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Todos los Falangistas sabemos lo que pensaba José Antonio de ese injusto invento llamado sufragio. Un recuento de papelitos dentro de una urna no puede decirnos en un cuenteo de votos si Dios existe o no. Lo del mejor destino de las urnas es ser rotas a bastonazos, también lo dijo El Jefe, pero en la situación que se presenta en la actualidad de cara al 4 de mayo implica a todos los falangistas también recordar eso de «votar lo menos malo».
Yo confieso que he votado en muy contadas ocasiones: mi «No» a la Constitución y mi voto al PP, tapándome la nariz, para echar al nefasto Zapatero, fueron las dos citas a las que acudí, pese a ser más partidario de lo de los bastonazos en las urnas. Pero esta vez voy a volver a votar y no va a ser a un partido como tal, voy a utilizar la ortodoxia falangista de votar lo menos malo y lo haré a la actual Presidenta de La Comunidad de Madrid. Este voto se encuadra dentro de la urgente necesidad de impedir la entrada en el gobierno de La Comunidad a la izquierda bolivariana y criminal que amenaza arrasar a los madrileños. El camarada Eduardo García Serrano, con la valentía que le caracteriza, ha indicado ya en este medio escrito y en otros más que su voto va ir también a Isabel Díaz Ayuso y además lo ha explicado casi en estos mismos términos que hago yo ahora provocando un terremoto en esa falange moderna de «camisita y canesú» que tenemos que soportar los que vestimos la camisa azul mucho antes de que estos, que tachan a Eduardo de no falangista, supieran levantar su brazo y desplegar su mano. Decir que Eduardo no es falangista por votar de forma puntual y explicado a Díaz Ayuso es tan disparate como creer que todos estos indigentes mentales saben el verdadero sentido de nuestra hermosa doctrina.
No trato de defender a Eduardo de estos cretinos, pues él se defiende solo de forma contundente y clara. Lo que quiero dejar aquí, negro sobre blanco, es que en esta nueva «Hora de los Enanos» el voto falangista, creo yo, debe ser el menos malo y el que más sume para impedir lo que puede pasar en Madrid. Yo también voy a votar a Díaz Ayuso como ya he indicado más arriba y quiero desde aquí agradecer a Eduardo, como corresponde al laconismo militar de nuestro estilo, su coherencia falangista fuera de cualquier duda digna de esa nuestra Falange que ya no existe, pero que aun así continúa encarnada en camaradas como su padre, Rafael García Serrano y en otros más que desde los luceros son nuestros referentes eternos de verdad, doctrina y dignidad.
Autor
- Nace en Madrid en 1958. Estudia en Los Escolapios de San Antón. Falangista. Ha publicado 4 libros de relatos. Apasionado del cine y la lectura. Colaborar en este medio lo considera un honor.