14/05/2024 23:49
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La compra de Twitter vaticinaba el despido masivo que Elon Musk ha gestionado clausurando además la sede. Una inversión de contenido moralista por una cifra de 44.000 millones de dólares-pues Musk comunicaba su intención de compra a alto precio con el fin de brindar un futuro a la civilización-, auguraba la depuración de la plantilla que podría quedar reducida a la mitad. Los directivos fueron cesados y el resto pasa por la misma criba tal cuál actuaría un raticida eficaz en un nido de roedores. Y no muy alejada queda la sugerencia de alcantarilla cuando Twitter estaba conformado por alimañas que violaron sin escrúpulos el sacro derecho de la libertad de expresión. Con una notoria y nauseabunda orquestación de atentados contra el libre pensamiento, las ratas empleadas en Twitter disponían de un poder omnisciente que les permitía todo tipo de atropellos contra los divergentes del pensamiento único y el sectarismo siniestro del globalismo, aunado con el marxismo cultural del neocomunismo como estrategia de dominación frente a Occidente. Ratas que pululaban sin control con capacidad para censurar y hasta cerrar cuentas como la del expresidente Donald Trump incluso antes de que el golpe de Estado demócrata se apoderara de La Casa Blanca con viles artimañas. Twitter lo conformaba gentuza con rango de general, organizando un infecto ejército de miseria izquierdista para silenciar y vigilar a cuantos intervenían con propio criterio e intentaban denunciar, verbigracia, las manipulaciones sanitarias y la vulneración de elementales derechos. Muchos usuarios regresan al tiempo que se quedan en la calle los degenerados que perpetraron con absoluta impunidad delitos contra los más básicos derechos universales. 

 
El replanteamiento de la configuración funcional de Twitter pasa por una drástica reducción de gastos que afectará a miles de parásitos, lejos del nido ponzoñoso donde creyeron desarrollar una carrera estable a la sombra protectora de la izquierda radical. Y es extensible a la plataforma dictatorial que operaba repulsivamente en España.
 
Bienvenida la eficaz medida sanitaria, el necesario raticida que debería propagarse en otras redes sociales,  siendo la del pájaro azul una deseada purificación, ejemplar, frente al satanismo global y el más destructivo comunismo en ofensiva totalitaria. 
 

Autor

Ignacio Fernández Candela
Ignacio Fernández Candela
Editor de ÑTV ESPAÑA. Ensayista, novelista y poeta con quince libros publicados y cuatro más en ciernes. Crítico literario y pintor artístico de carácter profesional entre otras actividades. Ecléctico pero centrado. Prolífico columnista con miles de aportaciones en el campo sociopolítico que desarrolló en El Imparcial, Tribuna de España, Rambla Libre, DiarioAlicante, Levante, Informaciones, etc.
Dotado de una gran intuición analítica, es un damnificado directo de la tragedia del coronavirus al perder a su padre por eutanasia protocolaria sin poder velarlo y enterrado en soledad durante un confinamiento ilegal. En menos de un mes fue su mujer quien pasó por el mismo trance. Lleva pues consigo una inspiración crítica que abrasa las entrañas.
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