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Al parecer estas fueron las primeras palabras que aprendieron en ruso los soldados voluntarios de la «División Azul» cuando llegaron al frente ruso, ayudados por los intérpretes, para salir al paso de las peticiones de mujeres y niños hambrientos que salían a su encuentro pidiendo PAN o comida, porque estaban muertos de hambre.

 

«¡ NIPO NI MALLO !»

«¡ No entiendo!…¡ No entiendo!»

 

Y eso podíamos decir nosotros al ver las barrabasadas que intentan hacer en la nueva Ley de Memoria Democrática al incluir la prohibición de hablar o recordar la «División Azul»

                   

 “Se consideran elementos contrarios a la memoria democrática los escudos, insignias, placas y cualesquiera otros elementos u objetos adosados a edificios públicos o situados en la vía pública en los que se realicen menciones conmemorativas en exaltación, personal o colectiva, de la sublevación militar y de la Dictadura, de sus dirigentes, participantes en el sistema represivo o de las organizaciones que sustentaron la dictadura, y las unidades civiles o militares de colaboración entre el régimen franquista y las potencias del eje durante la Segunda Guerra Mundial”.

 

  «¡ No  entendemos, no entendemos !»

             

Pero, no lo decimos, no lo digo, porque nosotros sí entendemos lo que pretenden con esa Ley «hitleriana!  con la que intentan llegar a la Dictadura comunista… quitar o barrer, aniquilar o borrar, todo lo que recuerde a la España que venció al comunismo… ¿y cómo iban a olvidarse de aquellos casi 50000 españoles que tras vencerles AQUÍ fueron a luchar contra ellos ALLÍ?.

         

 Quieren hacer creer que la «División Azul o División de Españoles Voluntarios» fue una sumisión a Hitler, pero callan, o quieren que no se diga, que «aquello» no fue una colaboración servil con el nazismo criminal, que «aquello» tuvo una razón esencial: evitar que España fuese obligada por la fuerza a entrar en la Guerra (con 200 divisiones, 4.000 aviones, 3000 carros de combate y miles de cañones en los Pirineos) y una condición «sine quanon»: que la División española, los españoles, sólo podían emplearse para luchar en el frente ruso, o sea contra los comunistas de Stalin, el más criminal y sanguinario de todos los Dictadores de la Historia.

             

¡ Eso es lo que quieren borrar, eso es lo que no les deja vivir y les corroe las entrañas desde la derrota de 1939, esa es la madre de todos los odios acumulados y el motor de arranque de sus venganzas, eso es la «Ley de la Memoria Democrática»… Borrar todo lo que les recuerde aquella derrota y aquella huída miserable

               

¿Cómo van a olvidar los empujones, los puñetazos y hasta los tiros que mantuvieron entre ellos, los Alberti, la Pasionaria, los Campesinos, los Hernández, los Carrillos y etc. etc.etc., para no perder plaza en los dos aviones que iban a llevarles «donde fuese» o aquellos kilómetros de barro y nieve del Pirineo catalán que tuvieron que subir arrastrándose como serpientes…?

               

¡Dios, fue tanto el veneno que acumularon en sus venas que no se sentirán limpios y libres hasta, o mientras, viva alguien o algo que se lo recuerde!.

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Así que nosotros no podemos decir NIPO NI MALLO, nosotros si entendemos y sabemos lo que se pretende con esa Ley de Memoria Democrática… lo que no sabemos ni entendemos es por qué callan o se esconden los que sí podían frenar lo que ya se vislumbra en el horizonte.

Autor

Julio Merino
Julio Merino
Periodista y Miembro de la REAL academia de Córdoba.

Nació en la localidad cordobesa de Nueva Carteya en 1940.

Fue redactor del diario Arriba, redactor-jefe del Diario SP, subdirector del diario Pueblo y director de la agencia de noticias Pyresa.

En 1978 adquirió una parte de las acciones del diario El Imparcial y pasó a ejercer como su director.

En julio de 1979 abandonó la redacción de El Imparcial junto a Fernando Latorre de Félez.

Unos meses después, en diciembre, fue nombrado director del Diario de Barcelona.

Fue fundador del semanario El Heraldo Español, cuyo primer número salió a la calle el 1 de abril de 1980 y del cual fue director.