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Nos hemos permitido poner un título engañoso y llamativo porque recoge el tópico políticamente correcto de las alianzas internacionales bendecidas por nuestros poco ejemplares gobernantes y, a la vez, la verdad de que Marruecos es nuestro enemigo más descarado. Lo explicaremos a continuación, no sin antes decir que tenemos otros “aliados” aún mucho más peligrosos, pero, supuestamente, menos descarados.

Y no olvidemos lo que dijo el Primer Ministro inglés Lord Palmerston a mediados del siglo XIX: (los ingleses) “no tenemos aliados eternos ni enemigos perpetuos, nuestros intereses son eternos y perpetuos, y nuestra obligación es vigilarlos”. En los años 50 John Foster Dulles, Secretario de Estado del Presidente Dwight Eisenhower, sentenció categóricamente que “Estados Unidos no tiene amigos, sólo tiene intereses”. El General Charles de Gaulle dijo algo parecido. 

 

El ambiente histórico-actual

Como gusta decir el General Fontenla, históricamente el Estrecho de Gibraltar se ha comportado como una válvula que comunica cámaras de presión enfrentadas Norte-Sur y Oriente-Occidente. El flujo de fuerzas humanas en expansión pasa en una dirección o en otra en función de que la mayor presión esté en la Península Ibérica o en el Magreb, y en Mediterráneo o en el Atlántico.

Desde unos mil años antes de Cristo, fenicios y cartagineses ocuparon amplias zonas entre Cartagena y Cádiz. En el año 69 d.C. el emperador Otón agregó la provincia Mauritania Tingitana, que tenía su capital en Tánger (Tingis), a la provincia Bética de la Hispania Ulterior y al convento jurídico de Cádiz, llamándola Hispania Transfretana. Con la decadencia del Imperio Romano, los Vándalos pasaron el Estrecho en el 429 y ocuparon también el Norte de África; tras la completa desaparición del poder romano (430), la Mauritania Tingitana siguió formando parte de Hispania visigoda hasta la invasión árabe. Entre medias hubo un periodo de ocupación por parte del Imperio Bizantino de ambas orillas del Estrecho, incluido Levante y Baleares (entre el 552 y el 615 Málaga fue la capital de la provincia bizantina Spania).

La invasión árabe del año 711 comenzó con el desembarco cerca de Tarifa, desde Ceuta y entre traiciones y divisiones internas (con importante colaboración judía, población en el punto de mira visigodo desde antiguo por su comportamiento subversivo y antisocial), sin necesidad de batalla naval y ocupando el Peñón de Gibraltar como cabeza de desembarco segura. La Julia Calpe hispano-romanase se transformó entonces en Jebel Gebel)-al-Tarik (Gibraltar), en memoria del caudillo árabe Tarik, lugarteniente de Musa ben Nusayr.

El Estrecho contempló el trasiego de almorávides (monjes-soldados de grupos nómadas del Sáhara; 1086 – 1155), almohades (1155-1269) y benimerines (bereberes marroquíes los dos últimos; 1269-1340).

Isabel la Católica concedió al Peñón el título de “Noble y Más Leal Ciudad de Gibraltar, Llave de España”, y, en su testamento, mandó a sus descendientes en el trono que no cedieran nunca Gibraltar y no cesaran en la conquista del Norte de África. Desde siempre los reyes de Castilla, como herederos de la monarquía visigoda, reivindicaron, con razones históricas y jurídicas, la Mauritania Tingitana. En 1344, el papa Clemente VI reconoció estos derechos con ocasión de la disputa relativa a las Islas Canarias, por considerar que eran territorios anejos a aquella Mauritania. Incluso Portugal, el 18 de septiembre de 1509 (Tratado de Sintra), admitió los derechos de Castilla sobre la parte Norte del reino de Fez y Orán. A partir de entonces España contuvo la expansión hacia occidente de turcos y berberiscos.

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La presión Mediterráneo-Atlántico, junto con la Norte-Sur española, dominó el siglo XVI, el cual fue escenario de importantes combates para nuestras armas, tanto en Lepanto como en La Goleta, Gelbes, Orán, Peñón de Vélez, etc. A ello se unieron el apoyo turco-magrebí a las guerras de Las Alpujarras y a los piratas que asolaron nuestras costas mediterráneas.

El ataque desde el Atlántico se personificó en la ocupación inglesa de Tánger entre 1662 y 1684, y la conquista de Gibraltar en 1704 en nombre del Rey Carlos III (Guerra Civil entre borbones y “austrias”, o De Sucesión). Marruecos ha apoyado siempre a Inglaterra en la permanencia en Gibraltar, especialmente durante los distintos sitios efectuados por España.

Durante el siglo XIX Inglaterra impuso que el “Protectorado de Marruecos” fuera fundamentalmente encomendado a Marruecos, con una mínima parte, la más pobre y dura, concesión a España, pero decretando Tánger como enclave internacional y prohibiendo el artillado de las costas. Esta prohibición, para mayor escarnio, la impuso también a España respecto a la Bahía de Gibraltar y alrededores.

Las Guerras de Marruecos de aquel siglo y el siguiente marcaron varias generaciones españolas. Es de destacar que la que lideró Abd el-Krim contó con el apoyo apenas encubierto inglés, así como el francés en los primeros años.

La 2ª Guerra Mundial se decidió en Gibraltar, al impedir España su conquista por Alemania, como reconocieron tanto Wiston Churchil como Hitler y sus generales Keitel y Jold. A la vez, la potencia militar española en las dos orillas del Estrecho y la posibilidad real de cerrarlo, así como el heroicamente eficaz comportamiento en combate de la División Azul, garantizaron nuestra independencia.

La independencia de la zona francesa del protectorado precipitó la de la nuestra, al no haber actuado Francia lealmente. Aquella acción unilateral dio pie a que en el año 1958 parte del Ejército Español aún no se hubiera retirado de Marruecos e incluso realizara allí misiones de instrucción del naciente Ejército Marroquí.

Mientras, en Ifni y Sáhara bandas armadas marroquíes “incontroladas” (oficiosamente: Bandas Armadas de Liberación, BAL) atacaran en fuerza a nuestras fuerzas con armamento y equipo norteamericano, supuestamente “sustraído” de bases yanquis, ¡así como con el que habíamos dotado nosotros a su ejército”. En realidad, las BAL dependían directamente del príncipe heredero Hassan. Estados Unidos nos prohibió usar el armamento de “Ayuda Americana” y Francia, como ocurrió cuando Abd el-Krim les puso contra las cuerdas, finalmente terminó por colaborar con nosotros cuando las BAL les crearon problemas en Argelia y Mauritania. La torticera postura norteamericana determinó que se crearan las provincias de Ifni y Sáhara.

 Perejil

La presión de la ONU, léase principalmente de los aliados sajones, incluido el de Gibraltar por motivos obvios (nuestras triunfantes reivindicaciones en la ONU), forzó a España a “retrotraer” Ifni y la Parte Sur de nuestro protectorado en Marruecos (del Sur del Draá hasta el paralelo 27º40’: -Villa Bens – Cabo Jubi-). Pero, así como en 1957 se impuso la fuerza y la decisión española, dieciocho años después, en 1975, la agonía de Franco y la debilidad y podredumbre de las instituciones de la época, unido, evidentemente, a una connivencia de intereses entre el reino alauita y los Estados Unidos, hicieron que la situación fuera totalmente distinta y los intereses nacionales se vieran traicionados. Un proyecto estratégico secreto de la CIA, gestado en Londres y financiado por Arabia Saudí, para arrebatarnos el Sáhara, cuyos 270.000 Km2 eran vitales desde el punto geoestratégico, además de ser muy ricos en pesca, fosfatos, uranio, hierro, petróleo y gas, por no hablar de los miles de nativos con DNI español. El 17 de octubre de 1975 Franco presidió, monitorizado y bajo vigilancia médica, su último Consejo de Ministros; durante el mismo Franco dijo: «…declararemos la Guerra a Marruecos aunque dure 10 años», pero, a continuación sufrió un infarto de miocardio y Arias, jefe del Gobierno incluso desde antes del Magnicidio de Carrero Blanco, hizo caso omiso a la orden del Jefe del Estado, sin duda plegándose a las de. Príncipe, quien le confirmaría en el cargo. La soberanía y el honor eran términos del pasado. Wikileaks (ver Aquí y Aquí) y la CIA han proporcionado las pruebas de la claramente calificable actuación del Príncipe Juan Carlos (traición). La inestabilidad de Marruecos, tras dos atentados militares contra Hassan II, y la enemiga tradicional sajona a España (“cuando España es fuerte es peligrosa”, Kissinger dixit), forzaron la legalidad internacional (resoluciones ONU) y nacional, olvidando derechos y obligaciones… y nos generaron el peligrosísimo problema actual.

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El último incidente en fuerza fue la ocupación de la Isla de Perejil por un pelotón de infantes de marina marroquíes en julio de 2002. 

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Mientras, y hasta hoy en día, se han sucedido las agresiones apenas encubiertas contra nuestros derechos pesqueros, con la inundación de nuestros territorios con droga e inmigrantes, con anexión del “territorio pendiente de descolonización del Sáhara”, del que España sigue siendo la potencia administradora ante la ONU, de nuestras aguas de interés económico y lo que supone en pesca, petróleo, “tierras raras” (telurio, etc) y soberanía, la anexión de la zona neutral de Ceuta y Melilla, y la asfixia económica de ambas plazas, y tantísimas cosas más, entre las que los comparsas marroquíes del 11M solo son la punta del iceberg.

 

 

(Telurio en Monte Topic

Autor

REDACCIÓN