21/11/2024 19:53
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Me siento  ligado a esa hermosísima basílica  de la calle  Goya de Madrid, por momentos felices y tristes.

No hay cosa más triste que decir adiós, — hasta la eternidad–,  a un hijo de 37 años ( –dentro de  setenta días se cumplirán los veintidós).  Vivía, cerca de la  basílica y allí celebramos la misa corpere insepulto. Ese recuerdo es imborrable. Su madre y yo lo tenemos siempre en mente.

También los momentos felices de Fuerza Nueva, cuya sede la teníamos frente a la basílica en la calle Núñez de Balboa. En un triángulo rectangular,  teníamos la Sede, la Parroquia y el Bar California 47. Ésta cafetería  era el “centro oficioso” de cita y reunión de los afiliados y que fue víctima de un sangriento atentado pero tan mal preparado que no consiguieron matar a ninguno de los nuestros, pues nos reuníamos en la barra de entrada y colocaron los explosivos en los servicios, en el sótano y al fondo. Por supuesto, las primeas noticias nos atribuyeron el atentado a los de Fuerza Nueva… (¡Como siempre!) aunque iban por nosotros. (Como cuando estábamos reunidos en el Palacio Ferial de Barcelona y “estábamos ocupando el Banco Central” de la Plaza Cataluña….

Deseo hablar de la Basílica por detalles que nadie ha comentado pero siguen a la vista…

Cuando el clero español (como siempre más papista que el papa)  puso en marcha la revolución  litúrgica” según la cual la santa misa se celebraría,  no de cara a Dios y Oriente, —como se hizo durante siglos– sino de cara al pueblo y “de espaldas al Sagrario –preparando la sustitución de Dios por el hombre que,  hoy,  es el centro de todas las cosas—se apresuró a destruir los antiguos altares y a sustituirlos por otros para que el sacerdote pudiera celebrar con los fieles frente a él. El resto de las naciones, fueron con calma   sin tocas los antiguos. Pues bien, la basílica de la Purísima fue una excepción. Todavía hoy podemos ver el antiguo altar mayor, con manteles y todo,  en su lugar de siempre. Pusieron  otro unos metros separados del anterior, donde hoy celebran el santo sacrificio. Probablemente tenían al frente un párroco nada progresista que hizo lo correcto o,  quizás,  la razón de no tocar el  antiguo se debió a alguna ley que protegía el templo e impedía reformas de esa índole y no dejaba tocar el altar antiguo. ¡NO lo sé!

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Lo que sí es cierto que me alegra ver la basílica como está y como testimonio de que la Iglesia celebraba de otro modo hace medio siglo.

En Gavá por ejemplo les faltó tiempo para  destruir el viejo altar y construir uno nuevo. Su progresismo les llevó a “serrar” los reclinatorios de los bancos y quemarlos para que no nos podamos arrodillar en la Iglesia… Claro que eso no lo conseguirán porque si no hay reclinatorios nos arrodillamos en el suelo, (más frío y duro). Mayor sacrificio y mérito.

Como dicen en mi pueblo: ¡Que perra les ha cogido con “¡no postrarse ante Dios!”,   Creador del Universo y con rezar siempre de pie como los pingüinos,  con la nariz mirando al cielo.

Me encanta oír misa por la Trece,  trasmitida desde la basílica ya que no me es posible ir a la iglesia si no es coche y no siempre pueden estar para mí. Por suerte todos los celebrantes lo hacen con  mucho respeto y  devoción, ajustándose a los nuevo ritos (que aunque no sean de mi gusto, son ritos aprobados por la Iglesia y no hay más que acatarlos)  esperando que algún día  quienes luchan por conseguirlo, consigan volver a los tradicionales, sin punto de comparación con los actuales ( La diferencia es tal que un amigo,  decía: es como “comer o ver comer”).

Están empeñados en hacernos creer que lo bueno es lo “nuevo” pero ocurre algo parecido al éxito  logrado por querer presentarnos –a  quienes lo vivimos– a Franco como un tirano y asesino. O el de quienes siguen esperando ver a Cataluña independiente: El globo se ha desinflado tanto que ya no lo creen ni los más  fanáticos separatistas.

Al hablar de la a Basílica se me ha despertado el deseo de hablar de los años iniciales de Fuerza Nueva en Cataluña…( y de paso en Madrid). Me animaré a tocar el tema, pues quedamos pocos de los primeros “motores” de ese Movimiento y no me queda mucho tiempo, dada mi edad.

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Testimonios como el que puedo presentar interesaran para la verdadera Historia de lo ocurrido a finales de los años sesenta y en los setenta. Cosas que no se saben o que han sido más contadas. Y,  sobre todo,  creo que valdría la ´pena analizar por qué Fuerza Nueva fue derrotada;  aunque,  esto último,  no sé si me decidiré a hacerlo porque pudiera ser mal interpretado si digo lo que a mi entender motivó ese desastre para España, pues de haber impedido su desaparición, estoy seguro de que hoy podría ser la dueña de los destinos de España… pero no todos lo vieron como lo presentía yo y el resultado es el que tenemos, cuando de no haberme quitado de en medio los enemigos de Blas ( que parecían sus amigos)  otro gallo nos cantara. O al menos,  eso pienso yo.

Veremos cómo ando de ánimos en el momento oportuno (y de argumentos para decirme a hacerlo). Eso sí, explicaré los comienzos de Fuerza Nueva en Cataluña y en vista del éxito en aquellas tierras, Blas decidió que hiciese lo mismo en toda España y me llamó a Madrid como Primer Secretario Nacional del Movimiento, (“no del Partido” que tardaría al menos  seis años en nacer, como uno más de la “Democracia partitocrática”). “Partido político” en el que “como ‘agnóstico en Democracia’…” , no me inscribí de entrada y cuando me convencieron que debía hacerlo no me respondieron, y, en consecuencia,  no me hicieron carné….

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