10/05/2024 16:32
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Más allá, acá o acullá de las simpatías que te suscite Putin y su régimen (en mi caso, nulas), ains Operación Krysha, tan títere como el bufón Zelenski de las verdaderas e invisibles élites), la evidencia deviene palmaria: desde el año 2014, los sucesivos gobiernos ucranianos han cometido o autorizado crímenes contra sus propios ciudadanos bajo la mirada completamente indiferente, cuando no abiertamente cómplice, de las denominadas «democracias» occidentales. Entre ellas el Reino de Bozalia, antigua España: 192 civiles ucranianos, algunos prácticamente adolescentes reciben entrenamiento militar en la Academia de Infantería de Toledo para ser enviados a hacer frente a las picadoras de carne que suelen ser las guerras. O el demente de Borrell ufanándose de haber utilizado el fondo de reptiles/covidicio de la masónica Ué para auxiliar militarmente a Ucrania.

Crímenes sin castigo

Planificadas masacres como el de la Casa de los Sindicatos en Odesa o la bárbara salvajadas de los batallones nacionalistas (Azov, idéntica sacra némesis del ruso Wagner) en la región del Donbás se hallan minuciosamente documentados. Sus autores, ucronazis y más allá, con demostrados nombres y apellidos, tantas, tantísimas veces impunes. Y el documental que lo aclara se lo dejo a continuación.

Para los aliados, el neonazismo ucraniano es motivo de orgullo

Y Usa, el macho alfa de «nuestra» manada OTAN apoyando sin ambages al criminal nacionalismo de la Ucrania de hogaño. CIA, Soros y tanta mierda afín pululando por aquellos lares desde hace varias décadas. Promoviendo el horror (por ejemplo, contra la población rusa del Donbás)…

…Y si quieres ver terminar el artículo y ver más documentales cuestionando la falsaria versión oficial asunto pincha aquí.

LEER MÁS:  Aluminio en nuestros cuerpos. Por Ignacio Caballero

 

Autor

Luys Coleto
Luys Coleto
Nacido en Bilbao, vive en Madrid, tierra de todos los transterrados de España. Escaqueado de la existencia, el periodismo, amor de juventud, representa para él lo contrario a las hodiernas hordas de amanuenses poseídos por el miedo y la ideología. Amante, también, de disquisiciones teológicas y filosóficas diversas, pluma y la espada le sirven para mitigar, entre otros menesteres, dentro de lo que cabe, la gramsciana y apabullante hegemonía cultural de los socialismos liberticidas, de derechas y de izquierdas.
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