05/10/2024 20:34
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Hace una década nos reíamos al oír que en Corea del Norte castigaban con la cárcel a los que no lloraban suficientemente por la muerte de su líder. Una risa espontánea que al momento se transformaba en tristeza, imaginando la vida y condiciones sin libertad ni dignidad en ese estado tortuoso. Sí, en los regímenes totalitarios eso es posible. Es posible pedir de los supuestos ciudadanos sentir y pensar de una determinada forma. El individuo no pinta nada; lo que vale es el régimen, todos estando obligados a obedecer sin rechistar, por muy absurdo que parezca. Si no, el castigo. Y lo sabes.

Pero, un decenio después del entierro de Kim-Jong-il, en Europa está ocurriendo algo parecido. Tenista ruso Medvedev está en serios apuros por jugar en Wimbledon, si no se decide condenar públicamente a Putin. No basta condenar la guerra, hay que condenar a Putin. El mismo ministro de deporte del RU sale abiertamente con esa propuesta, que tal vez llegue a ser exigencia. Si Medvedev antes „no se decide por sí solo“. Y „espontáneamente“, claro. De paso, como un detalle menor, las (será que sucias) banderas rusas no podrán ser desplegadas, dentro de un conjunto de exigencias menores.

Ante este hecho, hemos de resistir el hiponosis del aparato de televisión y preguntarse: ¿por favor, qué está pasando? ¿Caminamos por las calles de Corea del Norte? Este mismo febrero juzgaron a unos iraníes conversos al cristianismo desde el Islam. Recibieron un castigo de tener que asistir a un curso de reeducación con el fin de cambiar de opinión. Sin embargo, comparándolo con Corea del Norte o la EU, podríamos decir que todavía tuvieron suerte. Porque a Medvedev no le ofrecieron ningún curso „para que se dé cuenta por él mismo“. Le quieren poner delante de sus narrices el folio para firmar su confesión, o largo del Wimbledon.

La UE está empezando a ser un régimen totalitario. Hemos llegado hasta ese punto – no es algo desde ayer -, en el que a la gente se impone qué pensar, qué sentir. Y, si no te gusta el „acuerdo“, sufrirás consecuencias desagradables. La UE pues gobierna a base de miedo y coacción. Hace ya tiempo de eso que Vladimir Bukovsky, disidente soviético, señala simillitudes entre la UE y la URSS. En sus palabras: „Es bastante confuso para mí, que después de haber enterrado a un monstruo (la Unión Soviética), otro notablemente similar (la Unión Europea), se construye. ¿Qué es exactamente la Unión Europea? Tal vez si examinamos la versión soviética podamos encontrar una respuesta. La Unión Soviética era gobernada por 15 personas no votadas, que se nombraban ellos mismos, y que no respondían ante nadie. La Unión Europea es gobernada por dos docenas de personas, que se nombran a sí mismos, se reúnen en secreto, que no son responsables ante nadie y que no podemos sacar. Alguno podría decir que la UE tiene un Parlamento votado, bueno, pues la URSS también tuvo una especie de Parlamento, el Sóviet Supremo. Ellos solo aprobaban las decisiones del Politburó. Muy parecido a lo que hace el Parlamento Europeo, en donde el tiempo para hablar es limitado en no más de un minuto por orador. En la UE hay cientos de miles de eurócratas, hay grandes salarios, hay un personal, sirvientes, bonificaciones, privilegios, tienen inmunidad procesal de por vida, por lo que simplemente se cambian de un lugar a otro, no importa qué hagan, correcta o incorrectamente.  ¿No es esto exactamente igual que el régimen soviético?“

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Sí, a alguien le ha gustado el régimen soviético, y no está dispuesto abandonarlo. Al contrario, desea hacer con él lo mismo que hicieron los soviéticos: extenderlo al mundo entero. El Occidente actual, sin el cual no existiría ni China de hoy en día, sigue los pasos de la URSS. Desea mandar por medio del miedo y coacción, imponiendo incluso lo que pensar y sentir.

Como cualquier otro régimen totalitario y oscurantista, se hundirá en su colapso. Dios escribió en la parede a Baltazar, hijo de Nabucodonozor: „Mane, Tekel, Fares“, interpretándole el profeta Daniel el significado, que su reíno ha sido medido y que le ha llegado su hora; que ha sido pesado, y que es ligero de peso; que su reíno ha sido dividido, y que será entregado a otros.

Como si las estuviera escuchando dirigidas a la UE, al moderno Baltazar y globalista Antioco.

Enlaces:

https://www.youtube.com/watch?v=tZsVP2WoE9E&t=6s

https://articleeighteen.com/news/10283/

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