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Considerando, que es del todo necesario informar a la opinión publica desconocedora por ignorancia unas veces, por desinterés otras y las más por “abducción” a través del mantra establecido y repetido hasta la extenuación “Golpe de Estado de 1936”; se hace necesario mostrar a luz pública, informaciones, datos, documentos etc., con la finalidad de que se conozca la verdad, sobre las causas y el desencadenante de la contienda española de 1936.
La “Causa Genera 1943 Ministerio de Justicia”, está al alcance de quien quiera leerla, escaneada, con las correspondientes imágenes y reseñas tipográficas, de números de documentos, acreditados todos ellos, tanto testifical como documentalmente.
Asi pues, a lo largo de estas entregas, con la inestimable ayuda y apoyo de El Correo De España, pretendo dispensar, retazos, fracciones, escritos, lugares, fechas, direcciones etc.; del mayor fondo documental existente aun a día de hoy que es la “Causa General de 1943, Ministerio De Justicia”; con el fin de facilitar una lectura más breve, progresiva y accesible; del que paso a reproducir su sexta parte de manera textual en cursiva:
“España ha dejado de ser católica”
(Palabras pronunciadas por Manuel Azaña en el año 1931); aquí empezó todo.
La Constitución de la Republica instaurada en España el 14 de abril de 1931, establecía el principio de libertad de conciencia, en su artículo 27, garantizando, el derecho de profesar y practicar libremente cualquier religión; pero el gobierno republicano, lejos de prestar aquella garantía, permite que las turbas, instigadas por poderes ocultos, celebren el cambio de régimen con agresiones a la religión católica traducida con asaltos a conventos, cuyos hechos comenzaron a realizarse, el 2 de mayo de 1931, siendo los primeros, que sufren las consecuencias de estos ataques, el Convento De las Maravillas, el de las Mercedes, el de los padres Carmelitas, de la Plaza de España, el de los Sagrados Corazones de la calle Tutor, todos ellos en Madrid y otros muchos en provincias.
El gobierno de la Republica en 1932, acogiéndose a la regla I de artículo, 26 de la Constitución, que autorizaba la disolución de las Órdenes religiosas, que por sus actividades constituyeran un peligro para la seguridad del estado, disuelve la compañía de Jesús y se incauta de sus bienes; la casa profesa de Isabel la Católica, la Iglesia de la calle de la Flor, el colegio de Areneros, y otros varios templos de la Compañía de Jesús, habían sido con anterioridad, arruinados por los incendios o asaltados por las turbas.
Celebradas las elecciones del 16 de febrero de 1936, y triunfante el Frente Popular, continua la labor destructora y en marzo siguiente es incendiada la parroquia de San Salvador, (documento numero I); en mayo es colocada una bomba por elementos desconocidos en la parroquia de San Miguel, y al estallar el artefacto, ocasiona, serios daños. El día 13 del mismo mes, perecen bajo la acción de las llamas, la Iglesia de San Luis, (a poca distancia del despacho oficial del Ministro de la Gobernación), de la cual apenas pudieron salvarse algunos vasos, sagrados, (documentos 2 y 3 de la) de l’a Iglesia de San Ignacio, y el 19 de junio después de saqueada la parroquia de San Andrés, la rociaron con gasolina prendiéndole fuego (documento numero 4). Estos hechos se realizan en presencia de la autoridad que observan con actitud de espectadores sin hacer nada por impedir la realización de tales delitos; registrándose al mismo tiempo, que en Madrid, numerosos desmanes análogos en diversas provincias, donde fueron incendiadas más de trescientas iglesias, cuyos hechos fueron todos denunciados por el Diputado D. José Calvo Sotelo en el parlamento poco antes de ser asesinado (documento numero 5).
A partir del 18 de julio de 1936, es cuando la “persecución religiosa”, El Genocidio rojo-, adquiere su máxima intensidad pues los grupos marxistas bien armados se lanzan contra los templos y monasterios dispuestos a exterminar a sacerdotes y religiosos, siendo los aspectos principales de aquella persecución, los siguientes:
Asaltos a Iglesias y Conventos.
En los primeros días que siguieron al 18 de julio de 1936, son invadidos por las turbas rojas, todos los templos, y conventos, tanto en Madrid como en su provincia, y resto de la zona marxista consistiendo por regla general, el procedimiento de invasión en el acordonamiento de los edificios y calles adyacentes a los mismos por nutridos grupos de forajidos, que penetran en los recintos sagrados haciendo fuego con sus armas, sacando detenidos a los sacerdotes, religiosos o religiosas, que encuentran. En otros casos, como justificación de sus desmanes; las milicias simulan haber sido agredidas por los religiosos, tal ocurrió en el Convento de Padres Agustinos de la calle de Valverde, que fue tacado a tiros después de haber sido arrojadas desde la calle al interior del edificio, capsulas disparadas de fusil, siendo acusados los moradores de hacer fuego sobre las milicias que penetraron violentamente en el convento llevándose detenidos a todos los Padres Agustinos, que allí había.
Detenciones y Asesinatos.
La consigna marxista de detener y asesinar a los Ministros de la religión católica fue cumplida con tal precisión que la primera semana siguiente al 18 de julio caen por Dios y por España multitud de religiosos y todos los sacerdotes que a la sazón regentaban parroquias o ejercían su ministerio y que no pudieron ocultarse; bastando la mera sospecha de tratarse de un sacerdote para llevar a efecto el crimen como en el caso del seglar D. Anselmo Pascual López, que fue hallado muerto en la carretera de El Pardo con varias heridas causadas por arma de fuego y un letrero sobre el cadáver que decía; “Muerto por ser cura”, siendo asi que se trataba de un señor de profesión comerciante de estado casado con doña Isidora, Morón Machín, quien denuncio este hecho a las Autoridades Nacionales, después de la liberación de Madrid añadiendo que su citado esposo era portador de unas dos mil cien pesetas , que le fueron robadas. Sucumben desde altas personalidades eclesiásticas hasta los más humildes sacerdotes.
Obispos:
El Excmo. Señor Obispo de Jaén, D. Manuel Basulto Jiménez, fue traído de aquella ciudad para ser asesinado en el lugar conocido como “El pozo del tío Raimundo” próximo al cerro de Santa Catalina, del termino de Vallecas (Madrid) en unión de su hermana y del Deán y Vicario General de aquella Diócesis, D. Félix Pérez Portela. Las expresadas víctimas juntamente con unos doscientos detenidos, de aquella provincia bajo pretexto de ser trasladados a la prisión de Alcalá de Henares fueron conducidos a un tren especial, que sobre las once de la noche del día 2 de agosto de 1936 salió de Jaén custodiado por fuerza armada, siendo en el trayecto constantemente vejados por las turbas que esperaban en las estaciones de paso y que los insultaban y apedreaban, llegando el convoy a Villaverde (Madrid) donde fue detenido por los marxistas que con gran insistencia pedían les fueran entregados los presos para asesinarlos.
El jefe de la fuerza que venía custodiando a los detenidos, hablo entonces por teléfono con el Ministro de la gobernación rojo, y el resultado de la conferencia fue retirar las fuerzas mencionadas dejando en poder de la chusma a los ocupantes del tren que fue desviado de su trayectoria a Madrid y llevado a una vía ramal de circunvalación hasta las inmediaciones del lugar ya llamado “Pozo del tío Raimundo”. Rápidamente empezaron los criminales a hacer bajar del tren, tandas de presos que eran colocados junto a un terraplén y frente a tres ametralladoras siendo asesinados; el Excmo. E Ilustrísimo Sr, Obispo y el Vicario General, D. Félix Portela. La hermana del Sr Obispo que era la única persona de sexo femenino llamada doña Teresa Basulto Jiménez, fue asesinada individualmente por una miliciana que se brindó a hacerlo, llamada Josefa Coso, “La Pecosa”, que disparo su pistola sobre la mencionada señora ocasionándole la muerte; continuando la matanza a mansalva del resto de los detenidos, siendo presenciado este espectáculo por unas dos mil personas que hacían ostensible su alegría con enorme vocerío. Estos asesinatos, que comenzaron en las primeras horas de la mañana, del 12 de agosto de 1936, fueron seguidos del despojo de los cadáveres de las víctimas, efectuado por la multitud y por las milicias, que se apoderaron de cuantos objetos tuvieran algún valor, cometiendo actos de profanación y escarnio, y llevando parte del producto de la rapiña al local del Comité de Sangre, de Vallecas cuyos dirigentes fueron, con otros los máximos responsables del crimen relatado.
El Excmo. Sr. Obispo de Lérida, Reverendo Padre Silvio Huix Miralpeix, nació en Vellors (Gerona), en 1877 y en 1927, fue nombrado Obispo de Ibiza, donde fundo diversas obras piadosas, y benéficas y creo un colegio para niñas siendo nombrado Obispo de Lérida en 1935.
A los pocos días de haber comenzado el Movimiento, el Prelado se presentó voluntariamente a un puesto de la Guardia Civil con el fin de obtener el amparo de las fuerzas de est instituto, y ser conducido a la cárcel como medio de evitar su seguro asesinato dada su condición sacerdotal y movido también por el deseo de evitar riesgos a las familias que hasta entonces le habían acogido.
Trasladado a la cárcel el día 5 de agosto de 1936, se presentó en la misma el Sargento de Asalto Venancio Crespo, a la cabeza de un grupo de milicianos y guardias de Asalto siendo portador de una orden de la Comisaria de Orden Publico o del Comité de Salud Pública para la conducción a Barcelona de del Obispo de Lérida y veintiún presos más; al llegar a las proximidades del cementerio, paro el camión, siendo fusilados los detenidos por un piquete de milicianos, que, al parecer, aguardaban en aquel lugar: como los demás palacios episcopales de España, el de Lérida había sido asaltado y saqueado desde el principio por los milicianos y turbas de extremistas.
El Excmo. Sr D Miquel Serra y Sucarrats, que contaba al morir sesenta y nueve años de edad; había nacido en Olot (Gerona), habiéndose posesionado de la Diócesis de Segorbe el día 25 de junio de 1936.
El día 22 de julio del mismo año, triunfante en la ciudad la subversión roja, el prelado se vio obligado a abandonar el Palacio Episcopal con su hermano y Mayordomo el Canónigo D Carlos y sus dos hermanas, doña María y doña Dolores, para refugiarse en una casa particular de una familia piadosa donde por elementos desconocidos, fueron detenidos el 27 del mismo mes el Obispo y su hermano y conducidos a la cárcel; ese mismo día, los milicianos y las turbas, asaltaron el palacio Episcopal y profanaron la Catedral, y demás templos de Segorbe, asi como algunas tumbas, robando objetos de culto e incendiando archivos. El Obispo y su hermano conservaron sus ropas talares en la cárcel, de cuya custodia se encargaron las milicias de la llamada “Guardia Roja”, de Segorbe, a las órdenes del Comité Revolucionario. A las tres de la madrugada del 9 de agosto de 1936, por la patrulla del partido “Izquierda Republicana”, intitulada “La Desesperada” fueron sacados de la cárcel, el Obispo y su hermano, asi como el Ilmo. Sr. Vicario General D Marcelino Blasco Palomar y los religiosos Fray Vicente Sauch de la orden Carmelita y Fray José María Juan Balaguer, y Fray Domingo García Ferrando, franciscanos y asesinados todos ellos, en la carreta de Algar siete km del pueblo del Vall Duxo ,al ser identificado el cadáver del obispo conservaba sus hábitos talares y llevaba al pecho sus medallas y relicarios.
El Excmo. E Ilustrísimo Sr Obispo de Teruel, Fray Anselmo Polanco y Fontecha, permaneció en la capital asediada por los rojos en la que no quiso interrumpir su sagrado ministerio, no obstante las advertencias de peligro que corría, fue hecho prisionero al caer la ciudad en poder de las milicias, marxistas en enero de 1938 ingresando en el penal de San Miguel De los Reyes de Valencia de donde fue trasladado a Barcelona el 17 de enero del mismo año 1938.
El 16 de enero de 1939, ante el avance de las tropas nacionales, fue trasladado varias veces de prisión dentro de Cataluña en marchas penosísimas a pie, hasta que en la mañana del 7 de febrero de 1939 fie sacado de la prisión de Pont De Molins por treinta milicianos que al mando de un Teniente y un Comisario político se hicieron cargo de los prisioneros de Teruel, y entre ellos del Prelado y después de desvalijarles y maniatarles, los sacaron de la prisión de dos en dos. Al Sr Obispo lo sacaron atado con otro preso, y conducidos los detenidos al barranco llamado Can Trezte, a unos mil doscientos metros de Pont de Molins fueron todos ellos asesinados, rociando los milicianos los cadáveres con gasolina a la que prendieron fuego y abandonándolos insepultos, hasta ocho días después, fueron descubiertos e inhumados por las victoriosas tropas nacionales. Fray Anselmo Polanco que contaba al morir cincuenta y seis años, había realizado una campaña misional, muy activa en Filipinas y había verificado varios viajes a América del Norte y a América del Sur, posesionándose de la Diócesis de Teruel, y de la Administración apostólica de la de Albarracín, el 8 de octubre de 1935.
El Ilustrísimo Señor Obispo titular de la Diócesis de Barbastro, D. Florencio Asensio Barroso, fue detenido por los milicianos rojos de Barbastro el 19 de julio de 1936 y después de prestar declaración los días 4 y 8 de agosto en el Ayuntamiento y el comité rojo, fue trasladado a la cárcel y extraído de la misma al día siguiente para ser fusilado en la carretera de Sariñena, trasladado su cuerpo al cementerio y arrojado sobre una fosa en unión de un montón de cadáveres se descubrió que todavía vivía, por lo que fue rematado de un tiro; de rumos público que aún no ha podido ser comprobado judicialmente, se sabe, que fue sometido antes de su muerte, a terribles mutilaciones. El Dr. D. Florencio Asensio Barroso, que contaba al morir sesenta años de edad había sido confesor del seminario de Valladolid, y Director Espiritual del Sindicato de Obreras Católicas, habiendo tomado posesión de la Diócesis, de Barbastro en Abril de 1936.
El Obispo auxiliar de la Archidioecesis de Tarragona, Ilustrisimo Señor D. Manel Borras Ferrer, fue detenido en el Monasterio de Poblet, donde se ocuto para librarse de la furia roja, por el Comité de Guerra de Vimbodi, el 24 de julio de 1936 siendo trasladado a la Carcel de Montblanch, de donde fue sacado por el mismo comité en una camioneta y llevado al lugar conocido por “Cap Magre”, donde fue asesiado el 12 de agosto de 1936. Una vecina del bario de Lilla vio el cadaver del señor Obispo en el cementerio de dicho pueblo, desnusocon señales de haber sido quemado y faltandole el antebrazo izquierdo, aoareciendo el cadaver completamente magullado.
El Obispo de Barcelona, Dr. Manuel Irurita Almandoz, que habia huido del Palacio Episcopal, en el momento de ser asaltado por las turbas extremistas, hallo refugio en el domicilio de D. Antonio Tort Reixach, que vivia en Call numero 17 , principal. El dia 1 de dcoembre de 1936, doce mlilicianos de la patrulla de control de la seccion II que radicaba en la calle de Pedro IV numero 166, hallano violentamente la casa de D Antonio Tort, deteniendo a sus ocupantes entre los que se encontraba, el Sr. Obispo, cuya personalidad no fue descubierta de momento, ya que, el motivo inicial del registro y de las detenciones fue una lista que poseia la patrulla de control referida, en la que figuraba D. Antonio Tort, entre los peregrinos que habian acudido en determinada ocasión al Monasterio de Montserrat.
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