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Hace tiempo atrás, durante los sucesos que se vivieron en Cataluña en el 2017, las fuerzas independentistas afirmaban que “las calles siempre serían suyas”. Aquellos que no pensaban como ellos no tenían derecho a la calle. Ahora salen a las calles para reivindicar la libertad de expresión y lo mismo, las calles son suyas. Y lo son por el terror que están sembrando. Ya no es una reivindicación para que un individuo -del cual no pronunciaremos su nombre para no darle publicidad- esté o no en la cárcel. La historia es otra.

 

Este terrorismo callejero que se vive en Cataluña esta vinculada a una organización juvenil, llamada Arran, que forma parte de las CUP. Pero también hay miembros de ERC y de otros partidos vinculados con el independentismo. Siguen creyendo que las calles son suyas y que la violencia les da la razón. Lo cual es una gran mentira. Nunca la violencia da la razón a una causa. Y si lo hace no es por la convicción, sino por el miedo que se le impone a la sociedad a través de esos actos violentos.

 

Las imágenes de Barcelona son terroríficas. Los que actúan y los dirigentes políticos que dejan que lo hagan, no se dan cuenta que esto perjudica terriblemente a la imagen de la ciudad. Los informativos a nivel mundial han abierto con la imagen de una furgoneta de la policía quemándose. Esta es la realidad. Viendo estas imágenes, ¿ustedes creen que alguien vendrá de vacaciones a Barcelona?

 

Los partidos independentistas, todos, no se han dado cuenta que vivimos en una democracia. Porque no aceptan la democracia que todos respetamos. Ellos quieren una a la carta. Desean vivir en un periodo que dicen fue idílico. Me refiero a la II República. Que pudo ser muchas cosas, menos idílico. Quieren volver a un pasado que supuso la muerte de más de 20.000 personas, en la retaguardia catalana, por el simple hecho de no pensar como ellos. Su sentido de la democracia viene de ahí. Son partidos anclados a un pasado fracasado, y que no han sabido evolucionar. Es más, todos estos dirigentes independentistas no quieren Cataluña. De ser así no permitirían verla como se hunde.

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Están convirtiendo Barcelona en la nueva Beirut del siglo XXI. Aquella ciudad que se la conocía como la Suiza de Oriente Medio, hoy en día es la sombra de un pasado glorioso. Barcelona, de seguir así, acabará como Beirut. Esto es lo que lleva tener al frente de un gobierno a personas irresponsables, incompetentes, inútiles, que no saben gobernar, que no tienen visión de futuro y que se quedan enclavados en un sueño. Son como aquella tradición China. Soñaron una vez que serían independientes. Cuando despertaron no sabía si eran hombres que soñaron con la independencia, a la independencia que soñó que era un hombre. Y siguen ensoñados en este lio mental.

 

Y la solución la ha dado la CUP con el beneplácito de ERC. Desmontar la BRIMO. Si, porque son muy malos. ¡Cómo se les ocurre detener a muchacho pacíficos! Ellos tienen que aguantar lo que les echen y aguantar. No importa que destrocen escaparates, hoteles, mobiliario público… eso son menudencias, porque esos jóvenes están expresando su libertad de expresión. Y, claro, la BRIMO les coarta la libertad de expresión. Por eso deben ser desmantelados. Así razonan estos inútiles que pretenden dirigir la Generalitat de Catalunya.

 

De Cataluña ya se han marchado más de 5.000 empresas. Los empresarios se han reunido y piden que todo acabe. La policía les pide amparo. La sociedad catalana empieza a estar harta. La economía se está hundiendo. Y la suerte es que no hay grandes concentraciones internacionales, como la Mobile. De haberlos, veríamos estas hordas de “pacíficos jóvenes expresando su libertad de expresión”, arrasando una gran fuente de ingresos para Cataluña y expandiendo que Barcelona no es una ciudad segura para hacer negocios. Estos personajes que quieren llevar las riendas de Cataluña les va bien. Mientras la gente protesta ellos continúan haciendo lo que mejor saben hacer: nada.

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Visto lo que estamos viviendo en Cataluña en estos últimos tiempos, uno se tiene que hacer varias preguntas. ¿Hasta cuando se permitirá que continúe hundiéndose la economía? ¿Usted abriría una empresa en Cataluña? ¿Vendría de vacaciones a Cataluña? ¿Viviría en Barcelona? Ante nosotros tenemos la próxima Beirut y nadie hace nada para evitarlo.

Autor

César Alcalá