21/11/2024 10:40
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Cuando escucho las manifestaciones de Pedro Sánchez se me escapa el alma del cuerpo, como si quisiera adelantarse a la disociación que Platón nos indica al llegar a la muerte. El cuerpo material se extingue pero el alma fuga a una especie de nivel tempo-espacial a la espera de una nueva vuelta y la ocupación de un cuerpo nuevo.

El señor Sánchez dice, públicamente, que él no ha dicho mentira alguna, que todo es un cambio de posición. Este comportamiento que nos sorprende no lo debería ser tanto, porque si acudimos al pasado de lo que ha sido el PSOE, salvo contadas figuras de su espectro político, como pudo ser Besteiro, al que habiéndole ofrecido Franco -a través del abogado militar que fue su defensor- una fuga controlada con motivo de su traslado a la cárcel de Dueñas, aquél la rechazó, aceptando el destino de la condena que le había sido fijada.

Digo que lo de ahora no es nuevo porque el señor Sánchez ha tenido maestros en esto de la mentira, siendo el primero de ellos su fundador, Pablo Iglesias. Pero si vamos a un pasado más reciente, tenemos -y así lo dejó relatado Pablo Castellano (socialista y luego expulsado), en su libro Yo sí me acuerdo– cómo muchos masones durmientes despertaron para ocupar cargos dentro y fuera del Partido, confirmando cómo PSOE y masonería han ido siempre de la mano.

El señor Castellano nos va dibujando a un Felipe González que, llegado al Gobierno en 1982, estableció la indemnización y compensación a ex ministros y ex altos cargos por su cese o dimisión, y cómo denuncia que lo de los cien años de honradez se pudo decir hasta la llegada del felipismo, pues se les llenó la boca de partido, clase obrera y sacrificio cuando la verdad es que pasaron de vencidos a vencederos para hacer lo mismo que habían reprochado.

Sobre los métodos de cómo actuó el felipismo, revela Castellano cómo Péces-Barba, responsable legal del PSOE, hizo firmar a todos los diputados y senadores electos un documento sin fecha, a ser rellenado cuando conviniera al Partido, por el que renunciaban al acta correspondiente. Si la Constitución de 1978 en su artículo 67.2 dice que los miembros de las Cortes Generales no están ligados por mandato imperativo, esto es, que el escaño es suyo y no del partido político al que pertenecen, esta fórmula que nos relata el señor Castellano del proceder el PSOE es una clara violación de la indicada norma, un ordeno y mando al elegido al quedar esclavizado a la dirección de su partido, y la inexistencia de esa pretendida democracia a la que de manera continua se viene apelando, quedando claro que el diputado era y es un instrumento del partido político y no del ciudadano.

De igual manera considera Castellano de inútil la figura del Defensor del Pueblo y cómo los bancos se disputaban la concesión de créditos a los partidos, en la finalidad de quedar estos hipotecados políticamente, siendo el mejor brazo del mundo financiero el socialismo (el PSOE pasó de una deuda de cinco mil millones a diez mil millones de pesetas); dejando de tener sentido instituciones como el Tribunal Constitucional, el Fiscal General del Estado, el Tribunal de Cuentas y el Consejo de Estado, al incumplir su papel de control del ejercicio del poder político.

No hablemos ya de los medios de comunicación, que dejaron de ser autónomos para pasar a ser dependientes del gobierno de turno, no siendo ya su finalidad la información objetiva, sino la manipulación de la misma. Ejemplo de esta sumisión fue el referéndum de la OTAN, precedido del XXX Congreso, en diciembre de 1984, en el que el PSOE giró hacia su permanencia, en clara contradicción con las tesis anteriormente defendidas (y cuya negativa a votar a favor por el señor Castellano le supuso su expulsión del partido).

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Frente a esta realidad que el señor Castellano dejó reflejada en el año 1994, tenemos a Alfonso Guerra, que en un artículo de opinión de 29 de junio último, ha estimado la Constitución de 1978 como un acta de paz, que llevó al olvido la dictadura y la guerra civil. Inicia su artículo ensalzando la lectura del libro que facilita la comprensión de los tiempos, aconsejando la lectura del libro de Virgilio Zapatero, Aquel PSOE. Sueños de una generación, cuando debe recordar (porque a buen seguro lo leyó) los apuntes dejados de aquel PSOE por Pablo Castellano, partido que no tiene nada que ver con la paz y la conciliación, sino con una continua lucha abierta, del que los mejores ejemplos son los actuales Zapatero y Sánchez.

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Luis Alberto Calderón
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Aliena

Sí, bien, claro. Y, sin embargo, no considero yo que «antes» del felipismo brillase el Partido Socialista por su «honradez» ( gracias por no decir «honestidad» ), pues una golondrina – Besteiro – no hace verano. Tampoco creo yo que Guerra necesite, para opinar, leer al Sr. Castellano, pues ya Guerra fue fundamental parte del contubernio felipista, uno de sus ejecutores más dañinos, de hecho, por mucho que ahora se le vaya blanqueando y se le presente en medios de «derechas» como una especie de patriota y Hombre de estado ( por favor, si fue capaz de hacer una ley sólo para que él, que era perito, pudiese decir que era ingeniero ). Por cierto, ¿no fue Pablo Castellano – a quién yo llamaba «Castellanos» – el que definió a tierno Galván como «Víbora con cataratas»?

Geppetto

Sanchez miente con toda la cara y mucha gente se traga sus mentiras con gran alegria
Veremos si gana o pierde el 23 de Julio, porque vistas las reacciones del llamado «ciudadano» te puedes esperar cualquier cosa

Geppetto

Besteiro se volvio «pacifico y democrata» cuando lo apartaron de la dirección del Psoe, antes fue el alma de toda jarana, incluida la huelga revolucionaria de 1917

Azul

Creo que también es Pablo Castellano quien nos alertó con su formidable hallazgo dialéctico » la presunción de indecencia» sobre la ética, incluso estética, de la política, que en absoluto se debe considerar como prejuicio, pues es la lógica cautela que queda después de haber sufrido malas experiencias, y en la que, por supuesto, se deberían incluir los «blanqueos».

JCrespo

De cara al día 23, cualquier cosa puede tener preparada Sánchez. No en vano se ha ido haciendo de una manera clara con todos los Poderes del Estado y se ha visto cómo y de qué forma los ha utilizado hasta ahora. En esos momentos en que se lo juega todo, es de esperar cualquier jugarreta. Sólo la repercusión internacional y los planes de sus «protectores» harían que se frenase un poco.
De momento, haciendo uso de uno de «sus» Poderes (la Junta Central Electoral ) ha procedido a retirar los carteles de «Que te vote Chapote» con la excusa de ser «insulto» hacia él, por dicha Junta. Insulto yo diría a los españoles de bien es el que esté gobernando con Bildu, con Chapote…

Última edición: 1 año hace por JCrespo
Josè Macìas

Maldito el varòn que confia en el hombre.(no es frase de invenciòn propia)
Bìblica, frase es.
y digo, ¿cuanto màs en los politicos?
Estos, retuercen el lenguaje como se retuercen las serpientes,
cuando les han machacado la cabeza.

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