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Entrevisté a Camilo José Cela, poco después del Premio Nobel, en El Clavín, una urbanización cercana a Guadalajara, (Su Alcarria) hace 32 años, ya que fue el 20 de febrero de 1990. Después de la entrevista escribí más veces sobre él, y mantuvimos cierta comunicación epistolar, ya que don Camilo decía que contestaba a todo el mundo que le escribía y era verdad. Ya vivía en El Clavín con Marina Castaño, pues se estaba separando de su primera esposa, Rosario Conde Picavea. De su vida y obra, podría hablar bastante, ya que luego me especialicé en ello, y todo cuando atesoro del magisterio celiano, sería la escuela de la literatura más auténtica. Triste es ver hoy la fugacidad del tiempo y sus consecuencias. Preguntaron a los alumnos de un Instituto y nadie le conocía. Sobre lo primero, no hay mucho más que decir que lo que intento cada día.
Reproduzco a continuación algunos fragmentos sueltos de la entrevista, que puedo remitir entera en PDF, a quien me la pida, como ya he hecho muchas veces.
«LA LITERATURA ES MI VIDA, MI MUERTE y SUFRIMIENTO, MI VOCACION y MI SERVIDUMBRE»
-Ha dicho usted. ¿Podría explicar un poco esta expresión tan contundente?
-Con eso quiero decir que me identifico en mi vida como escritor y que para mí es todo. Yo estuve catorce años en la Universidad y no me licencié en nada.
-Es una cosa que a mí siempre me ha llamado la atención, que hubiera estudiado tres o cuatro carreras y no hubiera terminado ninguna.
-Porque mi verdadera vocación no era ninguna de estas carreras. Se da la paradoja de que tengo siete doctorados y ninguna licenciatura. Porque es que yo me aburría como una ostra con las asignaturas. Me interesaba un poco más la Filosofía y Letras. Pero en cuanto me apartaba usted de la pura Literatura y su consideración crítica, me aburría también. Y no le quiero decir a usted Derecho, me aburría como una ostra. Para mí la Literatura ha sido todo en mi vida. Y espero que lo siga siendo…
-¿Cuál es el mejor homenaje que se le puede rendir a un escritor, aparte de leer su obra?
-El primer homenaje es leerlo, después puede haber otros, pero sin duda ninguna el mejor es leerlo y el que más agradece. Un solo lector que entienda lo que uno ha querido decir, ya le compensa del todo.
-En síntesis, qué mensaje encierra su obra, qué hay detrás de las palabras. Gabriel García Márquez dice que toda su obra se reduce a la palabra «soledad».
-La soledad siempre existe en el escritor. Bien decía Picasso que nada se puede hacer sin una gran soledad. Esto es cierto, pero yo creo que lo que hay en mi obra es sinceridad y reflejo de la realidad circundante. Cuando me dicen: «usted dice muchas barbaridades en su libro», le contestó: mire usted a su alrededor. Coja usted un periódico de la mañana, de Madrid, o de donde sea y verá lo que dice. Las cosas que uno lee… En Italia leí hace unos días que un matrimonio de drogadictos le ponían heroína a su hijo de seis meses. Bueno y entonces el estado… qué se hace… Si prevalece un juzgado popular, los ahorcan. Pero no se trata de eso. Si usted ahorca a alguien, el problema lo resuelve, pero el problema sigue latente. Ha arreglado usted aquel caso, pero no es eso lo que hay que arreglar, hay que arreglarlo todo. Esto, como usted comprenderá… Se dijo hace muchos años que la realidad desborda la ficción. La ficción literaria, y es verdad.
-Bueno, usted lo ha dicho muchas veces. Que la realidad era más dura que sus novelas. Que usted la suavizaba un poco…
-Y es verdad… Es que a nadie se le ocurre meter en una novela a un matrimonio que le inyecta droga a su hijo, a un niño, aunque no sea hijo suyo, a un ser indefenso, coño…
-Vamos a dejar el Cela novelista, para pasar al Cela poeta. «Pisando la dudosa luz del día». Título de su primer libro de versos. Título bellísimo de un verso…
-De la fábula de Polifemo, de Góngora.
-Es su primer libro de versos, escrito en e1 1936.
-Y publicado en el 1945.
-Sí. y no cree usted que para gloria y gracia de su prosa, y en menor… gracia de su verso, pudiera usted decir como Cervantes: «Y yo que siempre me afano y me desvelo / por parecer que tengo de poeta / la gracia que no quiso darme el cielo».
-Pues no va usted muy descaminado. Bueno… está claro que yo siempre he seguido y sigo escribiendo versos. Mucho menos que prosa, y me expreso mejor en prosa, estoy más a gusto.
-Miguel Delibes dice que no ha sido capaz en su vida de escribir un solo verso. Creo que hay una gran separación entre la poesía y la prosa.
-Sí. Sin embargo, la poesía subyace en la prosa o puede estar en ella. Bueno, mire usted, en los tratados de preceptiva literaria, a usted y a cualquier alumno de la asignatura le explican lo que es un soneto: catorce versos endecasílabos, con una rima A B B A…, pero lo que no le explican es si encierra o no la poesía. ¡Cuidado! Esto es muy grave. Esto no se lo explican a usted. Y, claro, hay alguna manera de saber si ese poema encierra o no la poesía. Porque si no encierra la poesía no es un poema, aunque lo parezca por su contextura externa, está escrito en verso, que son once sílabas… bueno, eso es muy fácil de hacer. Ahora, que si eso encierra o no la poesía. Amigo mío… eso ya es otra cosa… (Continuará)
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