16/09/2024 20:19

La parte más intensa de las vacaciones ha terminado. Muchos de los que las hemos disfrutado hemos utilizado nuestros vehículos para circular por las autovías. Posiblemente hayamos observado algo que en las autovías de peaje no suele ocurrir, pero sí en alguna autovía que no es de pago como por ejemplo en la A3 de Madrid a Valencia. Me refiero a la existencia de tramos de carriles con diferentes tipos de asfalto que dan lugar a que los neumáticos produzcan un ruido más intenso, y molesto, cuando se circula por el carril de la derecha que cuando se circula por el carril de la izquierda. No sé qué Ingenieros de Caminos, o qué proyectistas, o qué empresas habrán sido quienes hayan tenido esa ocurrencia. Tampoco es una práctica general en todas las autovías, sino que sólo se da por tramos, eso sí por tramos largos, de varios kilómetros.

Imagino que será una experiencia que, con la mejor de las intenciones, se está haciendo para ver si con ello se mejora la seguridad vial y, puestos a imaginar, creo que pretenderá que si el conductor, cuando está conduciendo por el carril izquierdo, se duerme y gira hacia el carril derecho, se dé cuenta de ello por el ruido que produce el asfalto del carril derecho y se despierte. Vale. Pero ¿ qué ocurrirá si se duerme cuando está en el carril derecho y gira hacia el izquierdo? Pasará de una situación ruidosa a otra más pacífica con lo que cabría que profundice en su sueño. Es decir, que ocurra algo parecido a cuando se comparte habitación con una persona ruidosa y que por un momento deja de roncar, lo que nos induce a dormir más mientras que si ocurriera lo contrario y roncara más fuerte nos despertaría.

Por otra parte, esa diferencia entre el carril ruidoso derecho y el carril silencioso izquierdo, puede inducir, e induce, al conductor que circula por el carril derecho a pasarse y mantenerse en el carril izquierdo para evitar tener que aguantar el molesto ruido que se produce al circular por el carril derecho. El problema está en que el carril izquierdo tiene como finalidad ser el carril que se debe usar para los adelantamientos, los cuales se ven obstaculizados cuando hay un vehículo más lento circulando por él. Por el contrario, si el carril ruidoso fuera el izquierdo habría una tendencia en los conductores, tras los adelantamientos, a pasar al carril derecho, lo cual es lo correcto. En suma, esto del carril ruidoso de la derecha me parece una ocurrencia no muy útil, que espero no se extienda a todos los kilómetros de autovías de España, sino que se corrija en el próximo futuro en los tramos en que se haya implantado.

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Pero ¿ qué tienen que ver la Izquierda y la Derecha con las autovías con tramos ruidosos? Seguramente habrá habido tramos ruidosos que se hayan construido por gobiernos de izquierda y también de derecha. Sin embargo, esta situación de ruido versus silencio ofrece un símil interesante sobre la imagen que la Izquierda y Derecha siguen teniendo aún en nuestra España. En efecto, ¿con quién se asocia más el Progreso? ¿y el Orden? ¿con la Izquierda o con la Derecha?

Es indiscutible que la Izquierda se pretende identificar más con el Progreso, con la justicia social, con la bondad, con el humanitarismo, con la preocupación con los pobres, etc. y que a la vez se acusa a la Derecha de imponer el Orden y de no preocuparse por crear una sociedad equilibrada y solidaria. Esa identificación descalificatoria para la derecha, el carril ruidoso, ha calado en mucha buena gente que vota a izquierdas y que si se les pregunta responden que lo hacen por las razones antes citadas, que extrapolan al presente y al pasado, tan marcado aún en España por la Guerra Civil, en la cual según la Memoria Histórica dixit, el Frente Popular fue un dechado de virtudes, libertades y buenas intenciones mientras que el Bando Nacional era la pura maldad del capitalismo despiadado, opresivo e injusto.

La realidad es que esa izquierda ignora, o quiere ignorar, adonde llevaron los “frentes populares” a los rumanos, búlgaros, polacos, húngaros, checos, alemanes, yugoslavos, letones, lituanos y estonios. Tampoco se quiere ver lo que sucedió con la España de Franco que, tras la trágica Guerra Civil, inició su paso en 1975 de la dictadura (¿o dictablanda?) a la democracia, cosa que no ocurrió con los países antes aludidos, los cuales, desde 1945, estuvieron bajo dictaduras totalitarias y que solo en 1989 pudieron abandonar el comunismo.

Y, por si fuera poco, hoy en 2024, esa izquierda sigue sin condenar a las dictaduras de Cuba, Nicaragua o Venezuela. De todo ello es en gran parte culpable Franco por no habernos enseñado, con datos precisos, qué era el comunismo y, en particular, la derecha española que sigue, aun hoy, sin condenar al marxismo como la ideología criminal que es, con lo que sigue sin desmontar la presunta superioridad moral e intelectual de la izquierda que no es capaz de condenar al marxismo, sino que lo tiene incluido en el Gobierno.

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Por ello, el símil con los carriles ruidosos derechos de las autovías resulta hoy apropiado. Nadie quiere circular por el carril Derecho que es ruidoso, todo el mundo prefiere circular por el Izquierdo que es silencioso, pacifico, progresista. Sin embargo, para que la circulación sea fluida hay que ponerse en el carril Derecho. Sin Orden el progreso es imposible. No pueden solucionarse los problemas sin respetar el Estado de Derecho. Sin embargo, al eliminar el delito de sedición, retocar el de malversación y aprovechar para poner a los delincuentes de los ERE en la calle, dar la Amnistía a quienes afirman que “lo tornaran a fer”, tolerar que no se respeten las fronteras, ocultar, disfrazar o no difundir datos sobre los delitos de violación y otros, confundir con el tema del género, etc. la política ha dado ejemplos de Desorden que impiden el auténtico progreso. No cabe ignorar que el Progreso implica la solidaridad entre los españoles, el apoyo a las regiones más desfavorecidas, la transparencia, fomentar la convivencia nacional, superar el guerracivilismo y dejar a los historiadores profundizar en ello. El Progreso verdadero es incompatible con la Mentira, con prometer una cosa y hacer la contraria, y todo ello para conseguir seis votos y seguir en el poder.

El Orden y el Progreso son las dos caras de una misma moneda, el orden sin progreso carece de sentido, pero el progreso sin orden es imposible. Por ello, cuando estéis en autovías con tramos ruidosos os invito a que tengáis presente que el futuro requiere la aportación de ideas de un lado y otro, pero que ninguna idea tiene valor si no es capaz de condenar la Mentira, esté donde esté. En una auténtica democracia, la Izquierda y la Derecha son carriles pacíficos que, en paralelo, dentro del Orden, dentro del Estado de Derecho, llevan a las naciones hacia el Progreso.

Enrique Miguel Sánchez Motos

Administrador Civil del Estado

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