21/11/2024 16:14
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Dicen ser ex militares, expertos tiradores y van armados hasta los dientes. Presumen de ello con fusiles automáticos y armas de gran calibre, marchando como un auténtico grupo paramilitar. Son miles, uniformados, están organizados y dispuestos a todo, incluso al uso de la violencia. Desfilan por las calles como verdaderas tropas de asalto. Son supremacistas, racistas y lo admiten. Los moviliza el odio y emplean el terror y la intimidación para lograr sus objetivos. Son racistas negros, racistas al fin. En los Estados Unidos desde hace tiempo alguien está buscando una guerra civil racial inédita.

Se autodenominan NFAC o “Not Fucking Around Coalition”, algo así como “Coalición No Estamos De Coña”, y son el nuevo grupo armado surgido a la sombra del Black Lives Matters. Como ellos mismos dicen, utilizan la violencia abiertamente y no están ahí para “cantar canciones”, es de decir que “no van de coña”, que van en serio.

Pretenden ser el brazo armado de la “raza oprimida”, la negra, y aunque parezca increíble aspiran a separarse de los Estados Unidos, fundar una propia nación exclusiva de los ahora llamados afroamericanos, es decir la creación de Estado étnico negro.

El NFAC debutó públicamente el 4 de julio en el Parque Stone Mountain del Estado de Georgia, donde desfilaron cerca de cinco mil milicianos fuertemente armados. Esto ha sido prácticamente una declaración de guerra hacia el resto de americanos no negros ya que en el Parque se encuentran monumentos y esculturas que recuerdan la historia de la Confederación, como los de los generales Robert E. Lee, Stonewall Jackson y al presidente Jefferson Davis. Por supuesto pretenden acabar con ellos derribándolos. 

No faltaron ese día los discursos incendiarios, juramentos de lealtad, puños en alto alzando fusiles, además de la provocación y el desafío del líder hacia sus enemigos raciales: «No veo ninguna milicia blanca, tampoco veo a los boogaloo boys, los 3% y todo el resto de esos «rednecks» asustados. ¡Estamos aquí! ¿Dónde están? ¡Estamos en su casa!«. (Los Boogaloos y los 3% son grupos paramilitares que defienden el uso y portación de las armas de fuego y son mayoritariamente de ideología libertaria y ultranacionalista).

El sábado 25 de julio la milicia del NFAC también realizó una manifestación en la ciudad de Louisville, en el Estado de Kentucky. Prometen seguir adelante y conseguir sus fines a cualquier precio. La mecha está encendida y hay mucho combustible alrededor.

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Como es previsible el NFAC tiene un líder llamado John “Gran Maestro Jay” Fitzgerald Johnson, que ha sido soldado, candidato independiente a la presidencia y ahora artista de hip-hop. En Georgia declaró: «La mayoría de nosotros, como yo, somos exmilitares, no somos jóvenes del barrio, somos votantes, somos chicos responsables (…) Los principales medios de comunicación no informarán sobre nosotros porque las imágenes de personas negras organizadas y armadas producirían escalofríos en la columna vertebral del racismo estadounidense (…) No permitiremos el asesinato de otra persona negra, ya sea por blancos o negros (…) Somos una milicia negra. No somos manifestantes. No venimos a cantar ni a corear. Eso no es lo que hacemos (…) Lo incendiaremos todo«.

En otras declaraciones agregó: “La solución es muy simple. Seguimos una declaración de liberación, nombrando a cada descendiente africano de la trata de esclavos como prisionero político aquí en Estados Unidos. Después de eso, este país tiene dos opciones, o nos proporcionan un pedazo de tierra aquí – tomaremos Texas y nos dejarán hacer lo nuestro – o emprenderemos el éxodo fuera e iremos a algún lugar donde nos darán nuestra propia tierra para construir nuestra propia nación”.  

Marcha del NFAC en Louisville: 

Discurso completo del «Grandmaster Jay» en Louisville: 

El NFCA no solo busca la creación de un estado de raza negra, sino que pretende la pureza racial 100% negra africana. Los mulatos y mestizos son vistos con desconfianza por la organización. El Gran Maestro Jay considera también la teoría del regreso a África para construir una nueva nación con los más de 40 millones de afro-americanos que viven en los Estados Unidos.: “Mi otro objetivo es un éxodo a África, establecer nuestro destino y construir nuestra propia nación, y obtener un asiento en la ONU como todos los demás. Cuarenta y cinco millones de nosotros somos una nación dentro de una nación, por lo que podemos irnos a un lugar donde dos países amigos de nosotros estén dispuestos a forjar algunas tierras (…) Si tenemos nuestro propio país, entonces, si algo sucede en Estados Unidos, podemos ir a la ONU y decir eso es una violación”. Sus enemigos de raza blanca, los boogaloos estarían encantados con la posibilidad, igual que los independentistas catalanes que conseguirían un importante aliado internacional.

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Con las elecciones presidenciales a la vuelta de la esquina, la crisis pandémica, la violencia, el vandalismo, los enfrentamientos, tiroteos, incendios, saqueos y destrucciones varias e incluso muertes en varios Estados provocados por los Black Lives Matters, apoyados, justificados, financiados y protegidos por el Deep State, los Mass Media y el Partido Demócrata, tienen como única finalidad derribar al gobierno Trump.

La violencia racista “antirracista” que crece día a día ya no se conforma con decapitar monumentos de Cristóbal Colón, Fray Junípero Serra, Abraham Lincoln, dinamitar el Monte Rushmore o quitar la estatua y el nombre de John Wayne al aeropuerto de Santa Ana en California. Hace unos días vandalizaron con pintadas la Mansión Graceland, hogar de Elvis Presley y el segundo monumento más visitados de los Estados Unidos. También lo han hecho en el Levitt Shell del Overton Park, el escenario donde Presley dio su primer concierto en Memphis. El limite de la locura es el cielo.

Es más que evidente que la aparición ahora de un grupo armado, una versión 2.0 del terrorismo de los Black Panthers, inspirados en el profundo racismo y resentimiento de Malcolm X pretende elevar el clima de violencia hacia una guerra civil racial en los Estados Unidos. Hay un viejo refrán que dice que el que juega con fuego al final se quema. Y no hay nada mas cierto y sabio que una vieja moraleja.

Autor

José Papparelli