Alcoy y pedir armas largas en el cuartel del Regimiento Vizcaya nº 12, los enlaces militares falangistas así lo tenían acordado.
El 19 de julio, Vicente junto con los camaradas de su pueblo, se dirigieron al cuartel de Alcoy, donde no solo no les dieron armas, no les dejaron entrar y les mandaron volver a sus casas, el Ejército traicionaba el pacto previo.
Pero desgraciadamente para Vicente, tiempo después fue reconocido por un grupo de milicianos de su pueblo, y a pesar de intentarlo Vicente no pudo escapar, siendo detenido e ingresado en la cárcel municipal.
Durante una eternidad Vicente fue golpeado y torturado en la prisión, sus guardianes querían los nombres y domicilios de los falangistas de la comarca, tenían órdenes de aniquilar a la Falange.
Vicente, a pesar de las torturas, no dijo un solo nombre, estaba seguro que de hablar condenaría a muerte a sus camaradas, su vida ya la tenía perdida.
En la madrugada del 26 de septiembre, ante la negativa de Vicente a delatar a sus camaradas, los milicianos rojos le sacaron de su celda, casi no podía andar, le montaron en un vehículo llevándole por la carretera de Alcoy a Bañeres, y en un paraje denominado Boixcarró le sacaron de la camioneta y lo asesinaron.
Por la mañana, el cadáver de Vicente Pascual fue encontrado por unos lugareños, al avisar a la Policía y al Médico Forense éste realizó un informe donde certificaba la muerte de Vicente Pascual Valls, debido a «heridas en el cráneo por disparos de escopeta, cráneo seccionado por mitad en sentido vertical y extracción del corazón».
Al acabar la guerra e investigarse el asesinato de Vicente, uno de los milicianos testificó «que después de disparar en la cabeza a Vicente, el Jefe de la partida, un socialista de Alcoy, le abrió el pecho, le sacó el corazón, y comió parte de él».
Aún hoy, y siendo conocedores de que se dieron en aquellos tiempos oscuros otros casos de canibalismo, nos resulta absolutamente inconcebible que en la España del 36 existiera una bestia salvaje, que no contenta con asesinar a un contrincante político, le arrancara el corazón y lo devorara.
Esta horripilante historia nos demuestra que la Guerra Civil Española, se produjo más por el odio que por motivaciones políticas, hermano contra hermano, vecino contra vecino, español contra español, daba igual, solo se quería la sangre del de enfrente.
Por eso, hoy 20 de noviembre, cuando se cumplen 84 años de la muerte de José Antonio, recordamos a uno de los suyos, uno de los nuestros, uno de la Falange, «Vicente Pascual Valls», que no solo ofreció su sangre por la nueva España que soñaba José Antonio, sino que incluso su corazón fue devorado por el odio de la España roja.
Para que nunca caiga en el olvido.
 
 
(Foto inédita de Vicente Pascual Valls, Secretario local de la Falange de Ibi, del archivo de los Guardianes de la Memoria Azul).

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REDACCIÓN