24/11/2024 01:53
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El Automotive Innovation Lab, un espacio colaborativo de investigación, análisis y debate sobre el futuro de la automoción localizado en Casa Seat, en Barcelona, reúne a expertos de los más variados espectros para hacer investigaciones sobre automoción. Accenture Interactive, Atresmedia, Automobile Barcelona, Droga5, Google, Grupo Antolín, IESE, RACC, SEAT SA y Shackleton se encuentran entre los participantes.

Los miembros del AIL han presentado su primera iniciativa, el European Automotive Consumer Research, una investigación desarrollada en Alemania, España, Francia, Italia y Reino Unido para analizar el impacto de la pandemia en lo que los europeos sienten, piensan y hacen respecto a los coches y a su movilidad.

La primera acción del AIL ha consistido en una investigación a gran escala, para analizar el impacto de la pandemia en lo que los europeos sienten, piensan y hacen respecto a los coches y a su movilidad. Se desarrollará cada dos años, permitiendo comparar los cambios y la evolución de esos comportamientos a lo largo del tiempo.

Esta primera edición se ha centrado en tres áreas de investigación principales. En primer lugar, cómo ha influido la pandemia en la relación entre las personas, sus coches y la conducción. En segunda instancia, cómo ha evolucionado la mentalidad y los comportamientos de las personas respecto a la movilidad. Por último, se ha centrado en conocer qué actitudes han cambiado respecto a la movilidad y cuáles van a permanecer.

De todo ello se han extraído diferentes insights:

La mayor sensación de fragilidad ha añadido la dimensión de la seguridad sanitaria a muchas actitudes y comportamientos. El evitar riesgos como nueva dimensión de movilidad. “Risk evaders”.
El automóvil se ha convertido en un refugio seguro para que las personas escapen de las restricciones impuestas por la pandemia. “Car as a Cocooning Space”. La parte emocional del automóvil ha ganado protagonismo frente a la parte más racional y utilitaria.
El covid-19 ha creado una tensión entre los beneficios de poseer un coche y las preocupaciones del impacto ambiental. La gente busca más insistentemente, las opciones de conducción sin culpa que unan las necesidades personales frente a las ambientales. “Non guilty mobility”.

Del estudio se han derivado diversas conclusiones:

Los encuestados afirman que quieren mantener los nuevos hábitos de movilidad adquiridos durante la pandemia. El 55% ha incorporado el hábito de caminar y el 40% ha incrementado el uso de la bicicleta por tratarse de opciones de movilidad saludables.
Mucha gente está considerando comenzar una nueva forma de vivir más equilibrada fomentada por el trabajo en remoto. Un 38% de europeos está pensando en moverse del centro de la ciudad a áreas suburbanas o rurales. “New Country Side people”.
El coche se vincula a la “independencia”. El 60% valora más tener acceso ahora un coche propio que antes de la pandemia. Concretamente, los británicos son los ciudadanos que más tienen esta percepción (65%) y los franceses los que menos (53%). Asimismo, la gente ha comenzado a sentir el coche como una extensión de su casa (51%).
La idea de ser propietario de un coche se ha reforzado, y se ha detectado que será una tendencia al alza durante los próximos años. Un 47% de los europeos, que antes de la pandemia decían que no necesitaban un coche, prefieren tenerlo ahora y el 70% no se imagina su vida sin él.
A pesar de que la mayoría prefiere seguir siendo propietarios, el 42% ha afirmado que estaría interesado en un servicio de suscripción, pero el precio sería uno de los factores más influyentes.
La pandemia ha creado una tensión entre la necesidad de coches como espacios seguros y una mayor conciencia medioambiental. El 46% dice que el covid-19 los ha hecho más conscientes del impacto ambiental de los coches de combustión.
El atractivo de los coches eléctricos se ha incrementado y los consumidores lo vinculan al “estatus social” y a un “aura de lujo”. Casi la mitad de la población europea (44%) aspira a tener uno, y de ellos el 45% prevé comprarlo en los próximos tres años.
Por otro lado, los encuestados consideran al coche eléctrico como la mejor solución para reducir el impacto ambiental de la conducción. Así lo afirman el 68% de los españoles. En Alemania ese % solo es del 32%, al ser un mercado más maduro con mayor cantidad de coches eléctricos en el parque de automóviles, y considerar los efectos negativos de las baterías (cambios cada 4-5 años, residuos, litio…).
A pesar de que la pandemia ha hecho que los consumidores estén más abiertos a desarrollar todo el proceso de compra de un coche online (36%), se sigue valorando mucho (66%) el consejo humano como factor de confianza.

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