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Gonzalo Jiménez de Quesada fue uno de los grandes conquistadores españoles. Lideró la conquista del imperio de los chibchas, la actual Colombia, en la década de 1530. Y también fue un gran cronista. Una de sus obras más interesantes, sin embargo, no es de temática americana, sino una crónica con detalle de las guerras de los soldados españoles en Italia en la primera mitad del siglo XVI.
Ya mayor, en 1567, Jiménez de Quesada, escribió su » Apuntaciones y anotaciones sobre la historia de Paulo Jovio», obra que ha pasado a la historia como » el Antijovio». Paulo Giovio, conocido en España como Jovio, fue un religioso, historiador y cronista italiano de aquella época, que estaba considerado entonces casi como el historiador europeo más famoso, aunque su credibilidad hoy está puesta en tela de duda por los especialistas actuales.
Unos años antes, Jovio había publicado un libro sobre las guerras de Italia entre Carlos V y Francisco I de Francia de las décadas de 1520-1540. La publicación de este libro causó indignación en España, ya que en él se menospreciaba en numerosos pasajes el papel de los soldados españoles en los combates de esas guerras. O bien los calificaba de bárbaros o bien menospreciaba su papel en muchas de sus victorias y le atribuía el mérito a los soldados italianos de Carlos V. Jovio siempre tuvo un prejuicio antiespañol evidente, según algunos, porque soldados españoles quemaron su biblioteca, durante el saqueo de Roma, en 1527.
Jiménez de Quesada, probablemente luchó en Italia de joven en la década de 1520, lo que explicaría el gran conocimiento con detalle de los combates de las tropas españolas. En el Antijovio, Jiménez de Quesada, haciendo gala de un gran patriotismo español, rebate una por una las afirmaciones de Jovio, combate por combate y suceso por suceso, con gran rigor.
Es por ello que esta obra, de casi 700 páginas, ha sido calificada como una de las mejores crónicas militares de la época. Esta obra estuvo perdida durante siglos hasta que se encontró su manuscrito en el Colegio de Santa Cruz, en Valladolid, en 1927. Se editó por primera vez en Colombia en 1952.
En definitiva, se trata, pues, de una crónica hispánica especialmente interesante
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