21/11/2024 13:06
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Vivimos instalados en “el gran engaño” de los medios de comunicación, videos y audios de wassaps, noticias de prensa digital y en papel, etc.

Todo lo que se ha dicho y sigue diciendo sobre Pablo Iglesias, alias “El Chepa”, y sobre su encantadora esposa, todo es absolutamente mentira.

Cuenta un vecino de la urbanización que la misma noche de la manifestación de energúmenos y energúmenas de Alsasua contra la Guardia Civil, al parecer Pablo Iglesias salió indignado de su casoplón y se dirigió al superior del destacamento que vigilaba en aquel momento su mansión.

El oficial al mando, al ver acercarse al jorobado en cuestión lo recibió con la mano en la sien a la voz marcial de “a sus órdenes Sr. Vicepresidente”. Recibimiento que el burrito de Pablo contestó con un estúpido “descanse”. La escena resultó absolutamente dispar: un oficial con gran formación y profesionalidad frente a un sujeto que no sabe estar ni en el futbolín de su barrio, ¡madre mía!

Estimado oficial, vengo a comunicarle que estoy absolutamente indignado y acabo de hablar con el presidente Sánchez mostrándole mi malestar. Los actos de Alsasua son reprobables, condenables e intolerables. Tengo a la Guardia Civil como ejemplo mundial e insuperable de institución al servicio de la sociedad. Aprovecho para manifestarle a usted, y ruego lo haga extensivo a los hombres bajo su mando, mi sincero agradecimiento y consideración. Tienen abierta las puertas de esta, mi casa, que es también su casa.

Parece ser que el jorobado, al decir estas palabras que le salían del corazón o lo que sea, flexionó su tronco como gesto de inconfundible respeto. En esto, siendo la hora del caer de la tarde, apareció Irenita con su pareo del Corte Inglés y una bandeja sobre la que descansaban media docena de tazas, una cafetera y un plato de perrunillas, esa exquisita torta extremeña. Irenita también hizo un gesto de reverencia cumplimentando de seguido el gesto marcial del oficial al recibirla como ministra, digo menestra.

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¡Estos son los Iglesias!, que hasta el apellido tiene guasa, un martirimonio ejemplar, pero de modales sencillos, llenos cada uno de significado y sustancia. Porque ese gesto de agradecimiento a aquellos que protegen la seguridad de esta pareja de moda, les honra y mucho; esa perspicacia de político de talla mundial de disculparse ante sus cuidadores y protectores mientras insultan a sus compañeros en un poblado de las vascongadas, sin duda quedará como un momento imborrable en la dilatada vida al servicio de los demás de oficial en cuestión.

¡Qué pareja tan excepcional!, tanto es así que los chalets de la urbanización se han revalorizado un 15%, pues detrás de cada encina se esconde un guardia civil con una ametralladora con el seguro quitado, la seguridad, pues,  es máxima, insuperable.

Por todo ello, la vida de tales angelitos galapagueños, su saber estar y el servicio que hacen a este país, valen con creces ese costosísimo despliegue nunca antes visto, operativo diseñado por expertos en la lucha antiterrorista, un monumental, asqueroso, inmoral  e indigno despilfarro del dinero público que pagamos todos, todas y todes.

Autor

REDACCIÓN