El ridículo sonado en el congreso de la UGT, rama parasitaria del PSOE, a merced de la siseante víbora, la tucana del desempleo, es una demostración de que Feijóo ha perdido el norte, quizá desde aquellos tiempos en que se fotografiaba con un narcotraficante; tiempos que se han convertido en un lastre para su liderazgo con aspiraciones a la presidencia de España. Se le ve acomplejado… Si sólo fuera eso.
Las cuatro mayorías absolutas en Galicia hablan de la estulticia de los gallegos o, más bien, de lo engañados que han estado por el extraño aspirante a la presidencia de la Nación que parece trabajar para no serlo jamás. Sus incoherencias son palmarias. ¿ Qué es lo que hay detrás de Feijóo para que sea protagonista de tantas arrancadas discursivas de caballo para luego frenarse con parada de mulo? ¿Por qué dice lo contrario de lo que hace? ¿Es pura contradicción o sigue un guion disimulado a espaldas de las promesas electorales?
Pensamos que Sánchez tiene trapos sucios y nos fiamos del discurso de Feijoo que hace lo contrario de lo que dice. Parece un ministro más del macro inútil gobierno sanchista. Acude a la llamada del ridículo en el congreso de la UGT y ¿veta en el Senado la ley orgánica que facilita juicios express para expulsar a los parásitos okupas, siendo una vez más el leal cómplice de las criminalidades del psoe al que encubre en el difícil equilibrio de un escaparate público donde ocultar vergüenzas? Igual Feijóo es el trapo sucio del PP.
Flaco favor nos haremos pensando que Núñez Feijóo hace el imbécil por su cortedad de miras y por esa necedad que le caracteriza desde que lidera las filas del Partido Popular. Porque tras la apariencia del imbécil subyace una intención añadida y rebuscada, quizá asociada al complejo consabido de la tibieza dizque liberal, tal vez más elaborada por un resentimiento oculto afín al socialcomunismo. Quizá un entendimiento con la visceralidad nacionalista, no obstante Feijóo es un independentista encubierto a tenor de sus políticas excluyentes en Galicia, que aspira a facilitar la descomposición de la integridad territorial pactando para sus propios intereses con los independentistas. El gallego ha demostrado no hacer ascos ni siquiera al ridículo o pactar con terroristas llegado el caso.
No es de fiar y con él tampoco la caterva de tibios que tras el semblante de la oposición disimulan otras arteras estrategias engañando al electorado que sigue sin aprender la lección de la hipocresía que se personaliza, salvo honradas excepciones, en los políticos populares. Su radicalismo se muestra de vez en cuando con ramalazos de dictador con su inolvidable obligación de vacunar a la población con los tóxicos de los remedios anticovid en el 2020, o la sustitución de nueve millones de vehículos por ser contaminantes, importando un bledo la economía de quien no puede sufragarse uno nuevo.
En la Unión Europea es una sombra alargada de la corrupta Von del Leyen y un sumiso cómplice del partido socialista siendo más rojo que azul en todas las derivas y exabruptos de las decisiones que perjudican no sólo a los ciudadanos en general sino a sus votantes en particular, víctimas de la estafa que supone un PP disfrazado al servicio de la ideología radical. Disfruten lo votado, que se dice.
En tanto Feijóo siga ocupando un espacio sospechoso en el Partido Popular, la voluntad de su electorado se diluirá en la impotencia sin plantearse una oposición unida que podría acelerar el proceso de putrefacción de un Sánchez dispuesto a mantenerse en el poder con la chulesca aceptación de una corrupción criminal que de un modo u otro el gallego permite, obviando la influencia en el Senado para ser determinante y actuar frente a los males que representa el enquistado delincuente de La Moncloa.
A uno y otro lado de esa oposición es desesperante observar como unas veces el PP y otras VOX se enzarzan en conflictos que desvían la atención del foco de malignidad que deberían combatir conjuntamente. Dar motivos al traidor Feijóo para justificar su inacción no es inteligente ni deseable cuando toda la atención debería concentrarse en la trama de corrupción sanchista al descubierto.
Se puede ser imbécil en política y, aun siendo difícil de perdonar con los tiempos que corren, aceptar como endémico remedio a los males que padecemos esa inacción de un Feijóo al que millones de españoles querrían ver sustituido por una más relevante Isabel Díaz Ayuso, verbigracia, a falta de saber qué nos depararía el cambio; pero otra cuestión es que con la aparente imbecilidad haya también una retorcida actitud que es fácil comprobar con el revanchismo que se práctica tácitamente contra VOX que alarga la agonía de España.
Detrás de las imbecilidades de Núñez Feijóo hay algo más que le convierte en cómplice de un partido socialista que juega la baza del chantaje para asegurarse de que el Partido Popular sea ligera en la oposición y colaboradora necesaria de la permanencia de Sánchez. Quizá por ello anatematiza a VOX como si la verdad fuese una amenaza a sus propios intereses. Tal vez los trapos sucios de Feijóo se intentan blanquear junto a los de Sánchez. En todo caso, la aparente imbecilidad del que a este paso será un eterno aspirante, no deja de ser harto sospechosa y perjudicial para la supervivencia de España. Supervivencia literal porque Valencia, y no será la única con el percal de criminalidad que conocemos, es una víctima exponencial de los políticos a uno y otro lado de la desesperanza.
Feijóo, el comodín de Sánchez para perpetuarse en el poder. Por Ignacio Fernández Candela
La inmundicia Feijóo pringa al Partido Popular. Por Ignacio Fernández Candela
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Buenas noches Ignacio, amigo:
En tú título, al calificar a este personajillo de imbécil, has sido muy benévolo
Este elemento, al igual que su antecesor, llevan el marchamo de hipócritas, mentirosos, traidores, cobardes y lacayos de la extrema izquierda, más irracional.
Yo, tengo un problema, para mí, una cualidad y es que nunca olvido.
El pajarraco de Rajoy, consiguió la mayoría absoluta, prometiendo quitar las Leyes y Decretos criminales de ZapatETA, un diabólico personaje defendiendo a ultranza a su abuelito, que se pasaba de un Bando a otro en plena Guerra de Liberación, por lo que fue detenido y enviado al infierno. Son las cosas que les pasan a los traidores.
Y este tipejo, hablador y mentiroso compulsivo, es más de lo mismo. Es un farsante de una supuesta derecha, que arrastra a gente buena y anti bolchevique, por la gran densidad de incautos que existen y que votan una, dos y siempre a este Partido masón, mentiroso y despreciable, porque se creen las supuestas luchas verbales, que continuamente utilizan con la oposición social-comunista y hoy criminal, cuando permanentemente están encamados con ellos.
No se dan cuenta, que aquí la izquierda es la que manda, desde hace ya demasiados años y la derecha, supuestamente conservadora, han sido los lacayos de ellos, al igual que estos monarcas que están inclinados a la izquierda, porque saben, que hagan lo que hagan, los monárquicos fanáticos, les alabarán y les besarán hasta sus posaderas.
Recibe un abrazo, con mi agradecimiento,
Miguel Sánchez
Caballero Legionario