22/11/2024 05:27
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Me vi y me tragué su discurso de la Convención de Valencia en dIrecto y por la tele y me lo he vuelto a leer, después, y aunque no se lo crean, tres veces seguidas y con bolígrafo en mano para de una lumia vez saber si estoy en lo cierto o no, en el juicio que me hice de usted en cuanto le vi aparecer como Presidente del PP, así que lo que ahora le voy a decir no es fruto de un «calentòn»,  ni de una simpatía o antipatía ocasional.
                Me gusta meditar mis palabras cuando con ellas puedo dañar la imagen de una persona contra la que no tengo nada…y como contra usted, como persona, ni como ciudadano español, le aseguro que no tengo nada,  puedo hablar  con libertad.
              Otra cosa es como Presidente del PP y como aspirante a la Presidencia del Gobierno de España. Porque, en mi criterio, usted no es el hombre idóneo para presidir un Partido que en buena lógica algún día puede volver a la Moncloa.

                Verá, Don Pablo, como le he dicho ya, he leído su discurso de Valencia (el del nuevo PP, tras la travesía del desierto, según usted) y a medida que fui leyendo fui anotando mis posibles «Enmiendas» parciales a su  programa, 1, 2, 3, 4, 5, 6, 7, 8, 9, 10 y hasta 25… hasta que, de pronto, me di cuenta que el problema no era su programa, que el problema era usted. Porque su programa se puede cambiar por otro (ya sabe «estos son mis principios, y si no le gustan los cambio por otros»). Pero a usted no se le puede cambiar, usted nació mediocre, sin peso personal, sin atractivo político, sin imán de líder, sin «duende»,  sin carisma, sin personalidad…`¡¡ DIOS !!  Usted es un «chichiribaile»  y como tal fácilmente sustituible.
               Tan sustituible que viéndole a usted gesticular y sonreir (al menos, eso no se le da mal) hubo un momento que cerré los ojos y puse en su lugar al otro Pablo que figura en la Dirección de su PP (Pablo Montesinos, creo) y  todo seguía igual, sus 9.000 o 12.000, siguieron aplaudiendo sin notar el cambio-
            Eso es usted, don Pablo Casado, un hombre que no inspira confianza, que respira miedo, que suda inseguridad, que transmite cobardía… y así ¿cómo  se le puede votar para que asalte el Poder y llegue a la Moncloa?… Desgraciadamente para España usted no da la talla… y menos para enfrentarse a la serpiente venenosa, al maquiavélico bisnieto del general  Castejón.
              A pesar de todo, y presentada mi «Enmienda a la totalidad», mañana le señalaré mis «En miendas parciales». (Por cierto, cosa curiosa,  lo que les ha sucedido a dos de sus más destacados invitados extranjeros a la Convención: uno, el Señor Sarkozi, ex-Presidente de Francia, condenado a prisión a su vuelta de Valencia, y otro, el Presidente de Austria, Señor KURT. dimitido por corrupción… ¡Joder, Don Pablo, no será usted también gafe?).

Autor

Julio Merino
Julio Merino
Periodista y Miembro de la REAL academia de Córdoba.

Nació en la localidad cordobesa de Nueva Carteya en 1940.

Fue redactor del diario Arriba, redactor-jefe del Diario SP, subdirector del diario Pueblo y director de la agencia de noticias Pyresa.

En 1978 adquirió una parte de las acciones del diario El Imparcial y pasó a ejercer como su director.

En julio de 1979 abandonó la redacción de El Imparcial junto a Fernando Latorre de Félez.

Unos meses después, en diciembre, fue nombrado director del Diario de Barcelona.

Fue fundador del semanario El Heraldo Español, cuyo primer número salió a la calle el 1 de abril de 1980 y del cual fue director.
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