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Vuelvo a incidir en este tema porque tal y como van las cosas puede venir una crisis de caballo para la paupérrima economía española. He comentado hace ya varios años el tema en mi libro Contra la despoblación (Europa en la encrucijada) cuando las cosas empezaban a asustar. También he escrito otro artículo aquí cuando la cosa se ponía ya preocupante, pero al nivel que hemos llegado y sus funestas consecuencias exigen otro artículo ante la inmediatez de la catástrofe.
El caso es que con eso de ser los más guays y los más buenos y los más ecologistas del mundo mundial, hemos abandonado la producción de energía barata y limpia, ( y segura también) y nos hemos puesto en manos de esos desarrapados que no saben hacer la o ni con un canuto y que están dispuestos a devolvernos a la edad de las cavernas. Como era de esperar nos han traído la ruina y somos hiperdependientes del suministro extranjero. Pero lo peor no es eso, lo peor es que nuestras empresas no pueden competir debido a los altos gastos que suponen el pago de las energías y se ven abocadas al desastre.
Mientras, los políticos de las puertas giratorias se siguen enriqueciendo sin importarles la ruina que se nos viene encima. Señores, estamos ya a un paso del desbarajuste total.Ni las familias ni las empresas pueden soportar más tanto robo, tanto latrocinio y tanta ineptitud.
Es pues hora de que pensemos de una puñetera vez en darle el gobierno de nuestra nación a gentes preparadas y mandar a los guarros a la ducha. Nos va la vida y el escaso bienestar que nos queda en ello. Y si no es por las buenas tendrá que ser por las malas. La situación no admite más esperas y si el personal no entra en razón algo habrá que hacer.
Es imposible que con la actual coyuntura energética que padecemos que las empresas sigan adelante. El ínclito González y el soberbio Aznar hicieron desaparecer nuestra industria. ( Y estos son los presidentes buenos según el ABC y resto de prensa del régimen). Salvemos lo poco que nos queda como base de una futura resurrección del país. Si no, nos vemos abocados al tercermundismo para los restos. No puede ser que andemos dependiendo de la llegada de turistas y de las limosnas europeas.
Por todo esto que digo vuelvo a pedir desde este lugar la nacionalización de las industrias energéticas y poner de una vez coto a tanto desmán y a tanta incompetencia. Esta claro que nuestras familias y empresas cada vez destinan más recursos para pagar tamaño desvarío. Demosles de una vez energías baratas, para que los costes no se disparen y las familias puedan vivir y gastar y las empresas competir.
Si no, vamos a la ruina y a la hiperinflación a pasos de caballo desbocado. Esto es así. No hace falta ser un Nobel de economía para darse cuenta de ello. Basta con tener una simple hoja de contabilidad donde llevar los gastos y los ingresos de una familia o de un negocio. El pollo asado que compro todos los Jueves en el mercado de Benavente ha subido de golpe un euro. El vendedor nos explica que si no no puede hacer frente a la factura de la luz. Y así todo.
Un gobierno minimamente competente ha de volver inmediatamente a la energía nuclear. A abrir centrales a troche y moche como hacen nuestros «malos» vecinos europeos. Y han de buscar petróleo en nuestras ocupadas aguas. Y perseguir de una vez una verdadera hermandad con nuestros hermanos hispanoamericanos para solucionar juntos este tipo de problemas. Por aquí pasa la solución a nuestra pobreza energética. Es necesario un nuevo imperio hispano para que todos los paiseschermanos prosperemos juntos de una vez.
No es que me esté dejando llevar por ensoñaciones. Es la realidad. Los países hispanos juntos podríamos acometer grandes empresas juntos, de tipo económico, y expulsar al comunismo de aquellas tierras de una vez. Ellos son ricos en materias primas y nosotros en conocimientos. Sería la solución para nosotros y para ellos.
Mañana voy a sembrar el cereal. Ustedes creen que lo que me den por el trigo bastará para pagar el gasóleo que gasto con el tractor? Claro que no.Ustedes lo saben bien. Por eso sueño que una revolución Nacional sindicalista triunfe no solo en España, sino por toda Iberoamérica y que un día petroleo barato americano suministre nuestras necesidades.
Es la hora de proyectos ambiciosos. Es la hora de abandonar la mediocridad. Dejar a los guarros que se expulguen y que gente con capacidad y ambición nos dirija. Ya basta de prestar los oídos a los demagogos. Que un proyecto regenerador tome las riendas de España e Iberoamérica y que nos convirtamos en una fuerza a tener en cuenta.
Por que lo que tenemos es eso. Latrocinios y ruina. Y la’cosa va a peor. Por ello este llamamiento a la revolución Nacional sindicalista ya habitual en mi. Para soñar a lo grande.
Desde mi agostado terruño, en este día de todos los Santos, les conminó una vez más a acabar esta etapa de mediocridad y a alzar el vuelo como las águilas. Es la hora de los hombres con energía y sueños. No la dejemos pasar.
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