18/12/2024 05:15
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Llenar la cesta de la compra cada vez cuesta más. Pagar el recibo de la luz vale una pequeña fortuna. Los precios están disparados. Y el fantasma de la recesión amenaza Europa.

Y en medio de este panorama estamos nosotros, los consumidores, que cada vez lo tenemos más difícil para llegar a fin de mes. Por eso, cualquier excusa es buena para ahorrar, sobre todo si queremos prepararnos para una posible recesión.

Con motivo del Día de la Educación Financiera, que se celebra este lunes, el comparador de productos financieros HelpMyCash.com ha elaborado una lista de trucos para gastar menos, ahorrar más, prepararse para una recesión y, en definitiva, para mejorar nuestra educación financiera.

Deja de comer fuera

En tiempos de crisis, hay que renunciar a ciertos placeres para ahorrar. Cambiar el menú diario en el bar de debajo de la oficina por una fiambrera es una forma sencilla de gastar menos. Y el ahorro puede ser considerable. Un menú diario puede costarnos unos 12 euros. Si trabajamos de lunes a viernes, podemos acabar gastándonos 240 euros al mes en comer fuera. A eso le podemos sumar el euro y pico que nos cuesta el café de media mañana y lo que nos gastamos los jueves por la tarde en cerveza en el after work. Todo suma o, mejor dicho, todo resta de la cuenta. Tampoco se trata de reducir el ocio y los placeres del día a día a cero, pero conviene ser conscientes de cuánto gastamos. Si, por ejemplo, en lugar de comer cinco días fuera, lo reducimos a tres, ya estaríamos ahorrando casi 100 euros.

Ordena tus gastos

Una lección básica de educación financiera es aprender a administrar las finanzas del día a día. Podemos empezar por hacer una lista de todos nuestros gastos, incluidos aquellos que pagamos de forma automática cada mes en nuestra cuenta (alquiler, recibos del hogar, suscripción a Netflix, etc.). ¿Gastamos demasiado? Es importante ver a dónde se va el dinero y preguntarse si todos los gastos son necesarios. “Todo aquello que sea superfluo y no necesitemos, podemos ahorrárnoslo. Gastar menos nos ayudará a ahorrar más”, explica Javier Mezcua del comparador HelpMyCash. Crear un presupuesto nos puede ayudar mucho y no hace falta ser doctor en economía para preparar uno.

Además, tenemos que evitar las compras compulsivas e innecesarias. Antes de comprar, preguntémonos si realmente lo necesitamos. Si solemos comprar online, podemos dejar la compra en el carrito unos días. Si al cabo de una semana sigue siendo necesario, podemos comprarlo. Así tendremos tiempo para pensar si realmente vale la pena gastarnos el dinero.

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No vayas al súper con hambre

Ir al supermercado con hambre no es una decisión inteligente. Lo más probable es que nos acabemos comiendo medio súper con los ojos y la cuenta se dispare. Conviene hacer una lista de la compra antes, evitar ir con el estómago vacío y ajustarse lo máximo posible al menú. Además, no está de más comparar supermercados. Un reciente estudio de la OCU señala que se puede ahorrar 994 euros de media si se cambia de supermercado. En cualquier caso, un capricho de vez en cuando no está de más.

Apaga las luces

No se trata de vivir a ciegas, pero algo tan fácil como aprovechar más la luz natural y apagar las luces siempre que no las necesitemos nos ayudará a rebajar la factura de la luz. “Lavar la ropa con agua fría, usar lámparas de bajo consumo, apagar el televisor en lugar de dejarlo en stand-by, poner la calefacción a 20 o 21 grados o algo tan simple como tapar la olla cuando cocinamos nos ayudará a ahorrar un buen puñado de euros cada año en los recibos”, explica Mezcua. Un ejercicio muy útil es echar un vistazo a las tarifas que ofrece la competencia. Quizá estemos pagando demasiado por la luz o el móvil mientras que los clientes de otra empresa pagan la mitad.

Ahorra para emergencias

La mejor arma para prepararse para una recesión es ahorrar. Conviene construir un fondo de emergencia que nos permita mantenernos si en algún momento nos quedamos sin ingresos o si sufrimos un imprevisto.

¿Y cuánto dinero debería tener? Desde HelpMyCash recomiendan ahorrar el dinero equivalente a los gastos fijos de seis meses. De esta manera, en caso de quedarse sin ingresos, el fondo nos permitiría subsistir durante un tiempo razonable mientras buscamos otro empleo.

Por ejemplo, una persona que cada mes gaste 1.000 euros en alquiler o hipoteca, transporte, alimentación y el pago de deudas debería tener ahorrados 6.000 euros.

Recupera tu vieja hucha

Si queremos ahorrar, una hucha puede sernos de ayuda. Pero en lugar de usar el cerdito de toda la vida, podemos abrir una hucha virtual en el banco. Son subcuentas que nos permiten separar el dinero del día a día para evitar gastarlo. Se pueden personalizar, ponerle nombre y una imagen, y fijar un objetivo para ver gráficamente si se está logrando. Eso sí, las huchas no suelen ser rentables, por lo que no permiten luchar contra la inflación. Pero, al menos, permiten separar el dinero para organizarse mejor.

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Un truco para ahorrar y evitar gastar de más es dividir la nómina. Podemos separarla en varias partes y, justo cuando entre en la cuenta, dividir el dinero en varias cuentas o huchas. Así seremos constantes.

Si ya tienes ahorros, multiplícalos

La inflación está provocando que los consumidores perdamos poder adquisitivo. Por eso, no conviene quedarse con los brazos cruzados viendo como la espiral inflacionista se come nuestra nómina y el dinero que tanto nos ha costado ahorrar. Hay que poner los ahorros a trabajar.

Ahora que la subida de tipos del Banco Central Europeo ha empujado al alza la rentabilidad de los productos de ahorro, los depósitos y las cuentas remuneradas son una opción más atractiva para los perfiles más conservadores. Los mejores depósitos permiten ganar más de un 2% TAE con el capital garantizado.

Aquellos que quieran ganar más pueden empezar a invertir. Una forma sencilla de dar el primer paso es apostar por un fondo de inversión indexado, por ejemplo, al S&P 500. Eso sí, no olvidemos que invertir siempre conlleva riesgos.

Rompe tus tarjetas de crédito

En realidad, no hace falta ser tan drásticos. Se pueden apagar y guardarlas en un cajón o, mejor aún, se pueden usar con responsabilidad (pagarlo todo a fin de mes sin intereses y usarlas para financiar gastos puntuales a corto plazo). Lo importante es no sobreendeudarse, sobre todo en tiempos de incertidumbre. “Y las tarjetas de crédito son sinónimo de deudas caras”, afirma Javier Mezcua de HelpMyCash. Cada vez que compremos algo a plazos con una tarjeta conviene preguntarse si vale tanto la pena como para pagar un 18% o un 19% más por ello.

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REDACCIÓN