22/11/2024 06:46
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Sufriendo, como todos nuestros buenos compatriotas, el dolor por la pérdida de España que constatamos, y más aún que otros por profundizar en las circunstancias nacionales e internacionales, acusamos esas heridas, que nos han neutralizado en parte, encerrándonos en el estudio y análisis, pero no nos desaniman.

“Estamos (tan mal) como Venezuela”, al menos, desde la profanación del Valle de los Caídos y la tumba de Franco, pero la explotación de la Plandemia (no es una epidemia por mucho que la denomine así la OMS) desde marzo, y el consecuente estado de excepción apenas disimulado, ha superado todos los precedentes.

Pero hay que recordar que el inmediato punto de no retorno fue el golpe de estado del 11-M de 2004, seguido por los del 1-O de 2017, y posterior proclamación de la República de Cataluña, la moción-huida de Rajoy el 1 de junio de 2018, y los escandalosos pucherazos electorales siguientes, concretados en los algoritmos de 28 de abril y 10 de noviembre de 2019, así como en los inexistentes escrutinios de las juntas electorales, solo denunciados por una minoría y un pequeñísimo partido político (no lo acertarán, no fue VOX).

En cualquier caso, de todas las agresiones a nuestro ánimo, la mayor, la más dolorosa, es la comprobación de que la mayoría de nuestros compatriotas, especialmente los que teóricamente deberían estar más formados y ser más ejemplares en sus actuaciones, son meros espectadores o comparsas del enemigo interior y exterior que nos devora, cuando no colaboradores. Estamos hablando no solo de las clases media y baja, sino de políticos de idearios supuestamente patrióticos y tradicionales (PP. y C’s.), y de una mayoría de miembros de la judicatura, de obispos, médicos, policías, guardias civiles, y militares (por supuesto); incluso de parte de los pocos medios de comunicación, también supuestamente de líneas editoriales tradicionalistas y patrióticos, que asumen las tesis mundialistas y frentepopulistas, empezando por sus ideas fuerza y el neolenguaje, entrando en su juego de cifras y tópicos, y terminando por dar micrófono y altavoz a los mencionados colaboradores-cómplices de nuestros verdugos. Esa estulticia o idocia colectiva nos produce los mayores efectos desmoralizadores.

       Sentado lo anterior, con lo que supone de mea culpa por la falta de comunicaciones y trabajos públicos, pasaremos a esbozar, sintetizadamente, la situación actual.

      

       Va de Trileros

La RAE denomina Trilero al tahúr que dirige el juego del Trile, también llamado Mosqueta o ¿Dónde está la Bolita?, un juego normalmente asociado a la estafa, que utiliza tres cartas o tres cubiletes y una bola. Lo traemos a colación porque a la opinión pública mundial se la somete a una estafa semejante. Adormecida y desbordada por un aluvión de noticias e informaciones, generalmente medias verdades o mentiras sin paliativos, se la hace perder el enfoque y apostar por lo que burdamente le proponen los timadores, políticos y medios de comunicación social, manejados por ese poder invisible al que se pone faz de “plutocracia internacional”, el cual impulsa lo que hoy se denomina Nuevo Orden Mundial y nuestros abuelos llamaban sociedades secretas.

Pues, en eso estamos.

Ante nuestros ojos, fijos en el espejuelo de la supuesta pandemia, “la bolita” apenas escondida ha destrozado, impunemente, la Moral Natural, la Religión, el Derecho y las Libertades, el Estado-Nación, el Ordenamiento Político, la Industria, el Comercio y el Turismo, la Seguridad, la Salud Pública, y tantas otras trascendentales cosas. Y para una grandísima mayoría eso no solo no ha ocurrido, sino que incluso aplauden entusiásticamente a los truhanes asesinos y delatan, acusan y persiguen a los pocos conscientes del engaño, la traición y la agresión.

 

La Moral Natural, la Religión

Permítasenos que empecemos por lo principal del hombre como especie, su alma (no se rían, o “háganselo mirar”).

Para muchos de nosotros fue dolorosamente esclarecedor que el Obispo de Roma, tras el llamativo y antinatural salto de la enfermedad Covid-19 de China-Irán a Italia, prácticamente cerrara de forma inmediata los templos, con la consecuente no administración de los sacramentos de la comunión, confesión, bautismo y extremaunción, y el añadido de la supresión de la Semana Santa y Pascua. Todo ello fervorosamente obedecido por el clero en su casi totalidad, incluso empequeñeciendo las restricciones de las autoridades civiles.

Por supuesto, su connivencia en la profanación del Valle de los Caídos hace un año y, ahora, el rápido anuncio de que prácticamente no oficiará la Misa de Navidad, publicado apenas unos días después de haber celebrado una ceremonia ecuménica en presencia de fieles y autoridades civiles, todos enmascarados, nos sirve de constatación de que el mundialismo impera en el Vaticano.

Por el momento, Francia ha prohibido las Misas y en la antaño muy católica Irlanda irán a la cárcel los sacerdotes que las oficien.

Aventuramos que prácticamente no va a haber culto y celebración de fiestas católicas en los seis meses “mágicos” que propicia Pedro Sánchez (Todos los Santos, Difuntos, Navidad e incluso, de nuevo, Cuaresma y Pascua). También podemos dar por desaparecida la Adoración Nocturna al Santísimo Sacramento y la Permanente, total, “beaterías” sin trascendencia.

Desde luego, estamos en los prolegómenos de la “supresión del Sacrificio Perpetuo” que se anuncia en los libros sagrados (Daniel 9:27, Mateo 24:15, Marcos 13:14). Con lo que ese momento apocalíptico acarreará.

 

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El Derecho y las Libertades fundamentales

Si el amable lector sigue aún con nosotros, desgranaremos ahora otros puntos que nos afectan.

Como ya dijimos en abril, el RDL 10/2020 impuso más restricciones a la libertad de movimientos, y otros derechos fundamentales, que los permitidos por la Constitución en el estado de alarma. A aquellas clamorosas ilegalidades han seguido este verano otras, en ocasiones constatadas por unos pocos jueces valerosos, a los cuales ha ninguneado el Gobierno. El penúltimo episodio ha sido la imposición a la Comunidad de Madrid del Estado de Alarma, hace casi un mes, pasando por encima del Tribunal Superior de Justicia de la Comunidad.

Ahora, en este nuevo y recalcitrante desafuero, el Ejecutivo ha vuelto a quebrar la Constitución y el estado de derecho con ese “Toque de Queda”, extraño a nuestro ordenamiento, que cercena las libertades de movimientos y reunión. Con el agravante de que se impone por seis meses, cuando según el Artº 116 de la Constitución su duración máxima es de 15 días, prorrogables mediante aprobación del Congreso de los Diputados. Nada, fruslerías legalistas de los que no se les cae de la boca el estado de derecho y el respeto a la Justica.

Ni en estado de sitio o guerra podría hacer el Gobierno hacer lo que ha hecho, reiteradas veces, y como lo ha hecho y está haciendo.

 

Los mismos partidos liberal-progresistas, separatistas y comunistas que votaron NO a la moción de censura, días después se aprobaron un aumento de sueldo mientras la ruina, el paro y los suicidios crecen en España.

Si esto hacen con la Carta Magna y nuestros derechos fundamentales, con la tácita aprobación de la Justicia y la totalidad de los partidos políticos (excepto VOX), dejamos a su imaginación lo que nos van a seguir haciendo.

 

El Estado-Nación. Ordenamiento Político

Pero, además, desde este verano se ha plasmado en la práctica, el estado federal en España. No es que fuéramos el estado más descentralizado de nuestro entorno y, prácticamente, del mundo, es que hemos pasado a otra organización absolutamente distinta, a una asociación de vecinos mal avenidos de parte de la Piel de Toro (y que se vaya lavando Portugal), saltando de nuevo sobre la Constitución y la tan cacareada soberanía popular. Ni la Constitución, ni la Ley Orgánica 4/1981 de los estados de alarma, excepción y sitio, permiten que las restricciones de los derechos fundamentales se ejerzan por las Comunidades Autónomas, sino solo por el Gobierno Central. Hasta Felipe González ha dicho que «no entiende lo de los seis meses decretados por el Gobierno, ni tampoco que un estado de alarma se pueda “delegar” en las comunidades autónomas» (y Aquí).

 El “proceso constituyente” que nos avisaba el Ministro de Justicia se ha plasmado, por vía de hechos, en una nueva “Constitución” de un estado federal. O confederal ó simple asociación de estados independientes, que es lo que busca el Mundialismo desde hace muchos años: “la Europa de los Pueblos” tras la destrucción de los Estado-Nación.

Y, de rebote, el Gobierno prácticamente hurta el control parlamentario y traslada, en gran medida, el coste político de las destructivas medidas a las Comunidades Autónomas.

Un punto pocas veces considerado es que todas las ilegales disposiciones antedichas están firmadas por el rey. Un monarca que parece ajeno a la trascendencia de lo que rubrica y a las graves amenazas que planean sobre su reino, y que, por otra parte, es objeto de una descarada campaña de acoso y derribo por los que le ponen a la firma tamaños desafueros.

     

 

Uno de los mapas que plasman el impulso del NOM en relación con la Europa de los Pueblos

 

La Industria, el Comercio y el Turismo

Desde que en marzo el Gobierno ordenó el apagado de altos hornos y reactores químicos de las grandes industrias, para nosotros quedó claro que buscaba la destrucción de la economía. Tamaña aberración, acompañada de la clara obstaculización a la entrada del turismo, y similares ataques a otros sectores, acompañados de la autoprohibiciones vaticanas, nos demostró que más que a una epidemia manipulada por la OMS, China y casi todos los medios de comunicación, a lo que nos enfrentábamos era a un proceso revolucionario o de guerra subversiva a escala mundial.

Y tras un verano y otoño limitando cada vez más las actividades del gremio de la hostelería, la situación actual es de quiebra de muchísimos hoteles, restaurantes y bares. Cierre que con el incomprensible toque de queda, ¡por medio año!, y sin contar con un más que probable nuevo confinamiento domiciliario, supondrá la quiebra de más de la mitad de ellos. Al tiempo ponemos por testigo.

En el caso español, tras la suicida y traidora autodestrucción sectores primario y secundario impuesta “por la entrada en Europa”, nuestra economía depende del turismo en gran medida. Ese matar la gallina de los huevos de oro, mientras otros países lo protegían, Italia incluida a pesar de la incidencia de la epidemia, no deja campo para otro móvil que la instauración desde el poder de un proceso revolucionario-subversivo.

No hay otra explicación, otra cosa son las consecuencias que se derivan de ello.

Y nos tememos, porque hay economistas que así lo aventuran (y Aquí), que el PIB puede caer incluso varias decenas.

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La Seguridad y la Salud Pública

   

Dejada para el final la excusa de esta “puñetera locura” (Felipe González dixit), es decir, la plandemia, telegráficamente pasaremos revista a los elementos más determinantes.

Pruebas y diagnósticos. El eslabón clave de la cadena de locuras es la determinación de los afectados por el coronavirus SARS-CoV-2 ó coronavirus de Wuhan (2019-nCoV). Partamos de la base de que no se ha aislado el virus de forma completa e indubitable, pues así lo manifiestan algunos científicos y se constata al no haber sido patentado como ha ocurrido con otros (y Aquí). Sentado lo anterior, hay que recordar que tanto los test como las vacunas no son ni veraces ni eficaces en general.

Las pruebas PCR, que no miden la carga viral, están supeditadas a que se hayan seleccionado los “cebadores”, a la calidad de los reactivos y al número de amplificaciones del material genético. Sin el estudio cruzado con otros test, y con la sintomatología de la enfermedad, el resultado de esas pruebas genera un alto grado de falsos positivos (recordemos Tanzania y Dr. López-Mirones). En base a esos falsos o muy dudosos resultados, utilizados temerariamente, por no decir de forma terrorista, se está confinando a la gente y destruyendo sus vidas.

Además, la manipulación de los datos, sin ponerlos en su contexto de población y edad, cuando no falseándolos, es la base para las ilegales medidas de vulneración de libertades.

          

 

El 21 de octubre pasado se pudo comprobar la falta de coincidencia entre los datos difundidos por TVE y los publicados por el Instituto de Salud Carlos III (ISCIII).

 

Vacunas. En Argentina ya se ha aprobado, con subterfugios, la vacunación obligatoria contra la Covid; precisamente con la inglesa Astra-Oxford, que ha dado fallos mortales y es la misma que España ha comprado. En el resto del mundo está clara esta tendencia a imponerla.

No solo hay la amenaza de estas vacunas, que se investigan saltándose los plazos y protocolos obligados hasta la fecha, pende como espada de Damocles sobre todos nosotros. Entre otras está también la de la gripe (que varía cada año, aunque siempre por detrás de la mutación del virus), la cual ha sido acusada de producir graves efectos secundarios e incluso la muerte, así como de estar asociada a la propagación del Sars-Covid2 (y Aquí).

Mascarillas. La imposición en España este verano es otro hito que demuestra una intencionalidad perversa en quienes no la habían hecho obligatoria, ni siquiera para los colectivos de riesgo, durante marzo y abril. El daño que está causando a tantísima gente, singularmente a los niños mayores de seis años, es aterrador. Y mientras, quienes la imponen junto al toque de queda se saltan a la torera su uso y la restricción de movilidad y reunión, asistiendo a la multitudinaria fiesta de Pedro J. Ramírez, demostrando una vez más la inutilidad de ambas medidas y el nulo respeto a la legalidad, incluso la impuesta por ellos.

Se podría seguir pormenorizando más importantes extremos, pero terminemos. Aunque no sin antes dejar constancia de que muchos de los supuestamente fallecidos por la epidemia, no lo han sido por el virus SARS-CoV-2 (en todo caso no se han hecho ni se hacen autopsias), sino por la falta de atención médica generada artificialmente con la excusa de la Covid (enfermedad).

Un último apunte: nuestras fronteras siguen abiertas a tan peligrosa pandemia, no exigiéndose ningún control a los que, legal o ilegalmente, nos visitan o invaden. Y en relación a las “pateras”que han llevado a los hoteles de lujo de Canarias más de 10.000 “migrantes” en tan peligroso año (una prueba más de la no letalidad del Covid), nuestros satélites de vigilancia, Aviación y Armada, a pesar de sus poquísimos medios, podrían detectar la salida de las costas africanas de esas embarcaciones incluso antes de abandonar sus aguas territoriales; si no se hace es por el mismo motivo por el que se les aloja y paga a todo tren.

Y, hablando de seguridad, el mismo tradicional vecino y enemigo que nos inunda de inmigrantes y droga se está rearmando de una forma que hace muy posible que nos ataque dada nuestra extrema debilidad.

 

Concluimos: estamos ante una de las mayores crisis de España a lo largo de su milenaria historia, solo comparable a la invasión musulmana o napoleónica, con el agravante de estar concatenada con la mundial que impulsa también el NOM, y el venir también de la mano de las sociedades secretas aquí implantadas y que dominan el panorama público nacional.

O los españoles de bien reaccionamos con algo más que tribunales o podemos darnos por perdidos nosotros y España en menos de un lustro.

Autor

REDACCIÓN