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La doctora argentina Patricia Inés Aprea ( ANMAT, Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica) debió admitirlo en una causa judicial que tuvo lugar a raíz de una muerte post-inoculación del Raticida transgénico y que llevaba adelante la fiscalía, con Carlos Insaurralde al frente. Aprea reconoció explícitamente que dentro de la timovacuna existían «compuestos tóxicos». Atroz nanochatarra, entre otras nanomierdas, navegando fausta por las venas y arterias de timovacunados de todo tipo y pelaje.
Letal grafeno
Y el grafeno era uno de los elementos constituyentes de estos compuestos. Viales de las timovacunas, pues: nanochatarra y más allá. Nanotecnología, estructuras autoensamblables, parásitos y microtubos de carbono, óxido de grafeno mediante. Y recordemos que existen casi 70 publicaciones científicas (para ser precisos, 67) donde se describe la toxicidad del grafeno para todos los organismos biológicos con los que compartimos planeta y, sobre todo, para el ser humano.
¿«Magufismo» en la ANMAT? En absoluto. Admitir lo perfectamente verificable. Con microscopía óptica, sencillo. Salió a la luz algo que se venía, contra corriente, estudiando, investigando y que tarde o temprano iba a salir. Al final, la ANMAT, tras la presión de fiscalía, tuvo que reconocer que el chute transgénico que le están aplicando a la población (y, a parte de ella, puro placebo) contiene letal grafeno.
¿Entonces?
¿Todo esto reconocido en Argentina tendrá consecuencias? Juas. Les he hablado tanto de ello. Confluencias de los cuatro cerditas, las denominadas tecnologías convergentes, hacia la tiranía absoluta. NBIC (Nanotecnologia, Biotecnologia, Información y comunicación, Ciencia cognitiva, robótica e inteligencia artificial). Ejemplo – tantos – reciente a vuela teclado,: nanotecnología, terahercios mediante, auxiliada por el letal grafeno para la amplificación de la señal de microondas de gigahercios procedente de telefonía móvil. Completo control de cuerpos y almas de toda la población planetaria. Transhumanismo, posthumanidad, mente colmena y demás…
…Además de saber perfectamente que las timokakunas contienen componentes tóxicos y además, por su propia e ínsita fabricación, producen proteínas sintéticas que dañan gravemente el organismo y provocan esterilidad, inmunodeficiencia ( brotando y reactivándose cánceres), daños neurológicos y coagulaciones sanguíneas ¿ Entonces? Todo esto es real, nada de conspiranoia. En fin.
Autor
- Nacido en Bilbao, vive en Madrid, tierra de todos los transterrados de España. Escaqueado de la existencia, el periodismo, amor de juventud, representa para él lo contrario a las hodiernas hordas de amanuenses poseídos por el miedo y la ideología. Amante, también, de disquisiciones teológicas y filosóficas diversas, pluma y la espada le sirven para mitigar, entre otros menesteres, dentro de lo que cabe, la gramsciana y apabullante hegemonía cultural de los socialismos liberticidas, de derechas y de izquierdas.
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