05/10/2024 03:31
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Existe un dicho francés que dice: «C’est plus facile de se priver de quelque chose que l’on aime, que de suporter quelque chose que l’on aime pas» que en una traducción libre y personal podría ser lo siguiente: «es más fácil privarse de algo que se quiere, que soportar algo que se desprecia». 
 
Traigo a colación esta cita por la grima que me da adquirir productos de determinadas procedencias de España cuyos mandamases son unos supremacistas desorejados. Porque a la hora de efectuar la compra prefiero apretarme el cinturón en algunos productos para disponer de la libertad de comprar otros, aunque su precio, en algunos casos, pueda ser ligeramente superior a esos «otros» cuyas procedencias detesto. 
 
El margen individual de este tipo de decisiones de compra es más bien limitado,  pero aún así lo considero necesario y hasta cierto punto edificante. 
 
Sin embargo existen otros suministros, o proveedores, cautivos en los que no puedes escaparte de «morir al palo». Por ejemplo el suministro energético esta monopolizado por vascos y catalanes (Iberdrola, Endesa y Naturgy), todas con un componente de trapacerías y contubernios con los gobiernos de turno notables, y especialmente sangrante en el caso de Endesa donde ese apéndice viscoso y putrefacto de Satanás que es Zapatones cometió una traición corrupta por la que no pagará en esta vida, pero que confío lo haga cuando su maestro lo cite en el averno. 
 
Da igual que las centrales estén en Aragon, Extremadura o Galicia la «pasta gansa» se la llevan los de siempre,  esos que se autovictimizan continuamente pero que, a la hora de la verdad, son los eternos privilegiados.
 
En cualquier caso, opino que esos pequeños gestos domésticos e individuales, aunque modestos, sí tienen repercusión en las empresas beneficiadas por este tipo de decisiones de compra. Y esa mínima influencia sí debe de ser relevante a tenor de las súbitas rectificaciones realizadas por estos supremacistas inoculados en puestos de relevancia de las empresas cuando manifiestan públicamente sus podridas proclamas. 
 
Algo parecido ocurre con la compra de productos Hechos en España. Hoy la oferta de productos de importación es brutal pero considero indispensable crear conciencias de compra críticas que prioricen los productos de aquí a los importados. El razonamiento es sumamente sencillo favorecemos con esa decisión de compra la creación y mantenimiento de puestos de trabajo que directa, e indirectamente, nos beneficia a todos. 
 
En esta cuestión existe una responsabilidad empresarial clara que ha optado en muchos casos por externalizar su actividad llevándola a países con salarios bajisimos para luego vender sus productos en España,…  eso sí al precio de siempre como si los hiciesen con mano de obra local. Esta estrategia les permite incrementar enormemente sus beneficios empresariales pero al tejido productivo del país y al empleo los esguaza. 
 
En fin,  tal vez mis posicionamientos no sirvan de gran cosa, pero a mi me hacen sentirme más conforme conmigo mismo, y siempre servirá de algo más que no hacer nada al respecto. 
 
En lo que respecta al empleo mi sencillo posicionamiento no aliviará el gravisimo problema que tiene España en esta materia, pero lo que este malgobierno compuesto por inútiles fanatizados está haciendo tampoco (y lo suyo si que es gravisimo), ya que por priorizar su estúpida agenda globalista, con medidas absolutamente erróneas y malintencionadas, nos están abocando a una situación trágica. 
 
Tal como está la cosa, la cuota española (miembros y «miembras» del malgobierno actual y de muchos de sus antedecesores de esta democracia fallida y corrupta) va a crear over-booking en el infierno. 
 
P.D.: Por si algún estadounidense lee esta Carta: Vote for TRUMP (Vote a TRUMP si es hispanohablante)

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REDACCIÓN
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