10/05/2024 20:14
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La Iglesia es Una, Católica, Apostólica y Romana, pero ahora todas ellas parecen haber sido eclipsada en la Arquidiócesis de Lima por el título de Sinodal. Esta sinodalidad ha sido planteada como camino común para todos los católicos, un acompañamiento de escucha de parte de la curia hacia el pueblo y por ello hoy la opinión del pueblo católico importa mucho ¿Verdad?

Lima tiene un arzobispo, Mons. Carlos Castillo, que ha hecho suya la sinodalidad y ha puesto como parroquia modelo de la pastoral sinodal a la parroquia San Ricardo, ubicada en la unidad Vecinal Matute, vecindario insigne e histórico del Distrito de la Victoria. Esta parroquia ha sido puesta como modelo de sinodalidad en toda la diócesis de Lima, pero ¿Qué ha pasado? Los mismos fieles de la parroquia parangón de la sinodalidad se apersonaron a la parroquia en forma de protesta y acorralaron al obispo auxiliar mandado por Mons. Carlos Castillo pidiendo ser escuchados, pero tan sinodal fue su reacción que mandó policías y patrulleros para dispersar la turba ¿dónde quedó la sinodalidad, la escucha, la atención al clamor del pueblo allí?

Como bien sabemos, estos acontecimientos no salen de la nada, y si no hay ideas detrás de fondo, sí hay sentir y tradición que ha hecho que los vecinos hayan reaccionado como han reaccionado. Han protestado en contra del obispo y su tendencia “sinodalidad” gritando “la sinodalidad no uno, desune”, “no queremos comunistas”, etc. ¿Cómo es que la tan alabada sinodalidad llevó a esto?

  1. Tomado el cargo de párroco por el padre Agüero Vidal, la parroquia empezó a dividirse por el lenguaje inclusivo, lenguaje que los fieles rechazan.

  2. Debido a la sinodalidad, los fieles de la parroquia San Ricardo acusan de la inclusión en el equipo de catequistas personas con comportamiento extraño y con sospecha de homosexualidad.

  3. Los fieles acusan al seminarista que concurre en la parroquia de borracho y mal vivir, incluso han podido captarlo en video.

  4. El párroco desalojó intempestivamente, y sin fundamento alguno hasta la fecha, a unas monjas de la parroquia, donde han estado desde hace aproximadamente 23 años ininterrumpidos ayudando a los más necesitados. Los vecinos y fieles acusan que las estarían sacando no por una indisciplina sino porque no se adhieren al plan “sinodal”.

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Estos cuatro puntos tienen en común el plan sinodal que, por más que se haya vendido como un éxito, ha sido la piedra que han aguantado los fieles y vecinos, pero ya no pudieron aguantar más.

Monseñor Castillo tenía planificado una misa en la parroquia San Ricardo y los fieles se pusieron de acuerdo en encarar al arzobispo, conociendo tales intenciones el purpurado mandó a su auxiliar, el cual nada pudo hacer con los reclamos y pedidos de no sólo reponer a las monjas tan queridas por los fieles, sino también el cese del movimiento sinodal.

Éste es el principio del fin de la pastoral sinodal que, pretendiendo lucir por fuera unión y fraternidad, por dentro ha ido separando a los fieles de uno y otro lado.

Éste es el principio del fin, porque tal como han manifestado los fieles, esto no ha acabado, esto recién empieza, y en nombre de la sinodalidad que tanto han pregonado, deben escuchar el clamor popular del rechazo a la sinodalidad misma que tanto tiempo han sufrido y ya no es posible aguantar.

Video:

Párroco de San Ricardo en Matute desaloja monjas y recibe repudio de fieles

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