20/05/2024 16:05
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La gente normal y con personalidad se define siempre y sin alardes. Es lo mismo si es clérigo que seglar. Me mueve a este comentario la claridad con la que siempre le he visto hablar a Monseñor José Ignacio Munilla, actual obispo de Alicante  que hace unas semanas “ha  fulminado al ‘PP’ ” con muy pocas palabras: “es difícil que alguien que tenga una recta conciencia pueda votar al PP”,

Reconozco esta verdad: Ir por la vida  permitiendo a la gente conocer tu postura ante los problemas políticos,  sociales y las diferentes ideologías no es un modo de ser que facilite el éxito y la promoción social, eso que suele considerarse “triunfar en la vida”. Para lograrlo es mucho mejor que nadie sepa lo que piensas.

Sin embargo yo le estoy agradecido a mis “formadores” –familia y profesores—por haberme inculcado el  olvidarme de ese método y ser diáfano,  facilitando el que te cataloguen  rápidamente. Es más,  me he presentado más de una vez así: Soy español, católico de misa diario y rosario, falangista convencido (de las teorías de Onésimo y José antonio) y guerrillero en política y religión. Me repele el llamado “galleguismo” de no saber si se sube o se baja… –con  el que  se ofende a esa hermosa  Región españolísima–.

Nunca he tenido el complejo de preocuparme por lo “qué piensan los demás de mí”,  ni de  saber si esa mi postura me cierra o me abre puertas. Por otra parte,  la vida real me ha demostrado que gana lo segundo.   Sobre todo, les puedo asegurar que  me permite vivir respirando a pleno pulmón. Si la gente en general conociera esta realidad, vivirían más felices… y, quizás, la alargarían algunos años.

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Como se imaginan, mediante esta introducción confío evitar el escándalo de quienes piensan que solo debemos apoyar a quienes exigen  “absoluta  pureza” en la defensa de nuestras convicciones.

Mi postura ha sido siempre ésta: No transigir ni dudar a la hora de impedir cualquier cesión en materia de principios, pero  hallar la forma correcta de actuar ante la realidad de las circunstancias de la vida. El “mal menor” no puede ser nunca una excusa para la claudicación  pero si una forma de actuar “cuando es la única salida posible”. Cristo mismo nos dio ejemplo y llamó hipócritas a quienes le criticaron el comer con los publicanos. Y recordemos su alabanza al centurión romano por su fe: presentándola ¡como la mayor que había conocido en Israel!

Quiero, pues,  dejar constancia de que pienso como el obispo de Alicante, que ningún español inteligente y leal a España, puede votar al PP  y añado que mi opinión sobre el partido de Fraga no ha cambiado en medio siglo…

La consecuencia es evidente. Puesto que nos han impuesto una Democracia de Partidos y Comunidades y no podemos desentendernos de la vida o muerte de España, solo tenemos por ahora un camino: apoyar al VOX, aunque no nos convenza del todo;  pero es un mal menor que, públicamente, está muy cerca de nuestras lealtades, 

Insisto en apoyar  la sentencia de monseñor Munilla y pedir que el pueblo cuerdo, la gente inteligente, no vote jamás al PP   y,  en las circunstancias presentes, vote a VOX, no por “fe democrática” sino por instinto de supervivencia de nuestra Patria y de nuestra Religión.

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Lo he dicho ya varias veces,  tengo fe en que,  algún día,  volverá a España a recuperar  su grandeza con la ayuda de la Unidad Católica de la Nación,  pero no será posible de inmediato  sino, lo más lógico, dentro más de una generación. En consecuencia no lo verán nuestros ojos… Y eso significa, años de lucha  por delante antes de ver probada la invencibilidad de nuestros valores y la fidelidad de los españoles a los mismos…  

 

Autor

Gil De la Pisa
Gil De la Pisa
GIL DE LA PISA ANTOLÍN. Se trasladó a Cuba con 17 años (set. 1945), en el primer viaje trasatlántico comercial tras la 2ª Guerra mundial. Allí vivió 14 años, bajo Grau, Prío, Batista y Fidel. Se doctoró en Filosofía y Letras, Universidad Villanueva, Primer Expediente. En 1959 regresó a España, para evitar la cárcel de Fidel. Durante 35 años fue: Ejecutivo, Director Gerente y empresario. Jubilado en 1992. Escritor. Conferenciante. Tres libros editados. Centenares de artículos publicados. Propagandista católico, Colaboró con el P. Piulachs en la O.E. P. Impulsor de los Ejercicios Espirituales ignacianos. Durante los primeros años de la Transición estuvo con Blas Piñar y F. N., desde la primera hora. Primer Secretario Nacional.
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Morpho

Amén.

Hakenkreuz

Votar no es de católicos, es decir, de fieles a Jesucristo Nuestro Señor, Dios y Hombre Verdadero, que es Camino, VERDAD y Vida, es decir, todo lo contrario a lo que son los políticos. Un santo es a Dios lo que un político a satanás. Y no hay políticos buenos, como tampoco hay ladrones honrados y asesinos piadosos. Votar es pecado mortal, como Eva y Adán pecaron por oír al mentiroso, fiarse de Él y desconfiar de Dios, el Veraz. Votar es apostatar, apuñalar a Jesucristo, Rey de reyes y Señor de señores, en su Sacratísimo Corazón. Votar es defender y apuntalar la mentira (Ap 21,8) elección tras elección y a nadie se le puede engañar siempre. Votar es servir a satanás. Lo podréis censurar, podéis cagaros en la madre del que escribe esto, podéis decir que es de locos (como los sin Dios gentiles y los judíos decían de san Pablo), pero es así.

VOX no es diferente a ningún otro partido, porque la profesión del político es MENTIR, la de su padre satanás. Todo el mundo sabe que los políticos mienten, manipulan, engañan, son hipócritas y fariseos hasta el extremo. Y no hay delito y crimen que no hayan cometido. El que tiene ojos da testimonio de ello. Y el que es fiel a la Verdad lo atestiguará. No hay nobleza ninguna en la labor del político, un auténtico anticristo del que el Apóstol amado, san Juan nos previno muy claramente en su segunda epístola católica. VOX acaba de presentar una moción de censura con un comunista al frente, Tamames, que claro ha dejado que no va a eliminar ni el aborto, ni la eutanasia, ni la ideología de género ni la lgtbi+. ¿Es eso servir a Dios, se llame Munilla o se sea de Falange?

Decir que es «inteligente» votar a VOX es decir que es inteligente dirigirse al infierno por apoyar la política, sinónimo de la mentira, sea del signo que sea. VOX NO ES DIOS, NI REPRESENTA A DIOS, NI A ESPAÑA, NI NADA BUENO NI SANTO. VOX NO ES CARIDAD, ni desinteresado, ni generoso, ni noble, ni bueno. Quien sostenga lo contrario MIENTE como el demonio y lo sabe, y lo sabe todo el mundo normal, todo el que es criatura de Dios Todopoderoso. VOX está liderado por un DIVORCIADO que encima se jacta de serlo, además con hijos de su primer matrimonio. VOX está liderado por un individuo que ni ha hecho la mili. Menudo «patriotismo», como el de Aznar. VOX miente como todos los demás, aunque sus integristas fanáticos, más que los moros de la media luna, lo nieguen como si fuera un ídolo satánico al que hay que rendir pleitesía. VOX tiende la mano al PP para gobernar, como el PSOE ahora gobierna con ETA BILDU, con ERC golpista antiespañola, con Picodemonte y su banda, con el PNV de Arana, con Podemos PCE, animalistas, ecologistas terroristas contra natura, etc. VOX no es Dios para decir que Con Cristo o contra Él. SOLO DIOS PUEDE SALVAR ESPAÑA. Quien lo niegue, tiene de fiel católico lo que Barbarroja en tiempos de Lepanto. Así que eso de o con VOX o al infierno nada de nada. Con Cristo o contra Él.Y el que está con Cristo está con la Verdad y odia la mentira, es decir, todo tipo de política y político.

¿O sea que votar al PP no es obrar en conciencia católica y sí lo es votar la coalición que extermina a no nacidos en Castilla y León, la del PP y VOX? ¿O acaso no hay aborto en Castilla y León?
¿O es que para algunos judas iscariotes «católicos» el aborto, la eutanasia, la ideología de género, la ideología lgtbi+, la ideología trans, el divorcio, etc., solo es pecado si gobiernan los rojos, pero por supuesto que no lo es si gobierna VOX con el PP, como tampoco era pecado con Aznar y Rajoy, con los que no hubo ni un susurro en contra del aborto y demás salvajadas de anticristos de los que tanto abren la boca diciendo que son pro vida? Veremos donde queda esos argumentos pro vida en ese gobierno derechista próximo. Que Dios haga caer toda su furia sobre los hipócritas que consideran «un mal menor» exterminar niños y niñas no nacidas si gobierna el socialismo de los ricos en lugar del socialismo de los rojos. Todavía hay algo peor que un genocida, y eso es un hipócrita fariseo que siendo genocida engaña a los que no quieren genocidio.

Lo que ocurre es que los que pretendéis votar a VOX es que estáis muy preocupados por vuestro patrimonio. Esa es la verdad que no queréis reconoce, porque no sois valientes para reconocerlo. Un patrimonio que como vuelva a ganar el satánico frente popular rojo antiespañol, va a volatilizarse como el hielo en primavera, la verdad, para qué decir lo contrario. La derecha, es decir, el socialismo de los ricos, solo sirve al dinero, al patrimonio de los que le votan, nunca a Dios Nuestro Señor, porque no se puede servir a dos señores. Y la derecha acaba odiando a Dios, no al patrimonio. Mejor conservar el patrimonio que la vida de los no nacidos cuando gobierna. Pasó con Aznar, con Rajoy y pasará con PPVOX.

VOX, gobernará, sí, con el PP, y con VOX habrá aborto por decenas de miles, habrá eutanasia creciente, habrá divorcio como desde la UCD, habrá ideología lgtbi+, habrá feminismo e ideología de género, habrá corrupción de menores y transexualidad (aunque el mismo Señor dijo que más le valía a los que escandalizan a los niños que los lanzasen al mar con una rueda de molino atada. Con eso queda bien claro que DIOS ES JUSTO, además de infinitamente bueno, que no hay bondad y misericordia sin justicia, pero justicia de Dios, no de VOX).

Hakenkreuz

Y lo de Munilla y el «mal menor» es para callarse y morderse la lengua por ser Munilla quien es, nuestro superior, nos guste o no, lo padezcamos como una cruz o le honremos como esas señoras de Radio María que le llenan de elogios por su programa, pero que luego se les pregunta qué es lo que más le ha impactado de ello, y dicen que no han prestado mucha atención, pero que Munilla es muy majo, muy buen obispo, que les da la vida y que qué bueno y santo que es. ¿Pero qué le gusta de lo que ha dicho en su programa? Bueno…ehhh, es que no he estado muy atento. Tenía que conducir, ehhhh…. Vamos, que no han escuchado NADA DE NADA, pero Munilla es muy santo (Dios quiera que así sea, que así lo convierta Dios, en un santo, porque menudos berenjenales en los que se mete, con toda la buena intención del mundo, pero de fidelidad al Evangelio…mejor no hablar). Y, por supuesto, otra vez al confesionario a pedir perdón a Dios por pensar mal y llenarte de ira contra los obispos por no considerarlos fieles a lo que debería ser un ministro de Dios y sí fieles al mundo, a la política, a los anticristos políticos, etc., que al Señor bajo ningún concepto le queremos ofender ni con el más mínimo pecado, antes morir, pero que quizá haga falta una fuerza para aguantar que solo la gracia de Dios puede otorgarnos a los que no la tenemos.

Que en 1936, a decenas de miles de católicos aún no beatificados por papa alguno, inmensa mayoría de ellos desconocidos de humilde condición (aunque solo se hable de políticos e intelectuales asesinados entre los historieta dores), denunciados por ir a misa por sus rojos vecinos (menudo «delito» antidemocrático, pretender ser fieles a uno y trino solo y no al que más convenga en el momento según el «mal menor»), asesinados con violencia descarnada, enferma y fanática a las afueras de ciudades y achicharrados en iglesias en pueblos, en chekas, en Paracuellos y en tantos y tantos lugares ya descubiertos o por descubrir (algunos reenterrados por los arqueólogos democráticos de la memoria roja histérica que nada quieren saber de víctimas de los rojos), por no querer blasfemar, por no querer escupir un crucifijo o imagen de Jesucristo o la Virgen María, por no querer apostatar ni bajo amenaza de fusilamiento inmediato por los milicianos de la «libertad» y la «democracia», se les tire excrementos sobre su santa memoria de mártires católicos y patriotas verdaderos de esta manera con el argumento cobarde y traidor a lo más sagrado del «mal menor» es, no ya para manicomio, no, sino para exorcismo generalizado con presencia de todos los santos que queden en el mundo si es que aún queda alguno, pues solo los santos actúan como instrumentos de Dios y prestan voz y Palabra a Dios mismo, los únicos verdaderamente productivos y que siempre han influido para bien en la Iglesia, la nación y el mundo entero.

Parece ser que la «nueva mentalidad «católica»», la «nueva evangelización», la de la política como «caridad» (menuda herejía), esta del «mal menor» ha olivado que nadie puede dar más que el que da su propia vida, especialmente por el Señor en martirio, que de nada vale ganar el mundo entero con sus riquezas y patrimonios, subvenciones, paguitas, puestos directivos o de enchufe, etc., si se pierde la vida, el alma inmortal. Pero nada, erre que erre, día tras día, contumaces integristas y fundamentalistas como Focio, como Ockam, como Marsilio de Padua, como Wiclef, como Huss, como Lutero, como Calvino, como Enrique VIII y sucesores… Claro, que para todos ellos, los herejes somos los que lo recordamos, que está en el Nuevo Testamento, que no es nada nuevo. Parece ser que, como la puta decide el «mal menor», es decir, perder lo que pierde ayuntada con sus clientes, mejor a perder su dinero tras la «faena». Dirán, total, la vida son cuatro días…

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