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Repelente viene de  repeler. Yo repelo, tú repeles, él repele. Nosotros repelemos, vosotros repeláis y ellos repelen…
                               Hay cosas que repelen.
                               Hay olores que repelen.
                               Hay animales que repelen.
                               Hay hombres que repelen.
                               Hay políticos que repelen
 y hasta Dioses había en el Olimpo griego que repelían.
             Y como el verbo repeler es hermano del verbo rechazar quiere decir que los repelentes son también los rechazados
              Bien, pues sabiendo que hay hombres que repelen y políticos que son rechazados, he tenido curiosidad  por saber qué tipos humanos son repelentes y qué políticos son rechazados…y antes de pensar siquiera ya tenía ante mí a los más repelentes: Bori Izaguire, Jorge Javier y Belén Esteban.  ¿Y entre los políticos rechazados?. Bueno, antes de acercarnos a las Olimpiadas Políticas, tengo que hacerme unas preguntas: ¿Y por qué repelen algunos hombres y mucho más algunos políticos? ¿y qué provoca la repulsión o la repugnancia?.Sí, y sé que son preguntas de difícil respuesta, porque el origen de una repugnancia puede ser físico, pero también, síquico, moral, sexual y hasta espiritual.
                  A mí, por ejemplo, me repele ver clavar las agujas para las inyecciones, me repugnan las ratas y las serpientes, me da asco una comida putrefacta, rechazo la corrupción, odio a los falsos y mentirosos, siento horror por la muerte de un niño, me horroriza leer que un padre ha violado a su hija de 9 años y me dan miedo los tontos.

              Bueno, pues a la vista del bosque de repelentes que nos rodea me he limitado a resaltar los tres melladistas de las pasadas Olimpiadas de Madrid, que, seguramente, repetirán en las próximas generales españolas. Que son:
                    Don Pedro Sánchez y Pérez-Castejón…….. MEDALLA DE ORO.
                    Por ser el más mentiroso, el más falso, el más trepa, el más ambicioso, el más inculto, el más corrupto, el más traidor, el más mindundi, el embaucador por excelencia, el más sádico, el más vengativo y sanguinario con sus enemigos o con sus posibles adversarios y el más repelente de todos. Así lo han reconocido los madrileños.
                    Don Pablo Casado, el cobardica ……….  MEDALLA DE PLATA.
                    Por ser el más cobarde, el más ciego, el más torpe, el doctorcito, el barbitas, el poliédrico, el modelito, el egetista, el rastrero (del Rastro), el abrazafarolas, el Pablo, Pablito, Pablete de Génova 13, el figurilla, el pelagatos, el roscón y el churro de Madrid y el cayetano que no duerme (soñando con Doña Cayetana Álvarez de Toledo) ¿Repelente? Lo dirán las urnas.
                Y don Pablo Iglesias  ———   MEDALLA DE BRONCE
                 Y  ya ni eso, porque después de subirse al podiun y recoger su medalla de bronce lo ha descalificado el Comité Olímpico al descubrir que estaba dopado hasta el moño. Ideas marxistas,  obsesiones comunistas, hacedor de harenes, falso como judas, vengador como Stalin, vago como un Marqués  (el de Galapagar) y más rico que Amancio Ortega. Su caída no tiene más parangón que la de aquel Amstrong que perdió 7 Tours.
                    Bien, pues esto es lo que hay para las próximas elecciones generales, para desgracia del PSOE y del PP (y no digo para UP, porque para entonces ya no existirá), ya que si algo ha quedado claro tras el tsunami de Madrid es que los españoles rechazan como leprosos a Don Pedro Sánchez y a Don Pablo Casado.
Y esto es lo que ya se masca en las tabernas de toda España… a pesar del golfo del Tezanos.

Autor

Julio Merino
Julio Merino
Periodista y Miembro de la REAL academia de Córdoba.

Nació en la localidad cordobesa de Nueva Carteya en 1940.

Fue redactor del diario Arriba, redactor-jefe del Diario SP, subdirector del diario Pueblo y director de la agencia de noticias Pyresa.

En 1978 adquirió una parte de las acciones del diario El Imparcial y pasó a ejercer como su director.

En julio de 1979 abandonó la redacción de El Imparcial junto a Fernando Latorre de Félez.

Unos meses después, en diciembre, fue nombrado director del Diario de Barcelona.

Fue fundador del semanario El Heraldo Español, cuyo primer número salió a la calle el 1 de abril de 1980 y del cual fue director.