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Entrevista con Inna Ruano Mizyuk. Nacida en Ucrania, Inna lleva más de 20 años viviendo en España y trabaja de funcionaria. Tras la invasión rusa ha tratado de buscar formas de ayudar a su país divulgando información sobre Ucrania, luchando contra la propaganda rusa (NAFO), y recaudando fondos para el ejército ucraniano.
¿Cómo empieza a organizarse la ayuda a Ucrania?
El tema de las ayudas surge de forma espontánea y empieza con la guerra. Muchas personas se ponen en contacto con nosotros por redes sociales porque somos ucranianos y quieren ayudar. Y básicamente lo que hacemos es poner en contacto a esa gente con Ucrania o con los refugiados que están aquí.
Veo que hacéis sorteos para las personas que se deciden a ayudar.
Sí, no podemos aceptar donativos porque somos personas físicas y no una asociación como Con Ucrania, que hace una gran labor. Nosotros somos intermediarios, ayudamos a asociaciones y animamos a la gente a donar mediante sorteos, por ejemplo, con los sellos que celebran el hundimiento del barco ruso Moskva. Lo que intentamos es dar a conocer en España a todas esas asociaciones y ONG que están ayudando a Ucrania.
Por ejemplo, hay un refugiado aquí, un hombre mayor y con discapacidad, cuyo hermano tiene una ONG en Lviv que compra drones civiles para el ejército. Tienen una cuenta bancaria para los donativos y compran esos drones. Este hombre quería involucrar a personas en España con esta iniciativa, pero no sabe hablar español, así que organizamos un sorteo para recaudar fondos (conseguimos casi mil euros) para esa ONG, Bili Horvaty.
¿Hay una buena respuesta por parte de la sociedad española?
El 24 de febrero, cuando empezó todo, muchísima gente se mostró dispuesta a colaborar; enviando ropa, medicamentos, dinero, etc. Ahora ese entusiasmo ha disminuido en parte por la duración de la guerra, pero no era consciente de la gran cantidad de personas en España que hacen cosas por Ucrania.
Quería preguntarle por la iniciativa para comprar un Bayraktar, algo que se ha hecho con toda normalidad en Polonia o Lituania, pero que en España puede causar rechazo por tratarse de un arma.
Yo he ayudado en ese proyecto, aunque no soy la organizadora, y lo cierto es que al principio se intentó presentarlo como un medio de defensa. Sin embargo, no hay que tener miedo, estamos en guerra y la gente muere, y al final modificamos la descripción del Baryaktar diciendo que es un arma de guerra. Hay muchas personas a las que donar dinero para comprar armas les crea un cargo de conciencia, pero cada vez hay más gente que no tiene reparos en hacerlo. En Ucrania son conscientes de esta mentalidad, por lo que en Europa Occidental se promueven proyectos humanitarios, como la construcción de casas, y los donativos para armas se dejan para Europa Oriental.
¿Tiene familia allí? ¿De qué parte de Ucrania?
Sí, yo provengo de la misma ciudad de Zelensky, de Kryvyy Rih, en el sureste de Ucrania. Tengo familia allí y ninguno ha querido venir a España, a pesar de que este último mes y medio la situación ha empeorado porque los rusos están bombardeando bastante esa zona.
¿Qué le han parecido los referendos espectáculo para anexionar a Rusia el este de Ucrania?
Yo soy de una familia ruso hablante, pero el 24 de febrero todos empezaron a hablar en ucraniano. Mi abuelo es de Siberia y, por tanto, mi familia es medio rusa, pero no quieren saber nada de Rusia y quieren que su país siga siendo Ucrania porque no quieren vivir como viven los rusos. Esos referendos no cambian absolutamente nada, la mayoría en el Este no recibió a los rusos con flores, los combatió porque quieren seguir viviendo en Ucrania.
También perteneces a lo que en Twitter se denomina NAFO, según algunos expertos una operación de inteligencia de la OTAN…
En mi caso me tengo que remontar a 2014, cuando empezó la revolución del Maidan. En ese momento intentar defender la postura ucraniana en Twitter era casi imposible porque se te echaban encima todos los trolls pro-rusos con banderita soviética llamándote “nazi” y absolutamente de todo. Ahora con la guerra todo ha cambiado y con NAFO, como ucraniana, ya no te encuentras sola ni a merced de esos trolls pro-rusos. Es como una gran familia en la que te sientes arropada y desde la que se combaten, utilizando en muchos casos el humor, todas las mentiras rusas, desde los montajes fotográficos a que los ucranianos se bombardean a sí mismos.
Es decir, que es una herramienta para combatir la propaganda rusa.
Sí, porque esa propaganda ha llegado a todas partes y es también muy responsable del enorme desconocimiento de lo que es Ucrania. Gracias a iniciativas como NAFO estamos contando la verdadera historia de lo que es Ucrania y lo que está haciendo Rusia.
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