20/09/2024 05:13
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Son pesos pesados del soberanismo identitario europeo. Tres campeones en su categoría que han dado un paso adelante y no dejan a nadie indiferente. La apuesta es alta pero el premio lo es mucho más aún. Desde Budapest está naciendo una alianza para un “nuevo renacimiento soberanista”, tal como la bautizó este Jueves Santo Matteo Salvini. El líder italiano de Lega firmó un acuerdo con el presidente húngaro Viktor Orbán y el primer ministro polaco Mateusz Morawiecki con el objetivo de contrarrestar en el Parlamento Europeo al eje globalista entre populares y socialistas, y la creación de una Europa de los pueblos y las naciones.

Los llamados en algún momento euroescépticos o antieuropeos, ahora apuestan por dar batalla desde adentro de las instituciones europeas con un plan político para perfilar una “nueva derecha” identitaria. Su prioridad es la lucha sin cuartel contra la inmigración ilegal y la invasión islámica, la protección de la familia tradicional, la cultura europea, y la defensa de los pequeños empresarios.

Resulta significativa la puesta en escena de la reunión tripartita en Hungría que no tuvo nada que envidiar al de un histórico encuentro entre Jefes de Estado. Viktor Orbán manifestó que hay plena coincidencia con el secretario de la Lega en la necesidad de allanar el camino para unir a quienes en Europa no se reconocen en la izquierda, y puntualizó: “Estamos agradecidos a Matteo Salvini por lo que ha hecho en la lucha contra la inmigración ilegal. Es un punto de referencia para nosotros”.

Un nuevo eje soberanista e identitario europeo puede llegar a ser un revulsivo y una esperanza para los pueblos. Queda todavía mucho camino por recorrer avanzando en el diálogo, en la discusión y los acuerdos. Marine Le Pen, Giorgia Meloni, Santiago Abascal, Jörg Meuthen, André Ventura y demás líderes de partidos patrióticos, hoy agrupados en diferentes grupos parlamentarios, deberán posicionarse y decidir avanzar en la consolidación de un proyecto alternativo o no.

En Italia, la jugada de Lega ha sido acogida con frialdad por parte de Giorgia Meloni, líder de los Conservadores Europeos (ERC). Desde Fratelli d’Italia han comentado que: “El diálogo entre fuerzas críticas con la corriente principal de Bruselas es siempre un factor positivo. Se trata del trabajo diario que realiza el grupo ECR, cuya continuidad, obviamente, no se ha puesto en duda en la reunión de hoy”. El grupo conservador daba por hecho quedarse con una figura tan emblemática como el Primer Ministro húngaro, líder de Fidesz y símbolo de la lucha soberanista antiglobalista, y sin embargo no ha sido así. Orbán apunta más allá, rompiendo los límites de los grupos políticos y buscando la unión de las familias patrióticas europeas.

La reunión en Budapest tampoco ha caído bien en la izquierda italiana, ya que ha despertado el malestar publico tanto en Enrico Letta, Secretario general del Partido Democrático, como en Andrea Orlando, Ministro de Trabajo y Políticas Sociales, o la diputada Lia Quartapelle. Para ella “Hungría y Polonia en los últimos años siempre han cerrado la puerta a lo que más interesa a Italia: desde el chantaje sobre el Fondo de Recuperación hasta la falta de redistribución de los inmigrantes. ¿Qué hará Salvini cuando Orbán y Morawiecki en Europa se opongan a las propuestas del gobierno de Draghi?”. Salvini escuece en Italia, pero en Europa suma reconocimientos. El balón ahora está en el tejado de sus aliados internos y apoyos externos.

El sueño de una Europa de los pueblos, libre y soberana capitaneada por sus mejores hijos es posible. El renacimiento y la resurrección nunca ha sido más oportuno que en estos días. Una nueva Unión Europea fuerte y orgullosa de su legado cultural milenario es el desafío que sus naciones tienen por delante. Ojalá no se pierda la oportunidad de comenzar a recorrer ese camino de restauración.

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José Papparelli