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Que estamos en el disparadero de un desastre provocado por una clase política y un gobierno infame y criminal, es un hecho. Que este desastre está tolerado por una sociedad enferma y sin principios, por desgracia, cada día, es más evidente. El peligro de dar el tiro de gracia a España es una amenaza constante. Este gobierno de trileros es capaz de cualquier triquiñuela y falsedad para continuar masacrando nuestra patria al precio que sea. Ahora lo nuevo es la pantomima teatral para colar de rondó a los enemigos de la nación en las tripas del CNI. En los secretos de la seguridad del estado. La mentira se llama Pegasus, que es una suerte de dispositivo que sirve para hackear los móviles del personal y estos del gobierno han pactado una estratagema de falsas escuchas, para después de un falso rifirrafe pactado de antemano con el diablo, darles lo que pidan. El resultado es dejar a su merced los secretos de seguridad nacional modificando la norma de acceso que blindaba la entrada a la Comisión de secretos…
Ya sé qué al tonto volador preso del móvil y analfabeto funcional y además votante de la izquierda, esto no le preocupa, entre otras razones, porque ni se para a pensarlo, ni lo entiende. Tiene bastante con las series de Netflix y las redes sociales que le idiotizan. Pero la cosa es muy grave. Abrir la puerta de los resortes de seguridad nacional a estos que quieren acabar con España, es dar la clave de la caja fuerte al ladrón. Es meter al lobo en el corral de las gallinas. Dejar a los separatistas, a los grupos antisistema y a los asesinos de ETA, siquiera rozar un documento clasificado con sus zarpas no es solo una barbaridad de enormes proporciones, es un suicidio.
Decía Rufián, que bien le ajusta el apellido, estar muy ofendido por la posible vigilancia de los servicios de inteligencia del estado. Esta insolencia la dice un tipejo de Esquerra. Un golpista. Esto, como digo, es la demostración del disparate.
Para redondear esta España de traca, el Rey tiene la ocurrencia de hacer público su patrimonio e ingresos, sin ninguna obligación y la opinión general de los medios de esta sociedad absurda que se la coge con papel de fumar, es hablar de «gesto». En el país del robo socialista de los ERE, gastándose casi 900 millones en cocaína, comilonas y putas, etc. En el país del pelotazo de las mascarillas del ministro Illa. En el país de las visitas del ministro Ábalos al aeropuerto de Barajas para hacer de maletero de una delincuente venezolana llamada Delcy. En el cortijo de los ladrones de UGT, CCOO y Patronal, va Felipe VI y como ve su futuro muy negro y ante el anunciado nuevo control presupuestario de la Casa Real por parte de estos ladrones socialistas, pues va el muy simple y les da, así por las buenas, la clave de la caja. Esto no le va a servir de nada, Majestad. Su gesto de buena voluntad es humo en un ambiente nublado y con aspecto de República en muy poco tiempo. Aprovecho para recordarle que es usted el jefe supremo de las Fuerzas Armadas y que estas tienen la sagrada misión de defender la unidad de la patria contra cualquier enemigo externo o interno que la quiera socavar. Se lo digo solo como recordatorio y por dar ideas.
Autor
- Nace en Madrid en 1958. Estudia en Los Escolapios de San Antón. Falangista. Ha publicado 4 libros de relatos. Apasionado del cine y la lectura. Colaborar en este medio lo considera un honor.